Su nombre significa en latín La Pujante, y es que Pollensa ya era una pequeña y próspera ciudad en tiempos del Imperio Romano. Te asombrará el patrimonio arqueológico y artístico de este municipio situado al norte de la isla. Está considerado la cuna cultural de la isla, ya que de aquí proceden numerosos poetas, artistas y músicos. Pasear por sus callejuelas visitando sus iglesias te permitirá descubrir su marcada personalidad. Su carácter costero invita a la práctica de deportes náuticos, y sus paisajes de montaña a emprender rutas de senderismo. Encontrarás propuestas para todos los gustos.
Pollensa, integrada por Formentor, Cala Sant Vicenç, Cala Bóquer y el Puerto de Pollensa, nació como entidad tras la conquista catalana de Mallorca en 1229. El núcleo se fue ampliando desde ese momento alrededor de la iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles, cedida por el obispo a los Caballeros de la Orden del Temple en 1240.
Qué ver en Pollensa
En tu recorrido por la villa de Pollensa es inevitable que llegues al símbolo de la ciudad, la Fuente del Gallo, en la plaza de la Almoina. La parte alta de Pollensa se extiende hasta el Calvari en una subida de 365 escalones, tantos como días tiene un año, flanqueada por cipreses. Camina hasta el oratorio para observar el grupo escultórico del siglo XIV del Cristo crucificado con la Virgen a sus pies, que protagoniza la Procesión de las Antorchas del Viernes Santo.
Otro lugar imprescindible es el convento de Santo Domingo, en cuyo claustro se celebra desde 1962 el Festival de Música Clásica, uno de los más importantes del archipiélago balear. También alberga un museo de arqueología local y está implicado en una curiosa historia de piratas. Se cuenta que en el siglo XVI, el pirata Dragut, que servía a Barbarroja, atacó la ciudad con 1.500 hombres y custodió su botín (de riqueza, mujeres y niños) en el oratorio de Sant Jordi. Un vecino de la ciudad, Joan Mas, logró vencerle y echarle de la isla con sólo siete hombres. Este héroe local se encuentra enterrado en el convento.
En la localidad, además, no puedes dejar de visitar los jardines de Joan March que conservan todavía una torre medieval y la Casa Desbrull.
Explorando el entorno de Pollensa
No es necesario alejarse mucho de Pollensa para ver el único puente romano que existe en Mallorca, aunque también hay que señalar que algunos historiadores consideran que es una reconstrucción medieval. Se encuentra en las proximidades del camino de Ternelles, a la salida del pueblo. Otras visitas que no te puedes perder en el municipio son: el santuari del Puig de María y la península de Formentor. Te damos algunas razones a continuación:
Santuari del Puig de María
Tienes que subir al santuario del Puig de María para deleitarte con las maravillosas vistas que ofrece de la península de Formentor, e incluso hasta de Menorca. El santuario data del siglo XIV y tuvo una finalidad defensiva. Si vas en coche, encontrarás la salida en el km 52 de la carretera de Palma a Pollensa. Otra opción es realizar una ruta de senderismo desde la localidad. No te llevará más de una hora y transcurre junto a un bosque de encimas.
Formentor
La península de Formentor tiene un icono internacionalmente conocido. Se trata del Hotel Barceló Formentor en el que se han hospedado personalidades como Churchill o John Wayne. Este hotel boutique siempre ha servido de inspiración para escritores y músicos. Desde sus villas, además, se tienen unas bellísimas vistas del Mediterráneo. A sus pies se extiende una larga y estrecha playa de arena blanca y, al fondo, un bosque de pinos y encinas. Es también un enclave perfecto donde practicar actividades deportivas como esnórquel, buceo, kayak, paddle surf o vela en sus transparentes aguas.
La inspiradora cala Sant Vicenç
No parecería que estamos en Mallorca si no aprovechamos nuestra estancia en Pollensa para disfrutar del mar y del ambiente turístico. Para ello, te recomendamos conocer la cala Sant Vicenç, una de las más bonitas de todo Mallorca, con aguas turquesas y playas de arena finísima. Fue lugar de inspiración de pintores y artistas. En realidad, está formada por tres calas a los pies de la imponente montaña del Cavall Bernat: cala San Vicenç, cala Barques y cala Molins, esta última es la de más difícil acceso. Lo que diferencia esta cala de las demás son sus restos arqueológicos, como las cuevas de la Edad de Bronce en Arinat de Baix, en L’Alzineret, o en El Pinar de les Arenes.
Puerto de Pollensa
El Puerto de Pollensa es una de las zonas turísticas más importantes de la isla y una de las favoritas de los residentes extranjeros. Poco podían imaginar el éxito que alcanzaría este núcleo los 20 habitantes que vivían aquí en el siglo XIX. A su favor también juega que se halla ubicado a sólo 6 km de Pollensa por lo que es un destino cercano para pasar un día de playa en el tranquilo entorno de la bahía. No dejes de admirar la torre, de finales del siglo XVII, situada en la Punta de la Avançada.
Restaurantes en Pollensa
Otro de los placeres al que no se debe renunciar durante las vacaciones, y más estando en Mallorca, es al de la buena mesa. La recomendación en este lugar es dirigirse al Paseo Saralegui, donde se dan cita numerosos restaurantes que sirven un exquisito pescado fresco. Si quieres atinar un poco más, dos de los más destacados son Los Faroles y Brisa Marina.
Y para despedirte de una jornada emocionante nada mejor que acércarse a una terraza al caer la tarde. Una de nuestras favoritas es Chivas, con solera y con una divertida decoración de los años setenta.