El castillo de Bellver (o Castell de Bellver, en mallorquín, que quiere decir “bella vista”) se alza en lo alto de una colina, a 112,6 metros sobre el nivel del mar, y, en efecto, es fiel a su nombre, ya que desde su privilegiado enclave se puede disfrutar de unas bellísimas panorámicas del centro de Palma y su bahía. En este artículo nos sumergimos en la historia de este singular edificio y te ofrecemos todos los detalles necesarios para planificar tu visita.
La capital de las Baleares posee una nómina de edificios góticos bastante completa, entre los que destacan la catedral, la lonja, el palacio de la Almudaina y el claustro de la iglesia de Sant Francesc. Sin embargo, el castillo de Bellver es seguramente la construcción que mejor nos traslada a la Mallorca medieval. A ello contribuye, no cabe duda, su aislamiento. Y es que desde lo alto de la colina, y rodeado por el bosque de Bellver, resulta más fácil descontextualizar el inmueble y abstraerse de los cambios que el desarrollo turístico provocó en la isla.
- El Castell de Bellver y el proyecto defensivo de Jaime II
- Por qué visitar el castillo de Bellver
- Curiosidades y secretos del Castillo de Bellver
- Dónde alojarse cerca del Castell de Bellver
El Castell de Bellver y el proyecto defensivo de Jaime II
La construcción del castillo de Bellver se inició en 1300 por mandato del rey Jaime II, quien quería erigir un palacio-fortaleza donde refugiarse en caso de que la isla fuese atacada. El proyecto avanzó rápidamente, ya que en tan solo nueve años se había concluido la fase arquitectónica; si bien la ornamentación se fue completando con los años.
La fortaleza cumplió durante un tiempo con su función primigenia, albergando durante etapas puntuales a los monarcas Jaime II, Jaime III y Sancho I. Sin embargo, en 1717 fue convertida en prisión militar, siendo su inquilino más célebre el mismísimo Gaspar Melchor de Jovellanos, ministro de Carlos IV y uno de los personajes más importantes de la Ilustración en España. Fueron precisamente sus “ideas ilustradas” y los enfrentamientos con el secretario de estado Manuel Godoy los que motivaron su destierro al monasterio de Valldemosa, en primera instancia, y su posterior reclusión en el castillo de Bellver. Fruto de aquellos años de encierro es su libro Memoria del castillo de Bellver, así como otros textos vinculados al patrimonio local de la isla.
Por qué visitar el castillo de Bellver
Estos son algunos de los aspectos que hacen del castell de Bellver una construcción tan atractiva para el viajero:
- Su planta circular. Se trata de un diseño poco frecuente en este tipo de edificaciones defensivas. Además, dispone de cuatro torres orientadas a los puntos cardinales. Tres de ellas, con planta semicircular, se hallan integradas en los muros del núcleo central, mientras que la cuarta, la Torre del Homenaje, que mira al norte, se encuentra desplazada siete metros. La decisión de distanciarla del resto del conjunto responde a motivos defensivos, ya que, de esta manera, si el núcleo central era asediado, los monarcas podían refugiarse en la torre más alta y, por consiguiente, más difícil de atacar.
- El patio. El edificio central se organiza en torno a un bello patio circular. Este cuenta con 21 arcos de medio punto en el cuerpo inferior y 42 ojivales, en el superior. La planta baja, como era habitual durante la Edad Media, la ocupaban las dependencias de abastecimiento y las estancias para alojar a la tropa y al servicio. Por su parte, las habitaciones de los monarcas, los salones de recepción y ceremonias y la capilla quedaban en la planta noble.
- Elementos defensivos. El castillo de Bellver dispone, además, de un verdadero repertorio de elementos defensivos, los cuales debieron dificultar sobremanera cualquier pretensión de asalto. Entre ellos, un gran foso, estrechos vanos para disparar sin convertirse en blanco fácil (denominados saeteras o aspilleras), puentes levadizos, garitones, matacanes y barbacanas. Así pues, para facilitar la comprensión del edificio, vale la pena apuntarse a algunas de las visitas guiadas que se organizan o recurrir a su servicio de audioguía.
