El emplazamiento de Fornalutx en el centro de la Sierra de Tramontana (o Serra de Tramuntana) condiciona la historia, la arquitectura y el desarrollo de esta población. Por su trazado, el tipismo que rezuma, el mimo con el que se cuida cada rincón y su bello entorno natural siempre se sitúa entre las primeras opciones en la agenda de los viajeros.
En esta localidad serrana todo es bonito e interesante, desde el origen de su nombre hasta sus curiosísimas tejas. Te contamos con detalle cada uno de sus atractivos para que, cuando vayas, sólo tengas que preocuparte de disfrutar.
Fornalutx, una vuelta al pasado
Al norte de la isla de Mallorca se extiende la Sierra de Tramontana, declarada Patrimonio Mundial de la Unesco en 2011, con una orografía sinuosa y carreteras zigzagueantes que dan cobijo a 19 municipios. Uno de los más hermosos es Fornalutx (Fornaluch, en español).
Su nombre y el trazado de sus calles confirman su origen como alquería árabe, aunque no es hasta la época de la conquista cuando se encuentra su nombre en documentos históricos. Mucho más reciente es su pasado común con la vecina población de Sóller, junto a la cual formaba un único municipio. Y esto fue así hasta 1813, aunque los derechos de Fornalutx como ente independiente no fueron reconocidos hasta 1837.
El último siglo de este pueblo ha estado marcado por su apertura al turismo y su interés en brindar un casco histórico lo más hermoso posible. Este interés le ha valido numerosos reconocimientos. En este momento, su éxito ha traspasado fronteras y cada vez son más los viajeros que deciden asentarse en este rincón de la Tramontana.
Qué ver en Fornalutx
Plaza de España, el punto de encuentro
Como en todos los pueblos, también Fornalutx cuenta con un lugar principal de reunión y de disfrute. En este caso, ese punto donde los vecinos pasean, van de compras o a tomar un café es la Plaza de España.
Este es el mejor sitio para tomar el pulso a la población. Siéntate en alguna de sus terrazas y limítate a observar el entorno y el devenir de los transeúntes. Esto te permitirá comprobar que en esta población hay un buen número de extranjeros viviendo.
Un bonito paseo por sus calles
Las calles adoquinadas, los desniveles, el sinuoso trazado urbano y decenas de rincones fotografiables harán que un paseo por Fornalutx se alargue un par de horas. Las casas de piedra, sus grandes ventanales con contraventanas de colores, decenas de tiestos de flores alegrando el ambiente y, de vez en cuando, vistas a la sierra, convierten este recorrido en una gran experiencia. No hay grandes monumentos que te entretengan, así que visita al menos Can Xoroi, la iglesia (siglo XIII), que muestra una mezcla entre gótico y barroco, y el Ayuntamiento, que se identifica desde lejos gracias a su altísima torre defensiva del siglo XIV.
Casal de Can Xoroi, una gran visita cultural
Una de las visitas imprescindibles en Fornalutx es a Can Xoroi, que desde 2002 es de titularidad municipal y funciona como espacio cultural. En su entrada se sitúa la Sala de las Tejas Pintadas una exposición permanente donde se exhiben 278 tejas pintadas, de distintas épocas, y que pertenecen a la colección del Ayuntamiento. Entre las tejas expuestas hay algunas de Sóller, de finales del siglo XVI, y otras de 1781 del edificio de Cas Vicari Solivellas.
En este mismo lugar se encuentra también una antigua almazara de finales del siglo XIX, aunque la familia Mayol, su propietaria, no la adquiriese hasta 1918.
Rutas por la Sierra de Tramontana
La visita a Fornalutx se presta a realizar alguna ruta por la Sierra de Tramontana. Desde la misma población salen varios itinerarios que llevan a descubrir la belleza de la montaña o a poblaciones cercanas. Uno de ellos es el Camí de l’Alzina Fumadora (el Camino de la Encina Fumadora) que transcurre por un camino de herradura, entre olivares y huertos, y ofrece unas preciosas vistas de Fornalutx y de Sóller. Está considerado de dificultad media y llega hasta el Pla de sa Bassa (11 kilómetros ida y vuelta).
Otra sugerencia es el Camí d’Es Creuer, una ruta de 8 kilómetros que termina en Biniaraix, y que está considerada fácil (descárgatela desde Wikiloc). Y aún más sencilla y corta, de sólo 3 kilómetros, es el Camí de Binibassí, que lleva hasta Sóller. Es un paseo muy agradable incluso para ir con niños.
Pueblos que se pueden ver en los alrededores
Nos atreveríamos a asegurar que en la Sierra de Tramontana se sitúan algunas de las localidades de montaña más bonitas y pintorescas de Mallorca (y casi de Baleares). El atractivo de Fornalutx ya te lo hemos comentado, así que ahora tocaría acercarse a otras localidades como Sóller, Deià (Deyá) y Valldemosa.
Sóller, entre naranjos
Es el vecino más próximo y el primero que te sugerimos visitar. Su historia, vinculada con un floreciente pasado comercial, ha dejado bonitos recuerdos arquitectónicos modernistas como Can Prunera, una visita obligada. En su interior, además, se exhibe una valiosa colección de arte con obras de Warhol, Picasso o Kandinsky, entre otros.
Dos actividades más que te sugerimos en Sóller son: acudir al animado mercadillo de los sábados, y subir al histórico tranvía que te llevará entre campos de naranjos al Puerto de Sóller, la zona marítima de la población. En su puerto encontrarás restaurantes y terrazas donde tomar algo mientras respiras la brisa marinera.
Deià, amado por ricos y famosos
Esta población de la Tramontana no sólo ha seducido a artistas desde hace siglos, sino también a celebrities que se mueven por sus calles con total naturalidad. Pasea por su coqueto casco histórico y date el capricho de comer en alguno de sus excelentes restaurantes.
Valldemossa, inspiración de artistas
La atmósfera de Valldemossa parece haberse quedado anclada en el pasado. Es una localidad para recorrer con calma, dejarse sorprender por sus historias y admirar la silueta de su bellísima Cartuja. No te será difícil averiguar por qué enamoró a Chopin, a George Sand (que incluso le sirvió de inspiración para una obra) o al archiduque Ludwig de Austria.
Dónde comer en Fornalutx
La población de Fornalutx brinda al viajero un buen número de restaurantes, a pesar de tener sólo unos 700 habitantes. Junto a la Plaza de España se encuentra Café Med, con una carta muy elaborada donde no faltan los mejores pescados ni el cordero. Su terraza y el agradable servicio también suman puntos para que sea nuestro favorito de la localidad.
Con un comedor con vistas a la montaña está el restaurante Es Turo. Decoración rústica y recetas tradicionales (platos variados: paellas, pescados, carnes, etc.). Ideal para familias. También tradicional se puede considerar Can Antuna, donde debes pedir su cochinillo.
Para tomar algo rápido y seguir la ruta turística, una buena referencia es Molón, que hace honor a su nombre. Buenos platos para compartir y tapas en un local moderno. Si os apetece un sabor italiano, también hay una opción: Calzone, con unas riquísimas pizzas.
Y ya fuera de la población, un lugar con unas espectaculares vistas desde su terraza es el restaurante Mirador Ses Barques (Carretera Puig Major, s/n), donde puedes aprovechar para pedir comida típica mallorquina.