El Parque de Málaga constituye uno de los principales atractivos naturales de la ciudad. Con una superficie de 30.000 metros cuadrados, su diseño esconde una incuestionable riqueza, no solo por su biodiversidad, sino por sus múltiples paseos, esculturas y rincones que, hace ya varios siglos, ganaron terreno al mar para alzarse en el centro de la capital como el pulmón verde que es hoy.

Conocido también como Paseo del Parque de Málaga o Parque de la Alameda, su superficie es una suerte de senderos y lugares recónditos que derrochan inspiración. En concreto, tres son los paseos que recorren el parque: uno en el lado norte y otros dos en la zona sur del amplio carril central para vehículos que cruzan este espacio natural de la capital malagueña.

Escaparse del mundanal ruido, practicar deporte, abandonarse al placer de una buena lectura amparados por una generosa sombra, resolver la cuestión de qué hacer en Málaga con niños … Son muchos los escenarios que tienen cabida en el interior del Parque de Málaga que hace de la naturaleza, el telón de fondo perfecto para envolver parte de la historia de la ciudad.

 

 

La historia del Parque de Málaga

El Parque de la Alameda no siempre ocupó el espacio que acapara en la actualidad. De hecho, en origen toda la zona era patrimonio del mar. No fue hasta 1896 cuando a través de una ley, el entonces presidente del Consejo de Ministros, Antonio Cánovas del Castillo, impulsó el proyecto que permitiría ampliar el recinto del puerto de Málaga . El planteamiento también dio como resultado la creación de este emblemático jardín de flora subtropical que puede presumir de ser uno de los más importantes del viejo continente.

No obstante, el desarrollo de las obras tuvo que superar, entre otras cuestiones, una importante crisis de financiación. Pese a todo, el Parque de Málaga comenzó a tomar forma como una prolongación de la Alameda principal y, en 1899, empezaron las plantaciones. Bajo su riqueza natural quedaron enterrados los vestigios de las casas que fueron derribadas en el entorno de la Alcazaba  con el fin de crear el espacio verde que constituye hoy un auténtico oasis en el corazón de la ciudad.

Paseo del Parque Málaga: riqueza natural

Los amantes de la naturaleza encontrarán en el Paseo del Parque Málaga una buena representación de la flora presente en los cinco continentes. Las más de 350 especies subtropicales presentes en el parque, en una masa arbórea y arbustiva que supera con creces los 5000 ejemplares, son todo un reto para el conocimiento que ostentan los más eruditos en la materia y un auténtico placer para el común de los mortales.

 

 

Dispuestas a lo largo de paseos, placetas y rincones con encanto, las diferentes especies conviven en un equilibrio armónico propiciado por el influjo del mar. El resultado es una sucesión de microclimas repartidos por toda la superficie del Parque de Málaga que, no solo dan vida a multitud de ambientes, sino que favorecen el desarrollo y mantenimiento de las especies que forman parte de su riqueza natural.

Con el permiso de la espectacular colección de palmeras, algunos de sus encantos vegetales más representativos son:

  • Europa: Sus hojas rígidas y punzantes o el intenso color rojizo de sus frutos en forma de racimos colgantes delatan la presencia del Drago de Canarias en el interior del Parque de la Alameda. Este representante de la flora del continente europeo sirve, además, para revelar otra de las características singulares del Parque de Málaga: la existencia de ejemplares aislados o en pequeños grupos que suman atractivo a su diseño.
  • Asia: Los inconfundibles bambúes asiáticos también tienen su propio espacio dentro del Paseo del Parque de Málaga. Sin embargo, no son las únicas especies rescatadas del continente más extenso y poblado del planeta. Palmeras vietnamitas del río Mekong, cycas revolutas japonesas, cycas circinalis de la India y hasta caryota urens de Tailandia se suceden en el interior creando contrastes de lo más interesantes.
  • América: Del continente americano destacan, entre otros, el conjunto de palmeras de abanico mexicanas, las jacarandas argentinas, el bosque de ahuehuetes o los árboles de la noche triste. A ellos se suman, además, otras especies singulares de árboles como las chorisias propias del sur de Brasil y norte de Uruguay, comúnmente conocidos como ‘palo borracho’ por la singular manera que tiene su tronco para hincharse.
  • África: Entre los atractivos vegetales presentes en el Parque de la Alameda con origen africano llaman la atención los ejemplares de pandanus candelabrum, un árbol propio de las zonas pantanosas surorientales del continente, famoso por sus raíces zancos.
  • Oceanía: La naturaleza es una herramienta poderosa para conocer los cinco continentes sin salir de Málaga. En el interior del pulmón verde de la ciudad también pueden admirarse las llamativas raíces aéreas del ficus australiano o ejemplares de araucaria columnaris, propios de Nueva Caledonia y capaces de alcanzar los 60 metros de altura.

El arte del interior del Parque de Málaga

Los encantos del Parque de Málaga trascienden de su condición de espacio natural. En su interior, el arte convive con la vegetación dibujando un cuadro tan atractivo como inspirador que invita a ser contemplado. Las esculturas, fuentes, bustos…, se suceden en los rincones que conforman el céntrico parque malagueño.

 

 

Entre las piezas artísticas más representativas están, por ejemplo, la Ninfa del Cántaro, la Ninfa de la Caracola, la Estatua del Verano y del Invierno o la Dama Goyesca. Todas ellas datan del siglo XIX, aunque no son el único patrimonio cultural del Paseo del Parque de Málaga. Recorrer sus senderos descubre interesantes fuentes como la Fuente de las Tres Gracias, en la zona más próxima al barrio de La Malagueta  o su homóloga bautizada como Fuente de las Gitanillas ataviada con los típicos trajes andaluces.

A lo largo de todo el año, la oferta cultural se suma al patrimonio artístico de este pulmón verde malagueño. En el corazón mismo del parque se alza el auditorio Eduardo Ocón, un escenario construido en los años 60 que, en la actualidad, alberga todo tipo de festivales y eventos culturales.

A pie, en bicicleta o en cualquiera de las múltiples líneas de autobús con paradas en sus proximidades. Todo medio de transporte es válido para llegar hasta el pulmón verde de la ciudad y adentrarse en los encantos del Parque Málaga aprovechando, además, para conocer sus alrededores con enclaves tan seductores como el Paseo Marítimo, la Catedral de la Encarnación de Málaga o el Museo Picasso.