- Estancias reales. Son los espacios que ocupaban los reyes cuando residían en el castillo de Bellver. Durante los siglos XVIII y XIX se denominaban “estancias del gobernador” y hoy están decoradas con dos pinturas del artista bosnio Krekovic (1901-1985) en las que aparecen representados el rey Jaime I y la muerte de Jaime III. Hay que decir que el rey Jaime II sólo vivió unos pocos años aquí porque murió muy pronto, si bien durante su mandato el castillo vivió su época de mayor esplendor, ya que trasladó aquí su corte y en el castillo se sucedían fiestas, cenas, justas y torneos. En la estancia de la reina existe una ventana con un “festejador”, nombre que reciben los espacios donde acudían las damas para ser cortejadas por sus amados al pie de la ventaja o para departir con alguien. El castillo de Bellver también fue residencia real de Sancho I y Joan I de Aragón.
- Torre del Homenaje. La torre mayor o torre del homenaje, de planta circular y 33 metros de altura, es la edificación más emblemática del castillo de Bellver. En su interior existen cuatro estancias circulares de 6 metros de diámetro que se comunican entre sí mediante una escalera de caracol que acaba en una terraza superior. También cuenta con un aljibe que originalmente recogía el agua necesaria para soportar un asedio prolongado. Tradicionalmente, en este tipo de torres se realizaba la ceremonia por la que el responsable de la fortaleza realizaba un juramento de fidelidad y obediencia a su rey o señor y de defensa del castillo.
Más allá de la belleza y la singularidad arquitectónica de la construcción, que sin duda las tiene, subir hasta el castillo de Bellver compensa por el hecho de contemplar la bahía desde la colina, con sus barquitos amarrados en el puerto y, al fondo, la mole pétrea de la catedral de Palma, concebida como un bosque de arbotantes. Prepara la cámara. ¡Tus fotos acumularán muchos likes en Instagram!
Curiosidades y secretos del Castillo de Bellver
Además de ser uno de los pocos castillos con forma circular que se pueden encontrar en Europa, la fortaleza de Bellver tiene otros secretos y curiosidades que le hacen singular y que te contamos a continuación:
- Prisión militar desde 1717. Además de ser residencia real, este castillo se convirtió en 1717 en prisión militar. Aquí, por ejemplo, estuvo preso Gaspar Melchor de Jovellanos, escritor y ministro de Hacienda y de Gracia y Justicia, bajo el reinado de Carlos IV por sus desavenencias políticas con Manuel Godoy. También estuvieron cautivos numerosos militares franceses, todos ellos derrotados en la famosa Batalla de Bailén.
- Fábrica de moneda en 1821. Temporalmente se convirtió en fábrica de moneda para, mucho más tarde, volver a ser prisión durante la Guerra Civil española. Aquí estuvieron encarcelados más de 800 presos republicanos.
- Sede del Museo de Historia de la Ciudad. En la actualidad, es la sede del Museo de Historia de la Ciudad y de la Colección Despuig de escultura clásica. El visitante puede realizar un recorrido por la historia de Palma, desde los asentamientos talayóticos hasta el siglo XX pasando por la conquista romana en el siglo II a.C., la etapa musulmana, la conquista catalana, el establecimiento del reino de Mallorca, la construcción de las murallas renacentistas y su derribo en 1903.
- Su nombre alude a la belleza de sus vistas. Al parecer el nombre del castillo de Bellver alude a las espectaculares vistas que se divisan desde la fortaleza. Y es que la palabra “Bellver” procede de un vocablo del catalán antiguo que significa “bella vista”. Desde aquí se puede contemplar la ciudad, el puerto, la Serra de Tramuntana y toda la zona del Pla de Mallorca.
- Fue construido con piedra autóctona. El material con que se levantó el castillo de Bellver es marés, un tipo de piedra arenisca muy moldeable que abunda en las islas Baleares. Con esta misma piedra se edificaron también la catedral, la Lonja y las antiguas murallas de la ciudad.
Dónde alojarse cerca del Castell de Bellver
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