Dos días en Palma de Mallorca pueden ofrecerte una imagen muy acertada de la esencia de la isla, de su trayectoria histórica y de las razones que la han llevado a convertirse en uno de los destinos más codiciados del Mediterráneo. Una de las grandes ventajas para el viajero es que la capital balear no tiene unas dimensiones inabarcables por lo que, prácticamente, puede moverse caminando mientras se familiariza con su impronta arquitectónica.
Entre las visitas imprescindibles que no se deben dejar de visitar se encuentran la Catedral, a la que los mallorquines conocen como La Seu, el Palacio Real de la Almudaina, la Lonja y el Castillo de Bellver. Como isla inspiradora de grandes artistas, hoy día podemos disfrutar de grandes centros artísticos como la Fundación Juan March, la Fundación Miró Mallorca y el Museo de Arte Contemporáneo Es Baluard.
Nuestra recomendación para estos dos días en la ciudad es que visites los lugares de interés pero que también dejes tiempo a la improvisación y al disfrute sin prisas de la cocina mallorquina representada por chefs de prestigio internacional.
A tan sólo 10 km de la capital balear, este puerto deportivo de lujo se erige como uno de los más prestigiosos del Mediterráneo.
Para saber dónde comer en Mallorca conviene dejarse llevar por el instinto y también por estas referencias sobre algunos de sus restaurantes imprescindibles.