Las tapas de Málaga se elaboran, sobre todo, siguiendo las recetas más populares de la comida típica de la provincia. Bajo ese presupuesto, es fácil deducir, por tanto, que la tapa que triunfan en los bares de la ciudad es la de boquerones fritos.

A éstos se añaden otras especies marinas, como los calamares y calamaritos, los choquitos (o puntillitas), salmonetes, cazón.

En el capítulo de mariscos en Málaga son habituales las tapas a base de gambas al ajillo y de pipirrana. Esta es una especie de salpicón de mariscos (pulpo y langostinos, sobre todo), con profusión de tomate, cebolla, pimiento verde y rojo, todo ello aderezado con aceite de oliva virgen extra.

En las barras de tapas de Málaga, junto al ajoblanco y la porra antequerana, también tiene un protagonismo especial la tortilla de patata. Tapa habitual, por otro lado, en los bares de cualquier otro lugar de España.

Y, por último, una exquisitez: las albóndigas (de carne o pescado), en salsa de almendras malagueñas.

 

 

Dónde tapear en Málaga

Tapas

Si hay una zona de tapas en Málaga esa es la calle Moreno Monroy. En los apenas 60 metros de longitud de esta vía se concentran algunas de las mejores propuestas gastronómicas de la ciudad. En función del bar elegido, aquí se puede disfrutar tanto del tapeo clásico como de las propuestas más creativas. Estas son algunas buenas opciones:

  • El Chinitas (Moreno Monroy, 4): todo un clásico, sobre todo por sus frituras de pescado. Pero también son muy recomendables sus croquetas de pringá. Y su jamón es de antología.
  • La Taberna de Monroy (Moreno Monroy, 3-6): taberna y vinoteca (unos metros más allá), cuyas cocinas parten de la tradición para explorar en nuevas texturas, presentaciones y sabores. Por ejemplo, los canelones de salmón ahumado al pesto o el hummus casero de La Axarquía.
  • KGB (Fresca, 12): doblando una esquina de la calle Moreno Monroy se encuentra esta taberna que, ya en su nombre (Kuartel Gastronomic Bar), desvela su vocación por lo innovador y rompedor. Sobre todo en tapas tan seductoras como el tataki de tiburón o la ensalada negra de pasta con vieiras.

 

 

  • Wendy Gamba (Fresca, 10): del mismo propietario que el anterior, es perfecto para un vermut o una caña (bien tirada), acompañada de una tapa de ensaladilla rusa o un pincho moruno de cordero lechal.

 El Pimpi, toda una institución en Málaga

Si hay una catedral de las tapas en Málaga, esa es la taberna El Pimpi. Un local con mucha historia, más vino y, por supuesto, tapas de lo más variado. Además, en 2017 compró parte del negocio el actor Antonio Banderas. Nada menos.

Aunque el establecimiento, como tal, abrió sus puertas en 1971, el edificio donde se encuentra data del siglo XVIII: se trataba de una de las bodegas de vino de Málaga con más solera de la provincia. De hecho, es uno de los mejores lugares para catar las variedades de este tipo de vino.

En el capítulo gastronómico, las tapas se degustan en la zona de la bodega tradicional, entre las barricas de madera y en los diferentes patios y salas en que se distribuye este espacio.

Aquí triunfan, cómo no, las frituras de pescado y los boquerones. Pero también hay alternativas no menos reseñables, como la ensaladilla rusa o la ensalada de pimientos asados.

Un consejo: curiosear por las firmas y dedicatorias (con tiza) de las botas de madera, realizadas por parte de los numerosos famosos que han pasado por el local.

Terrazas de Málaga para tapear

Una de las grandes ventajas de Málaga en esta costumbre de salir de tapas es que, prácticamente durante todo el año, se puede realizar al aire libre. Es decir, el buen clima del que goza esta ciudad durante casi todos los meses del año favorece la proliferación de terrazas. Muchas de ellas con vistas y en lugares de especial importancia monumental. Estos son algunos buenos ejemplos:

  • Nacalú (Bolsa, 11): sin grandes pretensiones, este local tiene una agradable terraza y tapas muy auténticas. Por ejemplo, las lagrimitas de pollo, el atún, la ensaladilla rusa o sus croquetas de pollo y mango.
  • Vino Mío (Plaza de Jerónimo Cuervo, 2): aunque con mayor vocación por las comidas “de sentado”, en este local también ofrecen la opción de degustar su cocina contemporánea y de influencia internacional en forma de tapas.
  • El Refectorium (Paseo de la Sierra, 36): desde sus terrazas se disfrutan de algunas de las mejores panorámicas a la bahía de Málaga. En cuanto a la cocina, aquí se viene a degustar sus pescados de temporada, como el atún rojo de Barbate o las gambas de Garrucha.
  • Óleo Restaurante (Alemania, s/n): este templo gastronómico, con una agradable terraza, se encuentra en el CAC (Centro de Arte Moderno de Málaga). Sirven tapas regionales, con ciertos toques de creatividad. También hay una barra de sushi.

 

 

Tapas baratas en Málaga

Por lo general, tapear en Málaga es una costumbre bastante económica. Es raro que la cuenta por un par de cervezas y sus tapas correspondientes suba mucho más de los 6 euros. Aunque, claro, siempre hay excepciones. Para evitar sorpresas, aquí mostramos algunos bares y restaurantes con tapas a muy buen precio:

  • La Tranca (Carretería, 92): es una tasca “de toda la vida”, con su barra de madera y sus azulejos en las paredes. Un lugar ideal para probar empanadas, tortillas variadas, pinchos de langostinos o el queso de Almagro.
  • Bodegas Quitapenas (Sánchez Pastor, 2): uno de los clásicos de la ciudad (con origen en 1880). Aparte de sus variedades de vino local, merece la pena probar tapas como los chopitos y las berenjenas fritas.
  • EL Tapeo del Colilla (Antonio Chacón, 11): las tapas habituales de todo bar malagueño que se precie, con variedad y calidad. Especial atención al capítulo de las frituras de pescado.
  • Cortijo de Pepe (Plaza de la Merced, 2): en uno de los lugares más emblemáticos de Málaga, es otro de esos locales tradicionales en donde se sirve cocina local. Por ejemplo, su atún en salsa, su pulpito a la brasa y su bacalao al ajillo.
  • El Tapeo de Cervantes (Cárcer, 8): tapas creativas en un ambiente de lo más acogedor. Muy recomendable el pincho de pollo macerado en limón con arroz basmati. O las croquetas caseras con mermelada de piña.