La Alcudia es uno de los lugares más mágicos del norte de la isla de Mallorca. Famosa por sus playas y sus calas, es una de las zonas donde los visitantes buscan rincones únicos en los que el mar Mediterráneo se vuelve más azul y la roca o la arena mucho más dorada. Estas son las siete calas más cercanas que podemos visitar
Playa de Muro
Esta cala de casi seis kilómetros es una de las playas más espectaculares de la zona y apreciada por los bañistas que van con niños porque el agua no cubre hasta que uno no se adentra mucho en el mar.
Está situada muy cerca del Port d’Alcudia y se divide en cuatro secciones marcadas por las sinuosas dunas y la arena blanca.
En la mayoría de su espacio podremos encontrar todo tipo de comodidades como sombrillas, alquiler de hamacas y chiringuitos. Pero hay una parte que pertenece ya al Parque Natural de S’Albufera y al estar más protegida ha permanecido más virgen.
Playa de Muro es perfecta para realizar todo tipo de actividades y deportes acuáticos.
Cala de Coll Baix
A esta increíble cala se llega después de caminar unos 20 minutos por una senda muy fácil que ya resulta una maravilla. Se trata de una zona de baño de unos 200 metros de largo que se ha mantenido virgen en plena isla de Mallorca y que no suele estar muy concurrida salvo por los barcos que fondean en su pequeño recodo.
La recompensa de la caminata es un mar de un azul increíble y transparente. Eso sí, hay que meter en la mochila todo lo que vayamos a necesitar, sobre todo mucha agua, algo de comer y protección solar.
Cala Deià
Este pequeño rincón pegado al pueblo de Deià es una de las calas más buscadas y no solo por los bosques y acantilados que la rodean.
En esta zona tienen sus casas de verano muchos famosos y no es raro que se pueda compartir un chapuzón con alguno de sus populares vecinos.
Quizás por eso, esta cala de 80 metros ubicada en una zona de montaña cuenta con instalaciones privilegiadas como duchas y baños y hasta dos chiringuitos.
A pesar de esto, la Cala Deià no está saturada de turistas y sigue siendo un lugar de película gracias a su naturaleza y los cortes rocosos.
Además, los dos chiringuitos se han convertido en lugares únicos donde tomar paellas, pescado o tapas mallorquinas.
Cala Poncet
Esta cala de 80 metros de largo sigue manteniendo su espíritu tradicional donde muchos de sus bañistas son oriundos de Mallorca o visitantes de muchos años.
Poncet está protegida por la sierra de Tramuntana y cuenta con unas vistas increíbles sobre el Cabo Farrutx y una parte de la Bahía de Alcudia.
Cala Poncet es una cala pequeña e íntima de Alcudia. La arena es una mezcla de granos finísimos con otros más gruesos y el mar Mediterráneo se alía con el sol para mantenerse casi como una piscina muy poco profunda.
Uno de los momentos más espectaculares es cuando va a caer el sol y la gente se sienta en la cala a charlar, a calentarse con los últimos rayos del día y a captar la energía de un lugar mágico.
Cerca de la cala podemos encontrar todos los servicios que podamos necesitar así como bares y restaurantes para comer o cenar.
Cala Alcanada
Se trata de una de las calas más visitadas de la zona porque no hace falta darse una caminata para llegar a ella y es bastante segura para ir con niños y toda la familia. De hecho, se puede aparcar cerca y se ubica junto a un pequeño pueblo que cuenta con todo lo que podamos necesitar.
Aún así Alcanada tiene un encanto casi salvaje gracias a los barquitos fondeados en la bahía y a la isla de Alcanada donde se ubica un faro de 1861.
Este lugar mágico y hasta cierto punto enigmático se puede visitar cuando baja la marea y se abre un estrecho acceso hasta ella. Es uno de los momentos más fotografiados
Aunque no haya que caminar para llegar a la cala, no hay que perderse los alrededores puesto que la ruta que bordea el campo de golf lleva a un mirador sobre la bahía de Alcudia increíble.
Cala S’Illot
S’Illot es una cala salvaje, agreste, de piedras y grava y llena de pequeños tesoros dentro y fuera del agua. Es uno de los lugares más espectaculares de la zona para hacer snorkel o buceo ya que se pueden ver distintas variedades de peces y hasta pulpos.
Una de las mayores atracciones para los bañistas es, sin duda, lanzarse de la pequeña isla que se ubica en esta cala con forma de doble arco.
Cala Murta
Llegar hasta Cala Murta es un placer de un kilómetro y medio. Aunque puede parecer mucho, el camino atraviesa un bosque de pinos que protege del sol que abre en algunos puntos para disfrutar de unas vistas únicas.
De hecho, aunque en el norte de Mallorca hay calas vírgenes como estas y poco concurridas, Murta es muy especial precisamente por la tranquilidad del camino y la paz que genera antes incluso de tocar el mar.
Una vez en la cala, el baño está a la altura del camino por el intenso azul del Mediterráneo en este rincón rodeado de montañas. Desde allí podemos hacer otra ruta, que sale del lado derecho, hasta “El Castellet”, un pequeño islote con un ambiente mágico.