Hoy en día, el Puerto de Málaga, enclavado en la bahía natural que baña las estribaciones del cercano monte de Gibralfaro, comprende un moderno complejo marítimo de casi 7000 metros lineales de muelle, especializado en numerosos tipos de tráfico. Comercial, de pasajeros, de cruceros, deportiva y pesquera, su extensa actividad también se ha visto favorecida por la reciente construcción de un amplio espacio comercial —Muelle Uno—, así como por la creación del llamado Palmeral de las Sorpresas, un paseo verde con cerca de 400 ejemplares que permite la conexión armónica de la ciudad con el litoral.
Además, su vasto legado histórico, el cual se remonta 3000 años atrás con la fundación de la ciudad a manos de los fenicios, encuentra su contrapeso en una variada propuesta cultural situada a pie de mar. El Centre Pompidou Málaga, con una extensa colección fija de casi 90 obras, convierte al Puerto de Málaga en algo más que un lugar de atraque de ferries mastodónticos y yates de lujo. ¿Te apuntas?
- Breve crónica histórica del Puerto de Málaga
- Arte, cultura, y deporte a pie de muelle
- Restaurantes en el muelle uno, el centro comercial del Puerto de Málaga
Breve crónica histórica del Puerto de Málaga
Tanto su privilegiada situación geográfica, como su clima benigno o la generosidad de sus tierras, nos ayudan a entender las razones por las que tantos y tantos pueblos han luchado por controlar Málaga desde su fundación fenicia —bajo el nombre de Malaka— hace casi 3000 años. Ahora bien, el factor determinante lo encontramos en su puerto. El mismo, beneficiado por su cercanía con el norte de África, ha sido históricamente explotado por el cartaginés y el romano, por el musulmán y el cristiano, configurándose como motor indiscutible de la economía malagueña.
La suya es también una historia que pone de manifiesto la antigua lucha del hombre por dominar los elementos naturales. Objeto de numerosas intervenciones ingenieriles dedicadas a la consagración del puerto, una y otra vez los fuertes temporales de Levante o las riadas del Guadalmina imposibilitaron la finalización de sus obras. Multitud de reyes españoles apostaron, casi siempre inútilmente, por la modernización del puerto en pro de su importancia comercial, y no fue hasta mediados del siglo XIX que el espacio portuario pudo comenzar a contar por centenares las naves que arribaban a sus muelles.
Algunos hitos que hoy permiten mantener con vida la historia del puerto los podemos encontrar en los restos de la muralla nazarí que originalmente separaba los muelles de la ciudad, y que Carlos III mandó vender allá por el siglo XVIII. De esta época, que por cierto supuso para Málaga la apertura del tráfico con América, también se conserva la Capilla de la Inmaculada Concepción, una pequeña iglesia barroca que tras ser desplazada piedra a piedra durante más de doscientos años hoy alza su frente sobre el Paseo de la Farola.
A propósito de este último, vale la pena recordar que en 1817 tiene lugar la construcción de uno de los símbolos modernos más importantes de la ciudad. Se trata de La Farola, un faro de paredes encaladas de 38 metros de altura, que de manera inminente acogerá en su interior el nuevo Museo del Puerto de Málaga.
Arte, cultura y deporte a pie de muelle
Como ya adelantábamos antes, desde finales del siglo XX el Puerto de Málaga ha pasado de ser un mero puerto marítimo a uno con vocación ciudadana. Su cercanía al casco histórico y los esfuerzos por avivar su vida cultural han permitido su transformación en un espacio más de la vida social malagueña.
Buena cuenta de ello da el Centre Pompidou Málaga —sede del Centro Nacional de Arte y Cultura Georges Pompidou de París—, cuyo edificio se encuentra, bajo la forma de un llamativo cubo de vidrio policromado, entre los Muelles 1 y 2 del puerto. El mismo alberga, desde 2015, un recorrido por el arte de los siglos XX y XXI, con cerca de setenta obras pertenecientes a la selecta colección del Centre Pompidou, además de varias exposiciones temporales. No faltan tampoco eventos y talleres relacionados con otras disciplinas artísticas como la danza, el teatro, el cine o la escritura.
En la faceta deportiva, el Puerto de Málaga alberga desde 1873 el Club Mediterráneo, un club enfocado originalmente en el remo y otras disciplinas náuticas —vela, pesca deportiva y natación—, y posteriormente, también en otros deportes como el atletismo, el futbol sala, el tenis, el pádel o el frontón. Se encuentra ubicado a un palmo de La Farola, dando la espalda a la cercana playa de la Malagueta.
Restaurantes en Muelle Uno, el centro comercial del Puerto de Málaga
El Paseo del Muelle Uno, uno de los paseos marítimos que discurre por el interior del mismo puerto, además de acoger todos los espacios culturales antes mencionados, también da cabida al centro comercial Muelle Uno. Se trata de un espacio comercial de 56.000 metros cuadrados cuya inauguración en 2011 trajo consigo la posibilidad de disfrutar de hasta 30 bares y restaurantes, así como de numerosas tiendas y boutiques, sin salir del propio recinto marítimo.
Entre la multitud de terrazas que bañan el paseo, se pueden distinguir nombres exóticos de restaurante, como el de Saloniki, especializado en comida griega, o el de Buddha Brasserie, especializado en comida india y tailandesa. También saltan a la vista nombres con empaque local, como el de José Carlos García, un restaurante cuyo chef presume de poseer una Estrella Michelín, y en donde la carta, aunque pequeña, brinda platos de gran elaboración. Por su parte, el Toro Muelle Uno resulta especialmente recomendable si lo que se busca son tapas malagueñas con vistas bonitas de la ciudad.