Playas de ensueño, maravillosa naturaleza o un rico patrimonio. Menorca cuenta con un amplio y variado menú en su carta, para todas las edades. Al viajar con los peques de la casa, también hay que incluir algunas de sus preferencias. Será más sencillo disfrutar del tiempo en familia si encontráis un equilibrio entre las diferentes actividades que se pueden realizar.
Es importante tener en cuenta la edad de los niños, si ya pueden caminar solos y aguantan un buen paseo o si tendréis que buscar el apoyo de un carro cuando se cansen. Dependiendo de vuestras necesidades, lo cierto es que Menorca se puede convertir en un destino predilecto para ti y los tuyos: entornos naturales singulares, fiestas populares, nuevos sabores, playas escondidas donde vivir una aventura o ruinas prehistóricas. Los niños descubrirán un mundo nuevo lleno de emociones con un entusiasmo que seguro contagiarán a los más mayores, creando momentos únicos. Apuntad todas las experiencias que no podéis perderos.
Qué ver en Menorca con niños
Uno de los planes más atractivos para realizar con los niños en Menorca puede ser hacer una excursión a alguno de los faros más famosos de la isla. Estas construcciones suelen estar en puntos altos, rodeadas de acantilados y abrazadas por un espectacular paisaje. Los peques gozarán con el paseo, las dimensiones de los propios faros y la curiosa historia que tengan. El Faro de Cavallería, en la parte más septentrional de la isla, sobre un precipicio de más de 40 metros de altura, hará que los niños dejen volar su imaginación y su espíritu de aventuras. Se puede acceder en coche y los pequeños deben estar vigilados en todo momento.
El Faro de Punta Nati, el más próximo a Ciudadela, ofrece un agradable paseo de unos cinco kilómetros para llegar, uno de los mejores para ver el atardecer. Hay antiguas construcciones militares donde los niños pueden jugar y es mejor ir preparados con algo de abrigo, por si sopla el viento de tramontana. El Faro de Favàritx ofrece un impresionante paisaje. Aquí tendréis la oportunidad de descubrir en familia el parque natural de s’Albufera des Grau, Reserva de la Biosfera y hogar de numerosas aves acuáticas que contemplar en acción. Entre negras rocas se levanta este faro golpeado por las olas. Tras esta visita, podéis daros un baño en Cala Tortuga.
Es esencial que los niños se interesen por la cultura del destino. En el caso de Menorca, seguro que les impresionan las principales construcciones talayóticas, a través de las que conocerán las características de esta peculiar arquitectura ciclópea. La Naveta des Tudons es uno de los ejemplos más sobresalientes de toda la isla. Acercaos a contemplar y aprender juntos del pasado prehistórico menorquín.
Subir al Monte Toro, el punto más alto de Menorca, seguro que dejará tanto a niños como adultos impresionados. En este lugar tenéis que aprovechar cuando el día esté claro, se puede llegar en coche y pasaréis un rato estupendo reconociendo desde las alturas los diferentes emplazamientos que se observan.
En el Lloc de Menorca, el zoológico principal de la isla, viviréis una experiencia totalmente interactiva. Los niños quedarán maravillados en el bosque de los lémures o dándoles de comer a las vacas autóctonas. Es una oportunidad de aprender a relacionarse con los animales, siempre con respeto. Si los más pequeños necesitan un poco más de diversión por un día, podéis visitar alguno de los grandes parques acuáticos de Menorca, como Splash Sur Menorca. Los peques descenderán por toboganes gigantes y los más mayores se relajarán en la zona de jacuzzis.
Cuáles son las playas idóneas en Menorca para niños
Indudablemente, no podemos ignorar que el protagonismo principal de la isla lo tienen sus playas y calas idílicas. Algunas de ellas son de más complicado acceso y no son las más recomendables para acudir si viajas con niños. Por ello, es mejor optar por playas de oleaje calmado y con servicios alrededor. Una de ellas es la playa des Grau, junto a la localidad del mismo nombre. Forma una pequeña bahía y sus aguas son poco profundas, a la par que tranquilas. Hay una amplia variedad de tiendas y restaurantes. Además, podéis alquilar un kayak para llegar hasta la Isla de Colom, un entorno perteneciente al parque natural de s’Albufera des Grau, de gran riqueza natural. Desde esta playa se llega al Camí de Cavalls, que conecta en un corto paseo con la Cala Sa Torreta, tranquila y poco concurrida.
Si estáis en el norte de la isla, una alternativa para toda la familia puede ser el Arenal de Son Saura, de muy fácil acceso, con arena blanca y gran extensión. Es fácil encontrar en las cercanías sitios para comer, al estar cerca de una urbanización. Otra playa en esta zona, donde los más pequeños estarán encantados, es la de Cavallería, próxima a Es Mercadal. El camino desde el parking es sencillo y las aguas son poco profundas.
Para hallar una cala más calmada, cerca de Ciudadela se ubica la Cala d’Algaiarens, una de las predilectas de las familias menorquinas. En este caso no cuenta con servicios, pero compensa la poca afluencia que tiene. Podéis llevar la comida para pasar un día genial todos juntos. Si los niños son mayores y están interesados en los deportes acuáticos, una buena alternativa puede ser Son Xoriguer, con multitud de servicios de alquiler para diferentes actividades, como kayak o snorkel.
Algunas de las más bellas calas de Menorca, como Galdana, también pueden ser idóneas para acudir con los pequeños gracias a su llegada directa en coche y a las numerosas tiendas en los alrededores. No hay que renunciar a las aguas turquesas de estos entornos, que impresionarán a los niños gracias a su paisaje de cuento. Además, desde Ciudadela se pueden coger embarcaciones para llegar hasta Cala’n Turqueta o Cala Macarella. El barco es una alternativa diferente y emocionante para no tener que andar hasta las calas de más difícil acceso.
La playa de Santo Tomás, además de ofrecer todo tipo de comodidades, os permite acceder por el Camí de Cavalls hasta la playa virgen de Binigaus. Aquí, se puede realizar una excursión hasta la impresionante Cova de Colom, de unos 20 minutos. Una actividad que seguro apasionará a los niños.
Participar en las fiestas que se celebran en verano en las diferentes poblaciones de la isla, practicar snorkel para descubrir los ricos fondos marinos, aprender entre las ruinas prehistóricas y maravillarse con los paraísos que encierra Menorca, crearán un álbum de recuerdos familiar irrepetible.