Es una fantasía de la Naturaleza. Pont d’en Gil se presenta al viajero como una visión espectacular, como una estampa irreal y delicada. Es como un puente colgante que ha moldeado la fuerza de las olas, en medio del mar que baña el entorno de Ciutadella. Un puente con un “agujero” de grandes dimensiones por el que se atreven a pasar embarcaciones pequeñas y medianas, que otorgan una estampa característica digna de ser inmortalizada. Aunque es posible acceder a él a pie (a partir de cala en Blanes) o en bicicleta (a través del Camí de Cavalls), la mejor forma de disfrutar de este gran espectáculo natural es, sin duda, en barco.
Los aficionados a los ‘selfis’ tienen aquí una estampa singular que les proporcionará seguramente muchos ‘likes’ porque es una vista que sorprende, sobre todo cuando uno sabe que es la propia Naturaleza la única escultora de este milagro natural.
- Sa Cigonya, junto al Pont d’en Gil
- Subirse a Pont d’en Gil
- El faro de Punta Nati
- Alrededores de Pont d’en Gil
Sa Cigonya, junto al Pont d’en Gil
Además, junto al Pont d’en Gil existe una cueva submarina que es muy frecuentada por los buceadores, ya que sólo se puede acceder a ella por debajo del agua. Se llama Sa Cigonya y tiene una longitud de unos 200 metros. Dicen que hasta aquí llegan, atraídos por su singularidad, aficionados al buceo de todo el mundo.
La cueva, descubierta por el submarinista balear Eduardo Admetlla, está considerada la mejor cueva submarina de Menorca. En la parte más externa existe una cámara con numerosas estalactitas y estalagmitas que otorgan al espacio una decoración fantasmal. La cámara más profunda tiene menor altitud y finaliza en una pequeña playa de arena fina. Es una cueva de fácil acceso para los deportistas con experiencia con una profundidad de unos 12 metros.
Como la práctica del submarinismo exige una equipación apropiada y un guía experimentado, son muchas las personas que optan por practicar esnórquel en las inmediaciones de la cueva de Sa Cigonya para no perderse la belleza de sus espectaculares fondos submarinos. Otros visitantes deciden disfrutar del paisaje de otro modo, y transitar a pie o en bicicleta las diferentes rutas de senderismo de la zona para empaparse de la belleza del entorno.
Subirse a Pont d’en Gil
Aunque parezca mentira, Pont d’en Gil se puede cruzar a pie y llegar hasta el extremo de la formación rocosa. Los días en los que el oleaje está fuerte, el visitante podrá sentir el sobrecogedor impacto que el agua produce al chocar con las rocas. No se recomienda cruzar el puente los días que el viento azota fuerte, por el evidente riesgo de caídas.
Ni que decir tiene que desde Pont d’en Gil se puede disfrutar de uno de los atardeceres más hermosos de la isla de Menorca, con puestas de sol increíbles que atraen a numerosos enamorados en una escapada que resulta, sin duda, muy romántica.
El faro de Punta Nati
Si has llegado hasta aquí y dispones de más tiempo, es muy recomendable realizar una excursión hasta el faro de Punta Nati, a través del Camí de Cavalls. Es el más cercano al centro de Ciutadella, sin contar el de Sa Farola, y un lugar ideal para disfrutar de la belleza del ocaso. Este faro fue construido en 1912 con el fin de evitar los numerosos naufragios que se producían en la costa norte de Ciutadella.
La belleza natural de la costa menorquina y su riqueza natural son dos de las razones por las que la Unesco otorgó a Menorca, en 1993, el título de Reserva de la Biosfera. Aunque estamos ante una isla muy turística, su modelo de crecimiento no ha sido agresivo y ha apostado por los valores naturales y paisajísticos. Más de la mitad del territorio insular tiene algún tipo de protección de la que es responsable el Consell Insular de Menorca. Y una de las grandes zonas protegidas de Menorca es el mítico Camí de Cavalls, una ruta histórica que pasa por Pont d’en Gil.
Alrededores de Pont d’en Gil
Evidentemente, si no has pasado antes por Ciutadella, “la otra capital de la isla”, debes hacerlo. Es una visita obligada, lo mismo que las urbanizaciones de Cala en Blanes, Los Delfines y Cala Morell. La zona medieval de Ciutadella, además, atesora numerosos edificios de gran interés.
En el caso de que prefieras recorrer los alrededores de la ciudad, hay otras opciones también de interés para descubrir. A continuación, enumeramos algunas de ellas:
Sant Joan de Missa
Es una ermita del siglo XIV de reducidas dimensiones cuyas paredes están pintadas de blanco. Aquí comienzan las populares fiestas de Sant Joan, al atardecer del 23 de junio. Hasta la ermita llegan los participantes de Sa Colcada, una cabalgata ecuestre que continúa su camino después hasta Ciutadella.
Son Catlar
Es un antiguo poblado talayótico que está en el camino que conduce al arenal de Son Saura. Se trata de un recinto amurallado de 870 metros de perímetro que cuenta con cuatro torres de defensa o talayots, la base de diferentes viviendas prehistóricas y una tumba subterránea. Al parecer, dejó de habitarse en la época de los romanos.
Arenal de Son Saura
Es una zona costera con dos playas unidas: Es Banyals y Bellavista. Sus dunas están muy bien conservadas, con pinos, sabinas y tamariscos. La zona de baño es larga, y de arena dorada y fina. Desde aquí, se puede llegar a pie, en poco más de 10 minutos, hasta otra playa más pequeña, la cala des Talaier, desde la que se puede divisar una torre de defensa conocida como Talaia d’Artrutx.
La Vall d’Algaiarens
Probablemente, sea la mejor playa del norte de Ciutadella. En la cala hay una pequeña marisma en la que es posible ver aves acuáticas, especialmente en primavera y otoño: garzas, fochas, pollas de agua, águilas pescadoras etc. Por eso, la zona está protegida. Hacia el este, el litoral se torna más agresivo e inaccesible.