El Museu Fundación Juan March de Palma de Mallorca es un espacio concebido para acoger una buena representación de las tendencias artísticas englobadas en la España del siglo XX. No es una colección de grandes dimensiones, pero a través de sus pinturas y esculturas, resume la historia del arte en nuestro país en ese periodo. Es, por tanto, un buen lugar para conocer de una forma rápida y didáctica la evolución del arte moderno y contemporáneo. Indudablemente, no contempla todos los artistas que destacaron en esa etapa, pero sí cuenta con una representación del panorama nacional. Su ubicación en un inmueble del centro histórico de Palma ofrece también la oportunidad de conocer la arquitectura señorial de la isla de las anteriores centurias.
Vivienda, banco y museo
Comenzamos la visita al Museu Fundación Juan March por la parte más visible, el bonito edificio que lo alberga. La que fue la vivienda de la familia Gallard del Canyar se encuentra situada en la calle Sant Miquel, en el casco antiguo de la capital de Mallorca. La casa original fue ampliada con un inmueble colindante, reformada con el objetivo de modernizarla y reestructurarla debido a la expropiación de parte de su fachada cuando se amplió la calle. Pero estos avatares ya habían sucedido cuando Juan March, creador de la fundación, decidió comprar el inmueble en 1916.
Una vez en posesión de March se inició una segunda etapa en la que hubo que adaptar la casona para una nueva función en la que se combinaría una zona privada donde viviría su familia y una planta destinada a uso administrativo y comercial. Unos años más tarde, tras fundarse la Banca March, ese primer piso se convirtió en la sede de la entidad. El arquitecto encargado de la reforma fue Guillem Reynés, un profesional bien valorado y comprometido con la cultura y el patrimonio. Juan March le confió, además de esta renovación, la construcción de una villa familiar de recreo en Sa Torre Cega (costa de Capdepera), de donde era su esposa Leonor Servera Melis.
Guillem Reynés no alteró mucho la estructura del inmueble, pero sí continuó la línea de las casas señoriales de Palma en la adaptación de los espacios. Uno de los aspectos que más se han agradecido con el tiempo es haber cuidado los detalles decorativos. Para ello dispuso de un amplio grupo de especialistas en las distintas materias: molduras para techo y paredes, pinturas decorativas, mosaicos para pavimentos y maceteros, entre otras.
A partir de 1990 tuvo lugar una reforma sustancial que sería la que adecuaría el inmueble para su nueva finalidad como centro de arte. Gran parte del edificio se vio implicado, aunque no se tocó el precioso patio interior con su monumental escalinata ni las fachadas y cubiertas. Años después, en 1996 y 2003, se volvió a remodelar para obtener un mayor espacio dedicado a exposiciones y a otros usos complementarios.
Comienzos como galería y pinacoteca
La primera galería de arte, que abrió sus puertas en 1990 bajo el nombre de Col·lecció March. Art Espanyol Contemporani, contaba con 36 obras de distintos artistas que procedían de la sede principal de la Fundación Juan March en Madrid. Con las reformas mencionadas en 1996 y 2003 se obtuvo más espacio y, por tanto, mayores posibilidades de realizar exposiciones temporales, colaboraciones con entidades culturales, itinerarios guiados, etc. En 2009 se modificó su nombre a Museu Fundación Juan March y se creó un pequeño gabinete que acoge obra gráfica de Picasso propiedad de la fundación. Esta sala y otras que acogen muestras temporales dedicadas al arte moderno y contemporáneo son los principales puntos de interés del museo para el visitante.
Colección y exposiciones del Museu Fundación Juan March
Como ya mencionábamos al inicio, es interesante acudir a este museo, aunque solo sea para conocer la evolución del arte español en el siglo XX. Según indican los estudiosos en Historia del Arte, la obra de los artistas españoles estuvo influida por sus estancias en París donde conocieron nuevos recursos formales y de estilo que provocaron una forma diferente de enfrentarse al arte. Seguro que te suenan nombres como Juan Gris, Joan Miró, Julio González, Salvador Dalí y Pablo Picasso, autores que están presentes en el Museu Fundación Juan March.
El arte moderno español se expande a mediados del siglo XX al tiempo que se desarrollan tendencias conocidas como abstracción geométrica, realismo mágico o informalismo. De esa corriente imparable creadora fue consciente Fernando Zóbel que creó el Museo de Arte Abstracto Español de Cuenca, una de las grandes referencias en esta etapa. Esta prestigiosa pinacoteca, gestionada también por la Fundación Juan March, supuso un punto de partida del que es el actual museo de Palma que nos ocupa.
Artistas en el museo
La influencia y la conexión entre los artistas españoles es claramente visible al visitar esta pinacoteca. A través de la obra de algunos pintores como Tàpies, Antonio Saura, Rafael Canogar, Manuel Millares o Luis Feito se percibe la tradición cultural española desde el particular sentir de cada uno. En el caso de Antoni Tàpies, uno de los principales exponentes del informalismo, del que se exhibe una amplia colección, se puede ver cómo emplea el uso de materiales propios de reciclaje para infundirle una buena dosis espiritual a la obra.
Entre la representación escultórica más destacada se encuentran Jorge Oteiza y Eduardo Chillida. Aunque quizás sea una reducción excesiva al sentido de su obra, se podría decir que el primero se caracteriza por meditar sobre el vacío, mientras el segundo lo hace sobre el espacio. El simbolismo en madera lo representa Lucio Muñoz, mientras que las obras de Antonio y Julio López se inscriben en el realismo mágico. Con trabajos donde se investigan los límites y la vibración del color se encuentra José Guerrero. En el arte abstracto de líneas experimentales destaca la obra del alicantino Eusebio Sempere y de Andreu Alfaro.
Las primeras décadas del siglo XX crearon un clima diverso donde se gestó una creación plástica no doctrinaria, que fue solo el terreno de cultivo donde germinarían otras tendencias artísticas que buscaban y traspasaban los límites en el arte. Si damos un salto a los años 80 del siglo pasado es un joven mallorquín el que comienza a destacar: Miquel Barceló. En sus inicios pocos intuyeron lo que representaría este artista a nivel nacional e internacional. Su obra está basada en un particular empleo de recursos plásticos y con la naturaleza como principal eje temático. Sin duda, un paseo por este museo depara muchas sorpresas y aprendizajes.
Conferencias y otras actividades
Este museo es gestionado por la Fundación Juan March, una institución familiar creada en 1955 por el financiero Juan March Ordinas. El objetivo de la misma es fomentar la cultura y promover programas educativos que difundan los principios del humanismo. Además de sus exposiciones, en su sede en Madrid cuenta con una biblioteca de música y un teatro, edita publicaciones y organiza conferencias. El Museu Fundación Juan March dispone de un amplio programa de charlas, además de ofrecer al sector educativo itinerarios temáticos, talleres y visitas guiadas para los estudiantes.