El Museo Nacional Thyssen-Bornemisza es uno de los vértices del triángulo del arte madrileño que se sitúa alrededor del llamado Paseo del Arte. Instalado en un palacio ubicado en el Paseo del Prado invita al visitante a realizar un viaje por la pintura europea desde la Edad Media hasta finales del siglo XX. A través de las más de 1.000 obras de arte que se exponen en sus salas, es posible recorrer un amplio periodo histórico que comienza en los maestros primitivos italianos. La cronología continúa en el renacimiento y contempla el expresionismo alemán, el impresionismo, el constructivismo ruso y las vanguardias del siglo XX. También merece ser destacada su colección de pintura norteamericana del siglo XIX.
Resulta una experiencia muy singular realizar un recorrido completo donde los artistas se sitúan cronológicamente tan distantes. Algunos nombres que no faltan en un itinerario completo son Durero, Rafael, Tiziano, Rubens, Rembrandt, Caravaggio, Cezanne, Manet, Renoir, Gauguin, Van Gogh, Kandinsky, Picasso, Hopper y Rothko.
- Un paseo por el Museo Thyssen-Bornemisza
- Exposiciones con historia en el Museo Thyssen
- Visitas para familias con niños
- Un museo para vivirlo
Un paseo por el Museo Thyssen-Bornemisza
El gusto de los barones Thyssen-Bornemisza por las obras de los maestros antiguos se percibe, sobre todo, en la exposición permanente del museo. De hecho, es uno de sus factores diferenciales respecto a otras pinacotecas españolas. En un itinerario por su colección permanente podrás observar una buena representación de la pintura del Trecento (siglo XIV en Italia). Fíjate en lienzos como el Cristo y la samaritana, de Duccio de Buoninsegna; y el Díptico de la Anunciación Cristo, de Jan Van Eyck, representante de la escuela flamenca. En el apartado de retratos del siglo XV destacan los de Giovanna Tornabuoni, pintado por Ghirlandaio, y Un caballero desconocido, de Carpaccio. Tampoco puedes pasar por alto autores de los siglos XVI y XVIII como Durero, Caravaggio, Rubens, Frans Hals y Canaletto.
El paisaje y la pintura de escenas cotidianas, temas habituales en la escuela holandesa del siglo XVII y en la norteamericana del siglo XIX, se pueden observar en varias salas del museo. Estas inquietudes también son coincidentes en pintores románticos como Friedrich, impresionistas como Monet y Degas, y postimpresionistas como Gauguin y Van Gogh.
Las vanguardias del siglo XX cuentan con un espacio privilegiado dada la cantidad y calidad de las obras inscritas en corrientes como el fauvismo, el expresionismo, el surrealismo, la abstracción y el pop art. Entre las mejores obras se encuentran Arlequín con espejo, de Picasso; Pintura con tres manchas n.196, de Kandinsky; Sueño causado por el vuelo de una abeja alrededor de una granada un segundo antes del despertar, de Dalí; y El gallo, de Chagall. Podrás ver igualmente las famosas Habitación de hotel, de Hopper, y Mujer en el baño, de Roy Fox Lichtenstein.
Exposiciones con historia en el Museo Thyssen
El Museo Thyssen-Bornemisza posee una de las colecciones privadas de pintura más importantes reunidas en el siglo XX. Aunque el origen de la misma no es público, desde 1993 pertenece al estado español. Además, en 2004 se sumó en régimen de depósito a la misma una colección de más de 200 obras procedentes de la colección privada de Carmen Thyssen-Bornemisza, que se expone de forma diferenciada en 16 salas.
Los orígenes de la colección que dio lugar a este museo hay que buscarlos en la pasión del barón Heinrich Thyssen-Bornemisza (1875-1947) por el arte antiguo. Tras su muerte, dicha colección iniciada alrededor de 1920 se dispersó entre sus herederos, aunque su hijo Hans Heinrich Thyssen-Bornemisza trató de reunirla comprando las obras a sus familiares. Villa Favorita, el inmueble adquirido por su padre para exponerla en Lugano (Suiza), se quedó pronto pequeño para albergar el conjunto y hubo que buscar una nueva sede. En ese momento, se dieron dos afortunadas coincidencias, que su mujer, Carmen Cervera, era española y que el estado español le ofreció el Palacio de Villahermosa. La inmejorable situación del palacete, muy cerca del Museo del Prado, terminó de convencer al barón de la idoneidad del mismo.
La rehabilitación de aquel viejo palacio del siglo XVI, que había sido la residencia de una familia aristócrata y la sede de un banco, la llevó a cabo el reconocido arquitecto Rafael Moneo entre 1990 y 1992. El reto de convertir sus instalaciones en una moderna pinacoteca con las condiciones idóneas de iluminación, seguridad, calefacción… no eran fáciles. Con el tiempo, estas nuevas instalaciones también resultaron ser insuficientes y se añadieron dos inmuebles colindantes con los que se incrementó la superficie original en un cincuenta por ciento. El jardín que verás en la entrada del museo funciona actualmente como vestíbulo o distribuidor desde el que se vislumbra el edificio original, a la izquierda, y el nuevo, al fondo y de color blanco.
Visitas para familias con niños
Este museo brinda a las familias la oportunidad de participar en el programa EducaThyssen en el que se organizan recorridos por la colección que terminan con un taller. Con estos itinerarios, que se suelen dividir por edades de 3 a 6 años y de 7 a 12, se pretende dar a conocer a los niños el mundo del arte. Debido a su alta demanda es recomendable reservar previamente. También se debe tener en cuenta que los padres deben acompañar a los niños en las actividades.
Un museo para vivirlo
El Museo Thyssen-Bornemisza se suele definir a sí mismo como un espacio que invita al visitante a vivir una experiencia completa y no faltan razones para ello. En sus instalaciones, además de las exposiciones permanentes y temporales, cuenta con un auditorio donde se realizan interesantes conferencias, una tienda con productos de diseño y un restaurante.
La céntrica ubicación de este museo permite continuar la jornada turística en otros museos cercanos como CaixaForum Madrid, el Museo Nacional del Prado y el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. Desde su ubicación en el Paseo del Prado se accede directamente también a la Plaza de Cibeles donde se encuentra uno de los iconos madrileños: la Fuente de Cibeles.