La historia de Mallorca —y de las Islas Baleares, en general— no se explica sin la presencia eterna de una embarcación náutica. Su extensa Posidonia oceánica, esa alga que produce oxígeno y que permite la excepcional transparencia de sus aguas, da buena cuenta de ello, pues es sabido que su presencia se remonta a mucho antes de la intervención romana en las islas. Igualmente, dicho tesoro de la naturaleza —considerado Patrimonio Mundial por la UNESCO—, ha presenciado, agazapado en las profundidades más inmediatas de Mallorca, la llegada incesante de tantos y tantos pueblos. Durante dos mil años, vándalos, fenicios, bizantinos, normandos, almorávides, aragoneses o ingleses, vieron la vía marítima como la única posible para arribar a las costas baleares. Y es que, tan ligada está la cultura mallorquina a la navegación, que incluso exhibe orgullosa su propio barco, el llaüt, hoy difícilmente rastreable en la flota local como consecuencia de la aparición “reciente” del barco motorizado.
De cualquier manera, Mallorca esconde muchos secretos, como grutas, calas y playas, que sólo son descifrables a bordo de un barco. Con 49 puertos diseminados a lo largo de sus costas, y la posibilidad de navegar (en ciertos barcos) sin disponer de ningún tipo de titulación náutica, la isla de Mallorca se ha convertido en un destino privilegiado para la práctica de la navegación.
Alquiler de veleros y otros barcos en Mallorca
Mallorca es un lugar único en cuanto al mercado de alquiler de embarcaciones se refiere. Por un lado, llama la atención que solamente en ella se concentra el 50% del total de compañías de alquiler que opera en España. Por otro lado, su legislación actual permite navegar sin licencia hasta tres millas de distancia del puerto o refugio más cercano.
En la actualidad, son numerosos los sitios web en los que propietarios de barcos ofertan sus embarcaciones. En el caso de los veleros, la reserva mínima suele ser de una semana. En los yates y catamaranes, el alquiler puede realizarse para un solo día, y el precio es superior al de los veleros.
Además, dependiendo de las circunstancias y de la formación náutica de cada uno, se posibilita la contratación complementaria de un patrón (se paga aparte). Y, conviene saberlo, el servicio de alquiler suele conllevar también el depósito de una fianza, cuya cantidad fácilmente puede duplicar el precio total del alquiler en sí mismo.
Excursiones en barco (o en catamarán) por la costa mallorquina
Desde luego, la experiencia náutica en Mallorca no sólo pasa por el alquiler de un barco privado. Afortunadamente, también existen numerosas empresas especializadas en la organización de excursiones en barco —o a veces, en catamarán— por diferentes zonas de la isla. Es una manera diferente de conocer playas y calas a las que de otra forma resultaría francamente difícil de acceder. Veamos algunas de ellas:
- La excursión en barco a la Isla Dragonera es uno de esos planes que permite descubrir, durante un espacio de cinco horas, los encantos ocultos de la costa suroeste de Mallorca. La isla Dragonera —Sa Dragonera, en mallorquín—, es un pequeño islote protegido como espacio natural, gracias en parte a su interesante historia como refugio para piratas, así como a sus preciosos fondos arenosos y cubiertos, en parte, por Posidonia oceánica. Una vez allí, las empresas facilitan máscaras de buceo para la práctica del snorkel en sus calas, así como tiempo libre para la realización de rutas a alguno de sus numerosas torres de vigía.
- Asimismo, otra excursión muy popular en barco que se realiza en Mallorca es la que permite avistar delfines en la bahía de Alcudia, al noreste de la isla. Es una ruta única, puesto que el avistamiento de los mamíferos obliga a zarpar justo antes de la salida del sol. Se produce sólo entre mayo y octubre, y en el recorrido de tres horas se incluye tanto un desayuno marinero como unas vistas inigualables del Cap de Formentor. Por cierto, la empresa organizadora garantiza que, en caso de no producirse el ansiado avistamiento, los viajeros quedan invitados a otro día sin cargo extra.
- Por último, esta vez en la modalidad de catamarán (una embarcación que permite grupos menos numerosos), existen excursiones como la que discurre por la bahía de Palma. Durante cuatro horas de navegación con paradas intermitentes en calas escondidas, la contemplación de la costa y el buceo se vuelven protagonistas indiscutibles de la jornada. Estas empresas incluyen, además, la comida y el refrigerio, por lo que el plan resulta fácil y libre de preocupaciones menores.
De fiesta por Mallorca a bordo de un barco
Mallorca Party Boat es como se conoce a una experiencia, muy demandada por el público más joven que visita la isla, consistente en la fusión de dos conceptos muy atractivos y que maridan muy bien: fiesta y mar. Son muchas las empresas que organizan este tipo de actividad, cuya duración suele rondar las tres horas y cuya dinámica es sencilla de resumir: navegar por alguna de las bahías principales de Mallorca a bordo de un barco en el que, además de incluirse barra libre de refrescos, sangría y cerveza, la música queda a cargo de un Dj profesional. Es una manera de disfrutar del bello entorno marítimo de Mallorca, mientras se conocen nuevas personas en un ambiente festivo y desenfadado.
Dicen las malas lenguas que en la Party Boat nunca falta un tema veraniego que llegó en 1968 para quedarse eternamente. El Puente, obra del grupo Los Mismos, repite desde hace más de cuarenta años eso de “será maravilloso, viajar hasta Mallorca, sin necesidad de tomar el barco o el avión”; y qué mejor homenaje a tan famosa canción que corearla en grupo a bordo de un gran barco.