El Paseo de Reding, en el corazón de Málaga, es más que una avenida; es un testigo de la evolución de la ciudad desde su expansión burguesa del siglo XIX. Este emblemático paseo, que conecta el centro histórico con la Malagueta y termina en la subida al Castillo de Gibralfaro, entrelaza arquitectura señorial con verdes parques y jardines y destellos del cercano Mediterráneo. Concebido como un espacio de paseo y recreo para la burguesía decimonónica, en cada esquina se respira historia, desde el legado de nombres ilustres hasta la majestuosidad de sus edificios. Descubre cómo esta arteria se ha convertido en un recorrido imprescindible para los amantes del arte, la arquitectura y la vida malagueña.

  1. Historia y contexto: el nacimiento del eje burgués malagueño
  2. Por qué recorrer el Paseo de Reding: un viaje al esplendor de la Málaga decimonónica
  3. Edificios y puntos de interés: iconos de una avenida histórica

Historia y contexto: el nacimiento del eje burgués malagueño

El Paseo de Reding debe su nombre al gobernador militar Teodoro Reding, figura clave en la defensa de Málaga durante la Guerra de la Independencia. Sin embargo, su trazado comenzó a finales del siglo XIX, cuando la ciudad experimentaba una modernización impulsada por la pujanza industrial y comercial, con una rápida expansión urbanística. Durante esta época, el Paseo de Reding se diseñó como una vía principal para conectar el centro histórico de la ciudad con las zonas más periféricas y nuevas áreas residenciales que nacían al calor de la industrialización, con la construcción de villas señoriales que albergaban a familias burguesas.

A lo largo de los años, el Paseo de Reding fue testigo de la transformación de Málaga, convirtiéndose en un espacio de esparcimiento para la clase alta de la ciudad. A medida que la burguesía malagueña crecía, también lo hacía la demanda de zonas de ocio que ofrecieran vistas panorámicas y un entorno apacible. En este contexto, el paseo se adornó con jardines, fuentes y elegantes villas, que marcaron el carácter de la zona durante la Belle Époque.

Con el paso del tiempo, el Paseo de Reding no solo ha sido un lugar de recreo y paseo, sino también un punto de encuentro para eventos sociales y culturales. Su importancia histórica se ve reflejada en la preservación de algunos de los edificios más representativos de la arquitectura malagueña, como el Palacio de la Tinta y el Gran Hotel Miramar. En su entorno también se ubicaron instituciones como la plaza de toros de La Malagueta, inaugurada en 1876, y el Hospital Noble, construido en 1865, que reflejan el dinamismo de una ciudad que equilibraba tradición y modernidad. Hoy, el Paseo de Reding sigue siendo un espacio de tránsito entre el pasado y el presente, donde cada esquina invita a explorar la riqueza cultural de Málaga.

La avenida también ha sido testigo de los cambios sociales y políticos de Málaga. Durante el siglo XX, el Paseo de Reding fue un lugar clave para las manifestaciones políticas y sociales, especialmente durante la Transición Española, cuando la ciudad vivió momentos de gran agitación. 

Por qué recorrer el Paseo de Reding: un viaje al esplendor de la Málaga decimonónica

Recorrer el Paseo de Reding es adentrarse en un paisaje urbano donde la arquitectura decimonónica convive con la vibrante vida contemporánea de Málaga. Su cercanía al mar otorga al paseo un carácter fresco y relajado, mientras que sus edificios y parques narran historias de una época de esplendor. Aquí, las palmeras que flanquean las aceras se entrelazan con las sombras de edificios históricos, creando una atmósfera ideal para disfrutar de un tranquilo paseo o una ruta cultural.

Desde los encantadores jardines de Pedro Luis Alonso hasta el Parque de Málaga, los alrededores del Paseo de Reding ofrecen un respiro natural en el corazón de la ciudad. Es también un lugar perfecto para los amantes de la fotografía, con vistas que abarcan desde la icónica plaza de toros hasta las colinas que rodean la ciudad. Para quienes buscan empaparse de la esencia malagueña, este paseo ofrece una experiencia completa que combina historia, naturaleza y modernidad.

Edificios y puntos de interés: iconos de una avenida histórica

El Paseo de Reding alberga una rica variedad de edificios y monumentos que reflejan el desarrollo urbano y cultural de Málaga desde el siglo XIX. Entre ellos destaca el Hospital Noble, un edificio neogótico que se erige como símbolo de la conexión histórica entre la ciudad y la comunidad británica, financiado por el médico Joseph Noble en 1865 para atender a los marineros necesitados.

Otro emblema es la plaza de toros de La Malagueta, construida en 1876 en estilo neomudéjar. Esta icónica estructura, con capacidad para miles de espectadores, es un punto de referencia tanto por su arquitectura como por su papel en la tradición taurina. Junto a ella, se encuentran elegantes villas y edificios de estilo regionalista que muestran la influencia de las corrientes arquitectónicas del siglo XIX y principios del XX. Un ejemplo son las casas construidas por el comerciante Félix Sáenz entre los números 7-39 y 41-43 del Paseo. 

El Museo del Patrimonio Municipal (MUPAM), situado cerca del inicio del paseo, es otro atractivo que merece una visita. Este espacio expositivo resalta la historia y el arte de Málaga, complementando el ambiente cultural que impregna la avenida. Igualmente, el Parque de Málaga y los preciosos Jardines de Pedro Luis Alonso, con sus rosas y su estanque de lirios, ofrecen un oasis verde que acompaña el recorrido por este enclave histórico.

Inaugurado en 1926 por el rey Alfonso XIII y su esposa Victoria Eugenia, el Gran Hotel Miramar es un símbolo de lujo y elegancia. Durante la Guerra Civil, se transformó en hospital, pero posteriormente recuperó su prestigio como hotel de cinco estrellas. Este imponente edificio ha sido testigo de numerosas estancias de figuras célebres como Elizabeth Taylor, Orson Welles y Ernest Hemingway, quienes disfrutaron de su esplendor en tiempos pasados. Con su arquitectura de estilo clásico, que se distingue por la belleza de sus jardines y su proximidad a la playa, es otro de los mayores reclamos del Paseo de Reding. 

Fundado en 1831, el Cementerio Inglés de Málaga es uno de los espacios más curiosos del Paseo de Reding. Antes de su apertura, los extranjeros no católicos, en su mayoría británicos, eran arrojados al mar tras su muerte. La creación de este cementerio fue obra del cónsul británico William Mark, quien procuró un terreno para que los protestantes pudieran ser enterrados de acuerdo a sus creencias. Además de su valor histórico, el cementerio es un lugar tranquilo donde se pueden ver sepulturas de personajes ilustres, rodeadas por el silencio de los cipreses que lo custodian.