La catedral de Santa María de Ciutadella o Ciudadela, declarada Bien de Interés Cultural, es uno de los referentes arquitectónicos de las islas Baleares. Fue levantada en 1287 por orden del rey Alfonso III tras la conquista de la isla a los musulmanes. Por esta razón, la construcción de la primera iglesia se erigió en el lugar de la desaparecida mezquita mayor de Medina Menurk. Más tarde, en 1301, Jaime II decidió demoler también la antigua mezquita, a excepción del minarete, que ha llegado a nuestros días, y ordenó construir una catedral con una nueva planta. El edificio se hizo siguiendo los cánones del gótico mediterráneo y se acabó en 1362, convirtiéndose en un referente del gótico catalán.
- Los saqueos de la catedral de Santa María de Ciutadella
- Catedral de Menorca. De los musulmanes hasta hoy
- Qué ver en Ciutadella
Los saqueos de la catedral de Santa María de Ciutadella
Para entender la apariencia actual de la catedral de Menorca, hay que remontarse al pasado pues nada sería igual si no hubiera sido víctima de varios saqueos a lo largo de su historia. El primero fue el asalto turco de 1550, que provocó un enorme incendio en su interior que dañó su primitiva estructura y acabó con todo el mobiliario litúrgico. Después, y como consecuencia de esta agresión, se derrumbó parcialmente en 1626, remodelándose más tarde para equilibrar la estructura debilitada y devolverle su fuerza.
Durante los siglos siguientes, se fueron acometiendo diferentes trabajos y ampliaciones en su interior. Así, a finales del siglo XVII se construyó la capilla de las Almas, de estilo renacentista, y a principios del siglo XIX, la capilla de la Purísima y su portada principal.
Durante la Guerra Civil Española, la catedral menorquina sufrió ataques y expolios a su patrimonio cultural perdiendo muchas obras de arte y afectando a su arquitectura.
Esta sucesión de avatares de la historia ha hecho que actualmente la catedral de Ciudadela sea una miscelánea de todos los estilos arquitectónicos que se han sucedido en Menorca desde el siglo XIII. Si se quiere conocer la historia de la isla, hay que conocer las diferentes etapas de la vida de la catedral y visitar también la población de Ciutadella. Además, la catedral es uno de los monumentos más bellos y majestuosos de islas Baleares.
Catedral de Menorca. De los musulmanes hasta hoy
Los musulmanes llamaban a Menorca “Menurka”, y “Jammona” a la población de Ciutadella, que se convirtió en este periodo histórico en la capital de la isla, la “Medina Menurka”. En ella residía el almojarife o gobernador, por lo que se trataba de un lugar de gran importancia. Parte de este poderío musulmán en la ciudad se reflejaba en su mezquita, que sirvió de base para la catedral actual. De esta época subsiste la parte baja del campanario, que corresponde al antiguo minarete y que presenta en su interior el curioso detalle de una rampa en vez de una escalera.
Cuando Alfonso III conquistó definitivamente la isla, este templo comienza, como hemos dicho, un largo periplo de obras y restauraciones debido a diferentes acontecimientos históricos. Primero fue Jaime II quien manda construir una nueva planta siguiendo la corriente gótica de la época. Después, hubo que acometer diferentes restauraciones debido a los incendios provocados en los saqueos turcos. Y posteriormente, se construyeron nuevas capillas en el interior que corresponden a diferentes épocas y estilos arquitectónicos, como el neoclásico y el Renacimiento.
Al final, lo que nos encontramos es una magnífica construcción de estilo gótico de importantes dimensiones: 45 metros de longitud y 22 metros de altura. Esto le confiere un aspecto esbelto, no sólo en su interior sino también desde el exterior. Tiene una sola y amplia nave rematada por una bóveda de crucería y cuenta con capillas laterales entre los contrafuertes. De estas capillas destacan la barroca capilla de las Almas, del siglo XVIII, y la capilla del Santísimo, obra neoclásica del siglo XIX. Son dignas de mencionar también sus espectaculares vidrieras de colores en el altar Mayor, que le otorgan un halo mágico, y su cuerpo exterior construido en el siglo XVIII, que alberga un singular reloj.
Durante el verano, la catedral de Ciutadella es escenario de magníficos recitales de órgano. Es una ocasión única para transportarse a épocas pretéritas dentro de un templo tan particular como este que ha sido testigo del paso de la Historia. También cuenta con un museo que se puede visitar todo el año y que recoge una interesante muestra de orfebrería, cuadros y vestimentas litúrgicas.
Qué ver en Ciutadella
Ciutadella es una de las poblaciones de Menorca con un pasado más emocionante, por lo que bien merece una visita detenida. Prueba de ello es su catedral, pero también otros rincones llenos de magia y que guardan interesantes leyendas. Pasear por su casco viejo es una auténtica delicia. Calles muy estrechas y empedradas de origen medieval, pequeñas casas encaladas, palacios señoriales con sus escudos de armas, el puerto o sus murallas hacen que el visitante se traslade a otros siglos. Por Ciutadella han pasado los fenicios, los romanos, los musulmanes, y todos ellos han colaborado a que el aspecto de esta ciudad sea uno de los más bellos de Menorca y de todas las Baleares.
Además de la catedral de Ciutadella, no puedes perderte el castillo de San Nicolás, del siglo XVIII; la plaza de Borne, con un obelisco que conmemora la heroica defensa de la ciudad ante el ataque turco de 1558; la plaza de la Explanada o el Museo Municipal construido en el siglo XVII y que alberga una gran colección de objetos prehistóricos. Y si hay que darse un capricho, nada mejor que acudir al coqueto y precioso puerto para degustar la gastronomía de la isla en alguno de sus numerosos restaurantes.