Declarada Patrimonio Mundial por la Unesco en 2011, en la categoría de Paisaje Cultural, la Serra de Tramuntana (o Tramontana) es la espina dorsal de Mallorca. Es un destino imprescindible si uno quiere conocer la diversidad geográfica y geológica de la isla. Se extiende a lo largo de 90 kilómetros en el noroeste mallorquín, entre el cap de la Mola, en Andratx, y el prodigioso cap de Formentor. Y está salpicada de valles escalonados y carreteras de diseño irregular que salvan puertos de montaña y espectaculares paisajes.
La sierra cubre poco más de 1.000 kilómetros cuadrados y abarca 20 municipios. No estamos hablando de grandes alturas, porque el pico más alto es el Puig Major, con 1.445 metros de altitud, y el segundo puesto lo ocupa el Puig de Massanella, con 1.364 metros.
La sierra de Tramuntana, a pie o en bici
La mejor manera de disfrutar de la sierra de Tramuntana es a pie o en bicicleta. Son muchos los viajeros que, mapa en mano, se disponen a practicar el senderismo por alguna zona singular de este macizo. Los caminos no son fáciles, pero la experiencia es extraordinaria. El GR 221 atraviesa la sierra bajo el nombre de Ruta de la Pedra en Sec, nombre con el que se conoce una técnica constructiva empleada en Mallorca. Y uno de los tramos mejor conservados es el que va desde Sóller hasta las cimas del Puig de l’Ofre y Es Cornadors. Evidentemente, se hace necesario ir con calzado y ropa adecuados y no practicar el senderismo en solitario.
También es posible recorrer la sierra de Tramuntana en coche, aunque, eso sí, hay que conducir con precaución porque las carreteras son estrechas y tienen muchas curvas cerradas que bajan, para compensar, por acantilados de espectacular belleza.
Arroyos, cascadas y manantiales
Esta sierra cargada de leyendas y mitos invita, desde luego, a realizar excursiones por un territorio natural en cuyas escarpadas laderas conviven las cabras, las ovejas y el buitre negro. Uno de los lugares más recomendables es la Reserva Puig de Galatzó, situada en la ladera este del imponente pico Puig de Galatzó, en la zona meridional de la sierra. Es un espacio en el que abundan los arroyos, las cascadas y los manantiales de agua natural que nacen en imponentes formaciones rocosas.
En este parque, de gestión privada, hay senderos señalizados en los que se aporta información sobre la flora autóctona y las aves de la zona. En sus inmediaciones, además, se encuentran unas cabañas típicas en las que vivieron en su día los trabajadores del carbón, denominadas carboneras, y la Cova des Moro (cueva del Moro). En esta reserva se pueden practicar muchos deportes al aire libre, como escalada y tiro con arco.
Paisajes de ensueño
A apenas seis kilómetros de la Reserva Puig de Galatzó, se encuentra Puigpunyent, un tranquilo pueblecito agrícola que cuenta con una interesante iglesia del siglo XVII. Y un poco más allá, se llega a Galilea, un refugio de artistas que parece en sí mismo un mirador sobre el Mediterráneo. Y es que las laderas septentrionales de la sierra de Tramuntana regalan unos paisajes de ensueño. La carretera atraviesa túneles y acantilados, aunque ofrece bastante seguridad si se toman las precauciones debidas. Quizás, hay que extremar la atención en el tramo que va a Port d’es Canonge y Port de Valldemossa.
Junto a la sierra de Tramuntana nos encontramos con lugares de interés turístico tan indiscutibles como Estellençs, una pequeña localidad con rústicas casas de piedra de tejas árabes, que cuenta con una iglesia del siglo XVII. También Andratx, una población pintoresca de calles empedradas, y Banyabulfar, un pequeño pueblo de origen árabe rodeado de bancales que bajan hacia el mar. El Mirador de Ses Ànimes, por su parte, brinda una fascinante vista del litoral noroeste de la isla junto a una antigua torre defensiva del siglo XVI.
Asentamientos urbanos de la sierra
Los principales asentamientos urbanos de la sierra de Tramuntana son Sóller, Valldemossa, Pollensa (o Pollença), Deià, Estellençs y Andratx, cada uno con sus peculiaridades. Sóller es una localidad muy atractiva situada a la sombra del pico Puigmajor y en un precioso valle jalonado de naranjos, encinas y olivos. Siempre está muy animada y tiene agradables y bulliciosos cafés entre edificios modernistas.
Aquí el antiguo tren eléctrico de la localidad, conocido como “Flecha roja”, realiza un trayecto turístico hasta Palma de Mallorca a través de las montañas. Durante el trayecto, de 27 kilómetros, el convoy se introduce en tramos de picos elevados y valles de la sierra de Tramuntana. Otra propuesta es subir a un antiguo tranvía que tiene como punto de destino Port de Sóller. Este recorrido dura apenas 15 minutos.
En la sierra de Tramuntana se encuentra una de las primeras iglesias de la Mallorca cristiana. Es la de Sant Pere d’Escorca y corresponde a los siglos XIII y XIV. Y también el Monasterio de Lluc (siglo XVI), un centro mariano al que acuden muchas personas en Nochebuena atraídas por su célebre Misa del Gallo en la que participa el coro infantil Els Blauets.
Piratas en la sierra de Tramuntana
Hay constancia documental de que la sierra de Tramuntana está habitada desde el año 3.000 a.C. y de que por aquí anduvieron a sus anchas los piratas en el siglo XVI. Por eso la costa balear tiene tantas torres y fortalezas defensivas. Así que lo que procede ahora es coger un mapa de la sierra de Tramuntana y disfrutar de todos sus atractivos, que son muchos.