Mallorca esconde muchos secretos. Desde una cala escondida hasta las salinas que tanto fascinaron a los romanos. O un mirador con vistas solo para elegidos. O pequeños núcleos de población que, debido a su reducido tamaño, no llegan a tener ayuntamiento y no tienen promoción. Hay una Mallorca oculta que espera ser descubierta. Por eso, hemos trazado un recorrido para que te adentres en los espacios más desconocidos de la isla.
Hemos elegido, por ejemplo, una cala escondida en la costa de la Sierra de Tramuntana que seguro te fascinará. Solo tiene 80 metros de largo, pero la belleza del entorno te dejará con la boca abierta. La playa de Llucalcari es otro de los destinos que merece la pena descubrir. El acceso no es fácil, pero la recompensa merece el esfuerzo. Ses Salines, como su propio nombre indica, es un espacio donde la sal ha forjado la identidad de esta bonita localidad ubicada en la costa sur de Mallorca. También te invitamos a que conozcas la Colonia Sant Jordi, un animado complejo que en su día fue un pequeño pueblo de pescadores. O la medieval Santanyi. Incluso, queremos que disfrutes de una buena panorámica desde el Mirador de Sa Foradada y que no te vayas de la isla sin visitar Sa Calobra o Cala Banyalbufar.
- Port des Canonge
- La playa de Llucalcari
- Ses Salines
- Colonia Sant Jordi
- Santanyi
- Sa Calobra
- Mirador de Sa Foradada
- Cala Banyalbufar
Port des Canonge
Esta increíble cala está situada en un puerto pesquero escondido entre montañas y pinares, en la costa de la Sierra de Tramuntana. Apenas tiene 80 metros de longitud y 10 de anchura, pero las rocas y los acantilados que la rodean añaden un tono rojizo que contrasta con el azul traslúcido del agua. Junto a esta cala, hay una pequeña urbanización que pertenece al municipio de Banyalbufar.
La playa de Llucalcari
También conocida con el nombre de Es Canyeret, la playa de Llucalcari es un lugar muy especial y escondido en el norte de la isla de Mallorca. Se trata de una pequeña cala muy frecuentada por los que practican nudismo y también por los aficionados a los baños de barro. Situada entre las localidades de Deià y Sóller, está justo al lado del pueblo de Llucalcari, de ahí su nombre. En realidad, es un “llogaret”, ya que no cuenta con ayuntamiento propio y pertenece administrativamente al municipio de Deià, distante solo 2 kilómetros del pueblo.
Apenas hay 15 casas en su territorio, pero sí hay una capilla del siglo XVIII dedicada a la Mare de Deu d’Agost. Y su espectacular playa, de unos 50 metros de largo y 22 de ancho, está a menos de un kilómetro de distancia. Al estar encajada entre rocas y protegida del viento, es un lugar muy especial para los que buscan intimidad y silencio en la isla.
Ses Salines
En la costa sur de Mallorca, se encuentra esta bonita localidad que está a un paso de Santanyi, Campos y Felanitx. Se trata de un lugar que debe su nombre a las numerosas salinas que existen en su litoral. Lógicamente, es célebre por su producción de sal, pero también es conocida por su miel. Esta zona es ideal para practicar el senderismo, ya que existen numerosas rutas trazadas para el disfrute de los caminantes.
¿Qué tienes que ver en el entorno de Ses Salines? La iglesia de San Bartolomé, el jardín botánico Botanicactus, el poblado talayótico Ets Antigors, el cabo de las Salinas y, si hay tiempo, el Parque Nacional de Cabrera.
Colonia Sant Jordi
En las proximidades de Ses Salines y muy cerca de Es Trenc, se encuentra este animado complejo costero bautizado como Colonia Sant Jordi. Antiguamente fue un pequeño pueblo tradicional de pescadores, pero hoy es un destino de numerosos deportistas y familias dispuestas a disfrutar de un turismo activo. Dicen que la Colonia Sant Jordi ha estado habitada desde la Edad del Bronce y que los romanos la valoraban por la calidad de sus salinas. Aquí se encuentras también las únicas fuentes termales de la isla. Además, tiene varias playas que bien merece la pena conocer, como la concurrida Platja d’Es Port y las calas de Es Caragol, Es Carbó y Ses Roquetes, que ofrecen aguas tranquilas y traslúcidas.
Santanyi
Este pequeño pueblo con encanto de Mallorca se encuentra en el sureste de la isla y una de sus singularidades está en los edificios medievales (también modernos) construidos con piedra arenisca dorada que procede de unas canteras vecinas. Esta aldea ya fue documentada en el año 1236 con el nombre de Sancti Aini hasta que en el año 1300 recibió el título de ciudad. El casco antiguo de Santanyi está parcialmente protegido por la antigua muralla medieval y la Porta Murada del siglo XVI.
Sa Calobra
Con este nombre se conoce al bellísimo conjunto de dos playas del noroeste de Mallorca que están custodiadas por gigantescos acantilados y que están divididas por el singular Torrent de Pareis. No es fácil llegar a Sa Calobra, pero el paisaje es tan bonito que cada vez son más los intrépidos visitantes que quieren descubrir este lugar, especialmente en verano. Las aguas de Sa Calobra no pueden ser más transparentes y calmadas. Son un destino ideal para disfrutar de la calma y la belleza del entorno.
Mirador de Sa Foradada
Desde el Mirador de Sa Foradada, la perspectiva de Mallorca desde la costa oeste de la isla es muy amplia. Es el lugar ideal para descubrir que la formación geológica del entorno es muy caprichosa. Está a un paso de la localidad de Deià, junto a la posesión señorial de Son Marroig. Es una terraza muy singular para contemplar todos estos hermosos paisajes que fueron declarados por la Unesco Patrimonio Mundial.
Cala Banyalbufar
A unos 15 kilómetros de Valldemossa, rodeada por acantilados de vértigo, se encuentra esta cala que comparte el nombre con el pueblo más cercano. Se trata de una cala larga y estrecha cuyas aguas son completamente traslúcidas. El acceso a la playa suele estar cerrado en invierno, debido al peligro de desprendimientos. Además, no es fácil llegar hasta la orilla, por lo que su nivel de ocupación suele ser bajo.