El 20 de junio de 1969, un mes antes de que Neil Armstrong pisara la Luna, los madrileños se acercaron un poco más a su querido cielo azul. Aquel día se inauguró el Teleférico, un pequeño ingenio que sobrevuela la ciudad a vista de pájaro y ya forma parte de la memoria nostálgica de todos los que una vez fueron niños en Madrid. La idea, en realidad venía de lejos. En el siglo XIX, el arquitecto Antonio Palacios –artífice del icónico templete que daba acceso a la estación de metro de Gran Vía- ya propuso un funicular que uniera la montaña de Príncipe Pío con la Casa de Campo. El proyecto no se haría realidad hasta los estertores de la dictadura franquista, pero desde entonces sus pequeñas cabinas no han hecho otra cosa que sobrevolar, ida y vuelta, los 2.457 metros que separan la Estación del Paseo del Pintor Rosales (en la entrada del Parque del Oeste) con la de la Casa de Campo. Tras cinco décadas  de adjudicación a una empresa privada, desde 2018 el Teleférico está gestionado directamente por el Ayuntamiento de Madrid.

  1. El Teleférico de Madrid en cifras
  2. ¿Qué se puede ver en el recorrido del Teleférico de Madrid?
  3. Planes para la Casa de Campo

El Teleférico de Madrid en cifras

El Teleférico de Madrid cuenta con 80 cabinas -cada una con capacidad para seis personas- que se desplazan a una modesta velocidad de 3,5 metros por segundo, por lo que tardan 11 minutos en recorrer los casi 2,5 kilómetros que separan sus dos estaciones. El trayecto en dirección Casa de Campo es ligeramente ascendente, ya que esta estación está a 651 metros sobre el nivel del mar, frente a los 627 metros de la estación del Parque del Oeste, y la altura máxima que se alcanza es de 40 metros. El Teleférico tiene capacidad para transportar hasta 1.200 viajeros por hora, y desde que se inauguró se estima que lo han utilizado unos ocho millones de personas (unas 180.000 por año) en más de cinco millones de viajes.

Interior de una cabina del teleférico

¿Qué se puede ver en el recorrido del Teleférico de Madrid?

Partir desde la Estación del Paseo del Pintor Rosales (a solo cinco minutos del Templo de Debod) para pasar el día en la Casa de Campo es el plan más conveniente y habitual entre los usuarios del Teleférico, que nos proporciona una forma divertida y sin tráfico de plantarnos en pocos minutos en el pulmón verde de la capital.

 

 

Resulta emocionante comprobar como nuestra cabina va ganando altura y la ciudad se despliega ante nuestros ojos. Por suerte, una voz en off comenzará a narrarnos los lugares que sobrevolamos. Enseguida veremos a nuestros pies la rosaleda del Parque del Oeste y estaremos sobrevolando la Estación de Príncipe Pío, una de las más importantes de Madrid. A nuestro alrededor, será fácil identificar en el skyline madrileño lugares míticos como la Plaza de España, los rascacielos del Paseo de la Castellana, el Pirulí, el Palacio Real y la Catedral de la Almudena

Teleférico casa de campo
Vistas del Teleférico de la Casa de Campo

También pasaremos muy cerca de algunos edificios, lo que nos hará entender a los vecinos que, temerosos de que se violara la intimidad de sus hogares, presentaron denuncias que retrasaron un mes la inauguración oficial del Teleférico en 1969. Finalmente, llegaremos a la Ermita de San Antonio de la Florida, famosa por estar decorada con frescos de Francisco de Goya, y al río Manzanares. Cruzándolo, se desplegará ante nosotros la gran mancha verde de la Casa de Campo, un inmenso parque público de 1.722 hectáreas –el mayor de Madrid- cuyos orígenes se remontan al siglo XVI, cuando el rey Felipe II compró la finca para unir el cercano Palacio Real con el cazadero de El Pardo. Nuestro destino, la Estación de la Casa de Campo, se encuentra en el corazón del parque, en el entorno del cerro Garabitas que tantas batallas vio durante la Guerra Civil.

 

 

Planes para la Casa de Campo

Junto a la estación, en la llamada plaza de los Pasos Perdidos, hay un restaurante-cafetería que nos permite hacer un pequeño descanso antes de adentrarnos en la Casa de Campo. El parque, un inmenso espacio natural ideal para pasear y hacer deporte, tiene uno de sus mayores atractivos en su lago artificial, que ha sido remodelado muy recientemente y cuenta con un embarcadero donde es posible alquilar barcas, piraguas y canoas.

Sin embargo, el plan clásico del Teleférico consiste en pasar el día en uno de los dos grandes centros de ocio ubicados en la Casa de Campo: el veterano Parque de Atracciones, que aunque abrió en 1969 se mantiene juvenil y cuenta con 48 atracciones para todos los gustos; y el Zoo Aquarium de Madrid, un lugar fascinante donde habitan más de 6.000 animales pertenecientes a más de 500 especies de los cinco continentes.