La Copa del Rey Mapfre de Vela pone a Mallorca durante toda una semana, entre los meses de julio y agosto, en la primera plana de los informativos del país. Buena parte de la repercusión de esta regata en los medios es consecuencia del hecho de que en ella suelen participar varios miembros de la Familia Real española. Sobre todo, y durante décadas, el ahora rey emérito, Juan Carlos I. Esto ha atraído hasta la aguas de la bahía de Palma de Mallorca a una parte importante de la llamada jet set internacional.

Pero sería muy injusto obviar la calidad de la competición, con regatistas y barcos pertenecientes a algunos de los armadores y clubes más laureados de todo el planeta. De hecho, es una de las regatas más prestigiosas de cuantas se celebran en el Mediterráneo y, también, una de las que tienen una mayor participación. Como dato orientativo, en la edición de 2018 se inscribieron nada menos que 150 equipos nacionales e internacionales.

Ya seas un experto en el mundo de la vela, un aficionado o un curioso, es todo un espectáculo contemplar la bahía de Palma plagada de barcos de competición con sus velas al viento. Un espectáculo que luego se traslada a muchos bares, terrazas y clubes de la ciudad, en un ambiente distendido y colorista.

 

 

Copa del Rey Mapfre de Vela

La primera edición de la Copa del Rey de Vela tuvo lugar en el verano de 1982. En ese año la Asociación Nacional de Cruceros decidió organizar, en colaboración con el Real Club Náutico de Palma, una regata abierta a todas las embarcaciones donde se compensarían los tiempos de llegada en función del tamaño y la forma de sus velas.

En aquella primera competición de la Copa del Rey de Vela participaron poco más de 50 embarcaciones, la mayoría nacionales. El ganador fue el barco italiano “Nat”.

Pronto la regata comenzó a adquirir proyección internacional. Pero, con el tiempo, el número de armadores españoles interesados en participar en la competición se fue incrementando. Uno de los más renombrados era el barcelonés José Cusí, que cada año invitaba al Rey Juan Carlos a formar parte de la tripulación. Su equipo resultó ganador de la competición en seis ocasiones.

En los años 90 la Copa del Rey de Vela fue adquiriendo un mayor prestigio, sobre todo al ser incluida en los circuitos internacionales, como en el europeo Two Tonners de 1990.

Pero la consolidación de esa fama internacional no llegaría hasta el siglo XXI; gracias, sobre todo, a la apuesta de sus organizadores por el perfeccionamiento del sistema IMS, que dio origen a los barcos clase ILC, precursores a su vez de las actuales clases Monotipo o Box-Rule.

Cuando se despidió de la competición el célebre armador José Cusí en 2011, la competición ya gozaba del prestigio que hoy tiene y que supone para Palma y para la isla de Mallorca uno de sus mayores motivos de orgullo.

 

 

Real Club Náutico de Palma

Como ya hemos señalado, la Copa del Rey Mapfre de Vela tiene lugar en torno al Real Club Náutico de Palma. Éste se encuentra junto al Paseo Marítimo de la capital balear, muy próximo a su centro histórico y a la Catedral.

Fundado en 1948, es el club náutico más veterano de las Islas Baleares, aunque sus instalaciones se remodelaron por completo entre los años 1999 y 2004. Esa reforma dotó al complejo de nuevos pantalanes y varadero, una biblioteca, salones sociales, varios restaurantes, bares y terraza, piscina, gimnasio y una nueva escuela de vela.

De la importancia de esta entidad da cuenta el hecho de que fuese premiado en 1998 como el Mejor Club Náutico de España. Pero, sobre todo, su inclusión en el exclusivo International Council of Yatch Clubs (ICOYC), que integra a las entidades náuticas más exclusivas del planeta.

Qué hay alrededor de la competición

Como todo acontecimiento deportivo que se precie, la Copa del rey Mapfre de Vela no se circunscribe sólo a la competición, como tal. De hecho, la agenda periférica a la regata es, de por sí, toda una fiesta.

El epicentro de estas celebraciones es el patio del Real Club Náutico de Palma, de cuya ambientación se ha encargado durante los últimos años la marca Purobeach, propietaria de varios beach clubs en el mundo. Esta marca logra transformar el lugar en un relajado espacio en el que tomar una copa o un picoteo y donde también se puede disfrutar de zona de spa y masajes. Todo ello, amenizado con la música del sello discográfico de ese grupo empresarial: Puro Music.

 

 

Además, en torno al Real Club Náutico, espoleados por un tipo de público de alto nivel, han prosperado numerosos restaurantes y locales de copas. Algunos de los más interesantes y animados son:

  • Varadero Palma (Camí de l’Escullera, s/n): restaurante, bar y terraza frente al mar, muy conocido por su programación de conciertos al aire libre. Su carta va desde snacks rápidos y bocados habituales de la cocina internacional (como pizzas, pasta y hamburguesas) hasta unos elaborados arroces de sabor marinero y platos de la gastronomía mallorquina.
  • Café Pesquero (Moll de la Llonja, s/n): es un restaurante con vocación de multiespacio (bar, terraza, sala de conciertos de jazz, etc.) que, aparte de las delicias de la carta, ofrece las vistas más impresionantes de la ciudad, tanto al núcleo urbano como al mar.
  • Ca n’Eduardo (Contramuelle Mollet, 3): es uno de los restaurantes más frecuentados del centro de Palma por aquellos que buscan los pescados y mariscos locales más frescos. Con una historia de más de 75 años entre fogones, también son especialistas en paellas.