Playas, historia, arte, gastronomía… y mucha diversión. Alcúdia es uno de los destinos más atractivos de la isla de Mallorca. Y tiene razones para serlo. Esta ciudad amurallada, con vestigios humanos desde el siglo VI a.C., cuenta con un patrimonio monumental extraordinario. Por su territorio, pasaron los romanos, a quienes se debe la fundación de Alcúdia (Pollentia) y Palma. También los vándalos y los árabes, hasta que en 1229, se produjo la conquista catalana y se construyó la ciudad medieval amurallada.
Por eso, la primera impresión que tiene el visitante al aproximarse a Alcúdia es la de sus impresionantes murallas, que comenzaron a levantarse en tiempos del rey Jaime II y se terminaron en tiempos de Pedro III de Aragón en 1362. Pues bien, la muralla medieval de Alcúdia tiene una forma irregular y cuenta con 26 torres y 4 puertas principales: Porta de Mallorca (también conocida como de Sant Sebastià), Portal del Moll (o de Xara), Porta de la Vila Roja y Portella. Todo el recinto amurallado se puede bordear a través del Camí de Ronda y también por la parte superior, desde donde se divisan unas vistas espectaculares de la Bahía de Pollensa.
Qué ver en Alcúdia
Pero Alcúdia tiene muchos más atractivos que la muralla. ¿Qué hay que ver en Alcúdia? Son tantos los enclaves interesantes que tiene la ciudad que enumeraremos sólo los imprescindibles para que el viajero se lleve una idea cabal de esta ciudad que fue declarada Conjunto Histórico-Artístico en 1974 y que cuenta con más de 30 kilómetros de costa, con la consiguiente variedad de playas y calas, todas de singular belleza.
Alcúdia está bañada por dos fantásticas bahías: la de Pollensa y la de Alcúdia. Su costa es agreste y accidentada, por lo que la presencia de acantilados se hace notar en esta zona de la isla, si bien según avanzamos hacia el norte, la orografía se suaviza y nos encontramos con playas rectilíneas y arenosas. Es el caso de la Playa de Alcúdia, con más de 7 kilómetros de arena blanca y fina, en la que existen tramos de vegetación virgen, con pinares y dunas. Es la más grande y accesible del municipio y cuenta con una gran oferta de ocio y un alto nivel de seguridad.
Playas de Alcúdia y de Muro
La Playa de Alcúdia se puede dividir en dos tramos. El primero parte del Puerto Deportivo o Club Náutico y cuenta con un agradable paseo marítimo que nos conduce hasta el segundo tramo. Este último empieza en Ciudad Blanca y llega hasta la Playa de Muro. Ambas zonas están provistas de numerosos servicios e infraestructuras de ocio, tanto en el agua como sobre la arena, además de chiringuitos, duchas y baños públicos, toboganes, hamacas, sombrillas, etc.
Como ya hemos dicho, cuando acaba la playa de Alcúdia comienza la espectacular playa de Muro, que está considerada como una de las mejores de Mallorca. Tiene más de 5 kilómetros de longitud y es una playa ideal para ir con niños y en familia, por su poca profundidad y su arena fina y dorada. La playa cuenta con el reconocimiento de Área Natural de Especial Interés por la transparencia de sus aguas y el certificado de Bandera Azul. Es un destino ideal para los deportes náuticos y acuáticos.
Plan de ocio en el Hidropark Alcúdia
Si te apasiona el agua, tienes la oportunidad de visitar el Hidropark Alcúdia, un parque acuático ideal para pasar un día en familia, sobre todo si hay niños pequeños y disfrutones. Cuenta con una superficie de 40.000 metros cuadrados y numerosos atractivos para todas las edades.
Hay diferentes tipos (y tamaños) de toboganes, una zona nueva llamada “Neptuno”, un minipark en la piscina, otra piscina de olas, un chiringuito y los atractivos globos gigantes que permiten caminar sobre el agua. Ésta es una actividad que vuelve locos a los niños. Dentro del Hidropark, existen bares y restaurantes con una gran diversidad de oferta, que va desde la comida fría y caliente, hasta la barbacoa o la comida rápida.
Un mercado junto a la muralla
Otro de los muchos destinos que hay que ver en Alcúdia es su gran mercadillo tradicional. Conocido como Alcúdia Market, es uno de los más importantes de la isla y se celebra junto a las murallas medievales.
Si a estas alturas ya tienes hambre, no tienes más que dirigir tus pasos a Elionor para probar los típicos cocarrois (empanadillas de verduras) o los robiols (dulce de confitura o cabello de ángel). O también puedes ir a Ca’n Torres en caso de que te apasionen las buenas ensaimadas. Esto puede ser sólo un aperitivo antes de pensar en un buen almuerzo o cena en alguno de los numerosos y buenos restaurantes con que cuenta Alcúdia.
Restaurantes en Alcúdia
Si te apetece disfrutar en un restaurante bonito y elegante, puedes elegir el Jardín, el Bistró del Jardín, Sa Romana o La Terraza. En caso de que prefieras decantarte por la cocina local y tradicional, no te defraudarán Los Patos, Blue Saphire, Como en Casa o Alcanada 35. Hay muchos locales que ofrecen menús y precios económicos con propuestas gastronómicas más que aceptables. Entre ellos, figuran Indian Fusion, Sa Roqueta, Smith’s, Himalaya Indian Nepalese, Lloyd’s Chippy, The Foxes Arms, Tratoria Italiana S’Espiga y Paco’s Bar Funny Bunny.
No hay que olvidar tampoco, ni por asomo, los muchos atractivos monumentales de Alcúdia, cuyo nombre, por cierto, procede del árabe “Al-Kudia” (sobre la colina). No conviene perderse la Iglesia parroquial de Sant Jaume. ¿La razón? Cuenta con un excepcional retablo, el de “Nuestra Señora, con San Sebastián y San Bernardo”, que se exhibe en el museo parroquial.
Museos y teatro romano
Tampoco hay que dejar de visitar el Museo de la Ciudad Romana de Pollensa, la Fundación de Arte Yannick y Ben Jacober en Sa Bassa Blanca o el Centro de Arte y Cultura de Can Fondo. Merecen también la pena el Ayuntamiento, la iglesia de Santa Anna, la ermita de la Victoria, sus casas señoriales y renacentistas, la Torre Mayor o el yacimiento de Pollentia y su teatro romano.
En definitiva, las posibilidades de disfrutar en Alcúdia son muchas, tanto para los que aman el mar y la playa como para los apasionados del arte y de la cultura.