Ir hasta Cabrera es, sin duda, una de las excursiones más recomendables si se tiene la oportunidad de disfrutar de unos días de descanso en Mallorca. En este pequeño archipiélago, a apenas media hora de navegación en lancha, destaca la isla que da nombre a todo el conjunto: Cabrera. Es la quinta isla balear (por tamaño), después de Mallorca, Menorca, Ibiza y Formentera.
La principal particularidad de este pequeño archipiélago es la práctica ausencia de actividad humana, con excepción de los barcos turísticos y de recreo que, cada día, obtienen permiso para recalar aquí. Barcos que transportan, sobre todo, a submarinistas y amantes del naturalismo, en general. Esto, unido al secular aislamiento de esta zona, ha preservado el paisaje terrestre y marino como en pocos lugares del Mediterráneo.
Así, los fondos marinos que rodean este pequeño archipiélago de Cabrera están entre los más limpios, ricos y auténticos de todo ese mar. Por eso, desde 1991 este lugar está reconocido como parque nacional por parte del organismo español correspondiente. Así, el Parque Nacional Marítimo del Archipiélago de Cabrera es el único con esta categoría en todas las Baleares. Y en 2003 fue reconocido como zona especialmente protegida de interés para el Mediterráneo (ZEPIM).
Cómo son la isla y el archipiélago de Cabrera
El archipiélago de Cabrera está formado por 19 pequeñas islas e islotes. De todas ellas, la de mayor tamaño es la propia isla de Cabrera, que tiene una extensión de unos 11,5 kilómetros cuadrados. En ella está también el único puerto del pequeño archipiélago, donde no se puede recalar sin permiso y con bastantes limitaciones en cuanto a la cantidad diaria de embarcaciones. Todo, con vistas a proteger la increíble biodiversidad de este privilegiado entorno marino.
La visita limitada de embarcaciones es hoy la única presencia humana que contempla la isla. Aunque no siempre fue así. De hecho, existen huellas de la presencia del hombre. Estas son las más relevantes:
- Yacimiento de Pla de Ses Figueres: se trata de un pequeño cenobio que estuvo ocupado, probablemente, entre los siglos V y VIII.
- Restos del campamento de prisioneros de la Guerra de Independencia (1808-1812).
- Restos de la factoría de salazones de pescado: se considera que su origen está en el siglo V.
- Necrópolis bizantina: hay identificadas cinco tumbas que datan del siglo VII.
- Yacimiento de Es Clot des Guix: con restos vándalos y bizantinos. Aquí hubo una cantera de yeso (guix).
- Castillo de Cabrera: data del siglo XV y está situado sobre el promontorio del puerto. Es una de las imágenes más representativas del pequeño archipiélago.
- Museo de Cabrera: se sitúa en la construcción que ocupó la bodega de la isla. Está distribuido en tres áreas temáticas: arqueología, etnografía y medio natural.
Excursiones a Cabrera en barco
La excursiones a Cabrera parten desde el puerto situado en la Colonia Sant Jordi, al sur de la isla de Mallorca. Por lo general, duran media jornada (unas seis horas). Hay diferentes empresas que organizan rutas durante todo el año, y que amplían la oferta verano. Aunque siempre con las limitaciones que establece el organismo regulador del Parque Nacional.
Estas son algunas de las opciones para esta excursión:
- Desembarco y visita a la Cueva Azul: permite conocer la isla de Cabrera y también esta oquedad, situada en el perfil costero de la propia isla. Se la conoce así por la intensidad del color de las aguas que la bañan durante los días más soleados.
- Ruta marítima y Cueva Azul: con esta opción es posible nadar en alguna de las calas más espectaculares del archipiélago, incluida la propia Cueva Azul.
- Excursión completa: permite combinar las dos anteriores y, además, la posibilidad de conocer los fondos marinos del archipiélago mientras se practica esnórquel.
- Submarinismo: diversas empresas ofrecen la posibilidad de explorar los fondos marinos cabrenses. Es necesario tener la titulación Open Water Diver.
Las riquezas del Parque Nacional de Cabrera
El Parque Nacional Marítimo del Archipiélago de Cabrera tiene una extensión de algo más de 10.000 hectáreas. De ellas, unas 8.700 corresponden al medio marino. Así pues, la mayor parte de la biodiversidad de este espacio protegido se encuentra bajo las aguas del mar, con más de 500 especies.
Entre ellas destacan numerosos tipos de moluscos, crustáceos, esponjas, erizos y unas 220 especies de peces. Es el caso de los meros, salpas, doradas, lubinas, chopas, dentones, cabrachos y congrios.
Comparten hábitat con otras llamativas especies, como la tortuga boba y la tortuga laúd, los pulpos y los delfines. Por desgracia, ya no hay aquí, como ocurría hasta hace no tanto, colonias de focas monjes, que ahora crían en zonas más alejadas del Mediterráneo.
Muy importante es el capítulo de la avifauna. Así, en el archipiélago de Cabrera nidifican o recalan especies como gaviotas, cernícalos, águilas pescadoras, halcones peregrinos, jilgueros, verderones y pinzones.
En cuanto a los mamíferos su presencia se limita a pequeñas especies como conejos, ratas negras, erizos morunos y algunos murciélagos.
En cuanto a la flora, lo más relevante en Cabrera es la abundancia de algas, con más de 160 variedades, entre las que destacan las praderas de posidonia que cubren los fondos marinos. Esta es una planta fundamental para la regeneración de las aguas y la supervivencia de numerosos animales marinos.
Y en tierra firme, completando el capítulo de la flora cabrense, existen numerosos ejemplares de pinos carrascos, acebuches, sabinas, encinas, boj y otros mucho matorrales más.
¿Hay restaurantes en Cabrera?
No, no hay restaurantes en Cabrera. Algo lógico si se tiene en cuenta el grado de protección frente al impacto humano en este archipiélago. A cambio, sí existe una pequeña cantina donde se pueden comprar bocadillos y platos de comida sin mucha elaboración.
La alternativa es que te lleves a la excursión tu propia comida. Algunas empresas también ofrecen la posibilidad de comer a bordo de su barco.