Las Cuevas dels Hams (de los Anzuelos) forman parte del conjunto de oquedades que han proliferado a lo largo de millones de años en la zona oriental de Mallorca. En ese conjunto también se incluyen las Cuevas del Drach y las Cuevas de Artà.
La particularidad de las Cuevas dels Hams es, precisamente, las numerosas formaciones pétreas semejantes a anzuelos que cuelgan de parte de sus bóvedas. Además, en su lago interior (Mar de Venecia) habita un pequeño crustáceo, un endemismo, que convive con el espectáculo musical que se ofrece a los visitantes.
El recorrido tiene unos 850 metros y durante el mismo se visitan hasta 15 espacios diferentes plagados de estalactitas, estalagmitas, columnas y formas excéntricas de una gran escenografía.
Historia de las Cuevas dels Hams
Las Cuevas dels Hams se descubrieron en 1905. Y ocurrió, como casi siempre, por casualidad. El espeleólogo Pedro Caldentey Santandreu entró en este espacio en busca de ónix (una piedra semipreciosa) pero al realizar una excavación de sondeo se encontró con este auténtico espectáculo de la naturaleza.
En 1910 se abrieron al público las Cuevas dels Hams, siendo la primeras de España en organizar visitas regulares. También fueron las primeras en contar con un sistema de iluminación eléctrico, gracias a la instalación de un ingenioso sistema que utilizaba un salto de agua cercano. De esta forma, las cuevas podían estar iluminadas hasta 16 horas cada día.
En 2015 se abrió un nuevo espacio al público, la Cueva Azul, con el objetivo de dotar al conjunto de una mayor dimensión didáctica. En este sentido, el documental “Descubriendo el pasado”, que se proyecta en este lugar, pone en contexto las Cuevas dels Hams con la historia de la isla de Mallorca.
Similar objetivo cumple la proyección de “Génesis”, una película en time-lapse que abarca desde el Big-Bang, que supuestamente generó el Universo, hasta nuestros días. Un documental que se proyecta sobre la misma pared de la cueva, en concreto en el llamado Foso del Infierno.
La Cueva Redonda
El acceso a las Cuevas dels Hams se realiza a través de este espacio. La Cueva Redonda es una zona al aire libre, habitada por varias especies de plantas que conforman un agradable jardín botánico. Este es también el hábitat de varias aves autóctonas de la isla, que han llegado a este lugar de forma espontánea.
Pero la principal singularidad de la Cueva Redonda no es el aspecto biológico, sino el geológico. Porque, en su origen, estaba bajo tierra. Lo que ocurrió es que, hace millones de años, se hundió la bóveda, dejando la superficie inferior a cielo abierto.
Por lo general, en este espacio la temperatura es de varios grados menos que la exterior, lo que favorece el desarrollo de las numerosas especies botánicas y animales que la habitan. Por eso es también un buen lugar para empezar a aclimatarse a las temperaturas de la cueva interior (en torno a los 18-20 grados).
La Cueva Azul
Este es el primer espacio de la cueva interior propiamente dicho. Como ya hemos dicho, durante la visita a este espacio tiene lugar la proyección del documental “Descubriendo el pasado”, y después se puede admirar el resto de atractivos de la sala:
- La nueva iluminación led. Dota a todo el espacio de una indudable atmósfera artística, combinando creativas formas y cambios de color.
- Columnas de Sansón. Dos imponentes formaciones paralelas cuya iluminación tenue destaca con la del fondo, en un azul intenso.
- Llanuras de Fra Mauro.
- Foso del Infierno. En el auditorio de este espacio es donde se proyecta el documental “Génesis, la historia de la vida”.
La Cueva Clásica
Hasta hace unos años la visita a las Cuevas del Hams se limitaba a recorrer las 12 salas que componen la llamada Cueva Clásica. Espacios que se parecen, en gran medida, a los del resto de oquedades de este tipo en Mallorca, con profusión de estalactitas, estalagmitas y columnas.
Impresiona la creatividad con que la naturaleza, al ir depositando los restos de minerales disueltos en las gotas de agua que se filtran desde la superficie, ha trazado formas que avivan la imaginación de los visitantes. Por ejemplo, en la sala denominada El Paraíso Perdido. O en la sala 2 de Marzo, llamada así para conmemorar la fecha del descubrimiento de las Cuevas del Hams por parte de Pedro Caldentey.
Especial mención merece el ya mencionado Mar de Venecia. Se trata de una laguna formada a partir de la acumulación de las aguas subterráneas. En este lugar tienen lugar un montaje que conjuga música clásica, proyecciones de evocadoras imágenes sobre la pared de la cueva y hasta la aparición de una barca guiada por un barquero.
Y después, Porto Cristo
Tras la visita a las Cuevas del Hams se impone un paseo, al menos, por Porto Cristo, sin duda uno de los pueblos de Mallorca más bonitos.
En tiempos, fue el puerto que abastecía a la no lejana localidad de Manacor. De ahí que también se lo conozca con el nombre de Port de Manacor.
Del trasiego marítimo de tiempos pasados, hoy ha pasado a ser una bonita localidad costera, de casas bajas, ideal para unas vacaciones en familia. Porque, aunque el boom turístico de finales del siglo XX también llegó aquí, lo cierto es que lo hizo de una forma bastante sostenible.
Aparte de las cuevas (las del Drach también se encuentran en este pueblo), se impone una visita a la Torre dels Falcons, punto de vigilancia costero construido en el siglo XVI. También a la Cala Petita, una bonita playa virgen de arena que se encuentra a kilómetro y medio del casco urbano.