Ubicada en el kilómetro 10,8 de la carretera que va de Palma a Sóller, Son Amar se presenta como una gran finca con una magnífica casa señorial del siglo XVI en la que se puede ir a cenar y a disfrutar de un buen espectáculo. Dicen que es una delegación de Las Vegas en las Baleares, pero Son Amar es mucho más que eso. Es un proyecto, fundamentalmente artístico, que nació humildemente y que con el tiempo se ha ido transformando en un gran centro de ocio. Y todo gracias al empeño de sus nuevos propietarios.
En Son Amar hay siete espacios perfectamente delimitados y cada uno tiene su propia identidad y ambiente, por lo que se adapta a funciones diversas. Así, la Gran Sala es en realidad un magnífico teatro con un gran aforo en el que se representan espectáculos de nivel internacional. Entre los títulos más reconocidos, se encuentran ‘Vampírika’, ‘Hot Nights, Gools Moves’ y ‘Mercury Rising’.
Flamenco y cabaret en Son Amar
Todos los que asisten al espectáculo de Son Amar salen encantados con el cautivador baile y los sonidos del flamenco tradicional, pero también cuando hay coreografías contemporáneas, funciones de magos o montajes de cabaret. Es un espectáculo de más de tres horas de duración que se renueva cada temporada con escenas típicas de África, India o Londres, números de fuerza y acrobacias, orquestas en directo, contorsionistas, bailes y hasta caballos en el escenario.
Además, si no puedes trasladarte con tus propios medios, los organizadores programan recogidas en los hoteles más importantes de la isla. Algunos de los puntos de encuentro son el puerto de Palma, el puerto de Pollensa, Alcúdia, Las Gaviotas, Playa de Muro y Can Picafort.
Imponentes espectáculos de luz y sonido
En poco más de 50 años, los más viejos del lugar han visto la transformación de Son Amar. Antiguamente se ofrecían aquí humildes barbacoas de lechona asada que ya forman parte de la historia. Hoy se representan imponentes espectáculos de luz y sonido que dejan impresionados a los espectadores. La culpa de todo ello la tiene la familia Whittaker, que ha conseguido que cada año se mejore la oferta escénica de Son Amar. Con más colorido, más efectos visuales, más luz y mejor sonido.
Tony y Margaret Whittaker llegaron en 1996 a Mallorca por primera vez y aquel año acudieron a Son Amar para disfrutar del espectáculo. Quedaron prendados de este enclave y, por casualidades de la vida, once años más tarde tuvieron la oportunidad de adquirir la finca y continuar el sueño. Así que, junto a su hijo Ben y a un gran equipo de profesionales del espectáculo, trabajaron hasta conseguir el Certificado de Excelencia de TripAdvisor.
Eventos, bodas, conciertos…
Hoy las instalaciones de Son Amar acogen todo tipo de espectáculos, además de eventos corporativos, enlaces matrimoniales, conciertos, conferencias, congresos, etc. La familia Whittaker valora también convertir la antigua casa de la finca en un hotel de agroturismo, eso sí, de cinco estrellas.
Pero centrémonos en el presente y recorramos el resto de los espacios de Son Amar. Además del gran teatro de la Sala Magna, está el singular Patio Mallorquín, al que se accede a través del gran Bulevar, entre naranjos, almendros y limoneros. Se trata de un patio adoquinado rodeado de frondosas plantas, carruajes recuperados y un pozo muy atractivo. Todavía conserva la escalera, los arcos y los balcones originales que comunican otras estancias de la casa, entre ellas la capilla utilizada por la familia Amar. Con 300 metros cuadrados, este patio ha sido testigo de numerosos enlaces y de fascinantes conciertos de cámara.
Una bodega de vinos en un viejo granero
Ya en el interior de la casa, se encuentra Sa Tafona, un espacio al que los mallorquines llevaban las aceitunas recién cosechadas para su prensa y tratamiento antes de su exportación. Este antiguo granero de piedra es otro de los enclaves emblemáticos de Son Amar, que ahora acoge una bodega de vinos y sirve como sala de celebraciones, fundamentalmente bodas, y otros eventos. Cuenta con 300 metros cuadrados y un aforo de 150 personas sentadas y más de 250 de pie.
Por último, hay que citar el Jardín Blanco, inspirado en el bello Jardín de Sissinghurst de Kent (Inglaterra). Este espacio también está pensado para celebraciones. Además, todas las plantas y árboles tienen flores u hojas de color blanco, lo que lo convierte en un lugar muy adecuado para bodas. El jardín, que cuenta con dos grandes pérgolas rodeadas de rosales blancos, puede acoger hasta 200 personas sentadas.
Restaurante Son Amar El Castillo
Dentro de Son Amar, se encuentra también el restaurante El Castillo, seguramente uno de los más sostenibles de Mallorca, por el empleo de productos autóctonos y por cumplir los estándares de la filosofía SLOW (sostenible, local, orgánico y silvestre). De hecho, ha sido la primera empresa de España del sector turístico en recibir el prestigioso Certificado Aenor IQNet SR10, que garantiza un sistema de responsabilidad social corporativa.
En Son Amar El Castillo embotellan su propia agua, sus vasos son de vidrio 100% reciclado, los embalajes de cartón se trituran y se utilizan como sedimento en sus jardines, al igual que los corchos de las botellas de vino. Asimismo, cuentan con paneles solares para reducir el consumo de electricidad.
Café y cerveza propios
También su cafetería tuesta su propio café y elabora su cerveza artesana. Y la cocina cuenta con un gran horno para realizar’pizzas, y una gran barbacoa de carbón para asar carnes y hamburguesas gourmet a la parrilla. El restaurante abre de 7.30 a 23 horas y ofrece una carta muy variada.
Además, Son Amar tiene su propia fundación cuyo objetivo es resolver problemas medioambientales y contribuir a que Mallorca sea cada vez más responsable con el medio ambiente.