Escondido detrás de un entramado de callejuelas como San José, Méndez Núñez, Beatas o Echegaray que nos extrapola al gran zoco árabe y canalla que en su día fue el centro de Málaga, se halla el que para muchos es el corazón de la ciudad: la Plaza de la Constitución. De ella parte su paseo más coqueto, la Calle Larios.
Punto de encuentro de innumerables generaciones de ‘compadres’ juerguistas y recatadas parejas de novios, el luminoso y diáfano espacio que es la plaza de la Constitución se muestra elegante y serena a quienes la visitan. Muchos de estos turistas creen que su actual nombre llegó con la ansiada Transición democrática. En parte es cierto, pero ya tuvo este nombre mucho tiempo atrás.
Este y otros secretos guarda la Plaza de la Constitución. Repasamos su curioso pasado, su activo presente y su prometedor futuro. ¿Nos acompañas?
- Historia de la Plaza de la Constitución de Málaga
- Qué ver en la plaza de la constitución en la actualidad
- Cómo llegar a la Plaza de la Constitución
Historia de la Plaza de la Constitución de Málaga: Anécdotas y datos interesantes
Origen
La historia de la Plaza de la Constitución arranca con la conquista de Málaga a los musulmanes por parte de los Reyes Católicos en 1487. El asedio que sufrió la ciudad, que en su momento pertenecía al Reino Nazarí de Granada, fue larga y dura.
Siglo XVI
Tras la toma de la ciudad, los cristianos se percataron que en el centro del entramado de calles de la medina de Málaga se hacía necesaria una plaza que se convirtieran en el corazón comercial y político de la nueva ciudad cristiana. Fue así como se erigió la Plaza de las Cuatro Calles, que posteriormente vino en llamarse Plaza Mayor, antesala de la actual Plaza de la Constitución. La planta prácticamente definitiva ya estaba construida a principio del siglo XVI.
Es a lo largo de aquella centuria cuando la Plaza Mayor se convirtió en sede de las principales instituciones de la ciudad, tales como la Casa del Deán así como la del Cabildo, la casa del Corregidor, la Casa Consistorial, la cárcel de la ciudad, la Audiencia de la ciudad, las notarías y portales donde se afanaban los escribanos con sus legajos, la carnicería pública, tiendas de todo pelaje y, en definitiva, todo el microcosmos que albergaban orgullosos los centros neurálgicos de las urbes europeas contrarreformistas.
Siglo XVII
Ya en el siglo XVII se alzó, en el lado este de la plaza, el convento de las Agustinas Descalzas. La desamortización de 1854 se llevó por delante la institución religiosa y posibilitó la creación el recoleto pasaje de Chinitas, donde se ubicaba el café del mismo nombre.
En aquella época también se trasladó la renacentista Fuente de Génova, ubicada donde en un principio se encontraba la picota. Tampoco está de más recordar que la plaza de la Constitución fue uno de los lugares preferentes de Málaga en los que se realizaban Autos de Fe.
Siglo XVIII
El cambio de gusto de la nobleza ilustrada y la incipiente burguesía acomodada del siglo XVIII impulsaron nuevos ejes urbanísticos como la Alameda, con espacios amplios y elegantes, en detrimento de la Plaza Mayor, que vio como fue cayendo en decadencia.
En esta época inició su periplo la Fuente de Génova, que se trasladó a otros lugares de la ciudad durante más de 200 años. La fuente renacentista se reubicó definitivamente en 2003 en su emplazamiento original, aunque en un lateral de la plaza, tras la remodelación integral de la Plaza de la Constitución.
Siglos XIX y XX
Tras la Constitución de 1812, la célebre Pepa, se renombró la, hasta entonces, Plaza Mayor, en Plaza de la Constitución, siendo uno de los primeros espacios urbanos consagrados a la originaria Carta Magna. Los vaivenes políticos del país en los convulsos siglos XIX y XX, espadones, militares, realeza y republicanos mediante, hizo que la plaza se rebautizara en numerosas ocasiones. Unas veces como Plaza Real, otras como Plaza de Isabel II, otras veces como Plaza del 14 de Abril y otras como Plaza de José Antonio Primo de Rivera. Finalmente, la vuelta de la Democracia permitió que la plaza recobrara uno de sus antiguos nombres.
Aunque ya perdida, bajo la antigua Casa Consistorial se instaló en 1835 el famoso Café de la Loba, uno de los múltiples y más célebres cafés cantantes del Málaga.
Un poco angosto y destartalado hasta época muy reciente, durante el siglo XX la Plaza de la Constitución era una de las vías más atestadas de coches de la ciudad.
Testigo de corridas de toros, de quema de herejes, de sonadas más o menos “gloriosas”, en definitiva, del pulso vital de Málaga, la Plaza de la Constitución ha conseguido recuperar, tras la peatonalización del espacio y sus alrededores, su lustre y monumentalidad de antaño.
Qué ver y qué hacer en la Plaza de la Constitución de Málaga en la actualidad
El principal atractivo de la Plaza de la Constitución es dejarse sorprender topándose con ella sin llegar hasta allí desde la amplia calle Larios. Abierta a finales del siglo XIX, esta avenida comercial dota a la Plaza de una teatralidad que nunca tuvo anteriormente. Sin embargo, viniendo desde la plaza de la Catedral, atravesando calles como Santa María, la serena belleza del amplio espacio emerge de la nada casi sin darnos cuenta.
Una vez en la Plaza, merece la pena contemplar el edificio del Montepío de Viñeros, en el número 7, la única edificación antigua que ha sobrevivido. De su fachada de piedra cuelga el escudo de su Hermandad.
El resto de edificios se erigieron entre los siglos XIX y XX. Los más destacados son los números 5, 6 y 9. En éste último, sede de la clínica del doctor Martí, se encuentra el reloj de la plaza, punto de encuentro de generaciones de malagueños.
Tampoco hay que olvidar rodear la Fuente de Génova, construida en mármol en el siglo XVI. Se cree que se esculpió en la ciudad italiana de Génova, de ahí su nombre. También se la denomina Fuente de Carlos V, por haber sido el emperador quien ordenó que se instalara en la Plaza de la Constitución. Se trata de una esbelta y bella fuente de tres tazas con motivos eminentemente marinos (delfines y Neptuno).
También podemos aprovechar para descansar, reponiendo fuerzas en uno de los cafés de la Plaza: La Canasta, el Costa Café o el conocido Café Central de Málaga.
Cómo llegar a la Plaza de la Constitución
Al tratarse de una zona peatonal, la única manera de acceder a la plaza es a pie. Desde la calle Larios no tiene pérdida, pues es desde la plaza de la Constitución de donde sale la avenida comercial hasta la Plaza de la Marina.
Desde la ribera oriental del río Guadalmedina se puede llegar directamente a la Plaza de la Constitución tomando la Calle Cisneros, primero, y la Calle Especería después.