Sí, es cierto: el gran reclamo de Fornells, lo que figura en todas las guías turísticas, es que este es el pueblo donde se elabora la mejor caldereta de langosta de toda Menorca. Pero hay mucho más que ver en Fornells.
De hecho, es uno de los pueblos más bonitos y más auténticos de la isla. La razón es que buena parte de la vida de la localidad sigue girando en torno a su puerto. Éste es también uno de los más grandes de la isla, Mahón aparte, con algo más de tres kilómetros de longitud.
Otro de los reclamos que ver en Fornells es su costa, entre las más escenográficas de la isla y un lugar ideal para recalar cuando se navega por esta zona. Un lugar donde el Mediterráneo muestra a los visitantes de Menorca toda su autenticidad y belleza.
- Castillo de San Antonio
- Iglesia de San Antonio Abad
- Ermita de Lourdes
- Cabo de Cavallería
- Calas y playas de Fornells
- La torre de Fornells
- Torre de la isla de Ses Sargantanes
- Restaurantes recomendados donde comer en Fornells
- Dónde alojarse cerca de Fornells
QUÉ VER EN EL PUEBLO DE FORNELLS
Desde luego sería una pena venir aquí y no darse cuenta de que lo que hay que ver en Fornells es el pueblo en sí. Una localidad marinera de apenas 1.000 habitantes que, en tiempos, fue fundamental para la defensa de la isla frente a las incursiones de los piratas, gracias a su bahía natural.
Un puerto seguro para las embarcaciones de la época y que hoy sigue regalando algunas de las estampas más típicas de la isla. En cuanto al urbanismo, Fornells es el típico pueblo mediterráneo de casas encaladas, con puertas y ventanas de madera pintadas de vivos colores.
Aparte del paseo por sus calles y por el puerto, merecen una visita estos lugares:
Castillo de San Antonio
En el siglo XVII, toda la localidad se originó a partir de este punto. Junto a otras fortalezas similares de la isla, se construyó con el objetivo de defenderla frente a los frecuentes asaltos que venían del mar. De la construcción original queda un bastión y algunas galerías subterráneas.
Iglesia de San Antonio Abad
Construida a mediados del siglo XVII, está íntimamente asociada con el castillo. Su sencillez la convierte en un espacio muy espiritual. Destaca, por su blancura, en la plaza donde se encuentra.
Ermita de Lourdes
Ubicada junto al puerto natural de Fornells, en una pequeña cueva de roca natural que la protege del viento de la tramontana, esta pequeña y sencilla ermita dedicada a la Virgen de Lourdes tiene apenas un altar realizado con simples azulejos y una pequeña imagen de piedra de la Virgen. Se halla en el extremo norte de la localidad, en el camino adoquinado que sube hacia la torre museo de Fornells, y su interior siempre está bien cuidado y con muchas flores y velas. Se trata de un pequeño oratorio que aporta una dosis de emoción al bonito entorno que lo rodea.
Cabo de Cavallería
Es, sin duda, uno de los espacios naturales más singulares de la zona norte de Menorca. Por carretera, está a unos 15 kilómetros del casco urbano de Fornells, a mucho menos por mar. Se levanta sobre acantilados que superan los 90 metros de altura y su faro es de una gran escenografía.
Calas y playas de Fornells
Queda bastante claro que el mar es uno de los elementos fundamentales que hay que ver en Fornells. Es ésta una costa bastante abrupta, donde es difícil encontrarse con las calas de arena que caracterizan otros lugares de la isla.
A cambio, lo que ofrece la bahía de Fornells es la típica estampa mediterránea: un mar que ha dibujado un perfil rocoso sobre el que crecen bosques de pinos y otras especies autóctonas. Lo habitual es ver numerosas embarcaciones de recreo que recalan en este refugio natural. Así, sus tripulantes pueden disfrutar del baño en sus aguas transparentes y de la increíble riqueza de los fondos marinos.
Quienes prefieran disfrutar del mar desde tierra adentro, tienen la posibilidad de hacerlo desde dos playas de la localidad:
- Cala Cabra Salada: no es una cala o playa como tal, sino una plataforma artificial desde la que los bañistas pueden acceder al mar. Está en pleno casco urbano de Fornells.
- Cala Tirant: tiene algo más de medio kilómetro de longitud y unos 20 metros de anchura. Esta cala está enmarcada por un cinturón de dunas y éste, a su vez, por una zona húmeda en torno a la desembocadura de un arroyo.
La torre de Fornells
Esta torre de Fornells es una de las más representativas que hay que ver en Menorca. Su perfecta planta circular y el hecho de que haya preservado su estructura y apariencia original la convierten en una de las más visitadas de entre cuantas formaron el sistema defensivo de costa de la isla.
Ésta, en concreto, se levantó a principios del siglo XIX, durante la última parte de la dominación británica. Después de ese periodo, la torre pasó a manos privadas, que la mantuvieron hasta los años 90 del siglo XX.
En ese momento se hizo cargo el Ayuntamiento de Mercadal y, posteriormente, el Consejo Insular de Menorca. Esta institución ha transformado el espacio en un museo, que resulta muy instructivo para conocer el funcionamiento de este tipo de construcciones defensivas. La visita al museo permite también conocer las diferentes estancias en que estaba dividida la torre.
Torre de la isla de Ses Sargantanes
Esta torre de vigilancia, situada en el extremo norte de la isla de Ses Sargantanes (Las Lagartijas), fue una de las últimas que construyeron los británicos en la costa menorquina durante la ocupación británica de Menorca en el año 1802. Tiene dos alas adosadas y no tiene piso intermedio. Aunque está bien conservada, no se puede visitar porque la titularidad y la gestión de la torre son privadas. Está construida en piedra, tiene forma alargada y su vértice septentrional apunta hacia la entrada de la bahía de Fornells (Menorca).
Restaurantes recomendados donde comer en Fornells
Con todo, lo cierto es que la mayor parte de los que visitan Fornells lo hacen para comer en alguno de sus muchos restaurantes. Y es que esta localidad es, con seguridad, el mejor lugar para probar la deliciosa caldereta de langosta. Pero también otros manjares directamente extraídos del Mediterráneo.
Estos son los restaurantes más destacados de la localidad:
- Es Cranc (Ses Escoles, 31): decoración popular, un ambiente muy cercano, casi familiar, y una estrella indiscutible. Esta no es otra que la caldereta de langosta, claro. Y, desde luego, aquí la preparan muy bien.
- Sa Llagosta (Gabriel Gelabert, 12): con ese nombre (la langosta) ya definen desde el principio qué es lo que puede degustarse aquí. Sin duda, es uno de los imprescindibles en esta materia, pero también con el resto de frutos del mar que ofrecen en su carta.
- Es Port (Paseo Marítimo, 5): caldereta de langosta aparte, destacan sus pescados (llegados a diario al mismo puerto de la localidad). Especial mención merece también el capítulo de postres.
- Can Tanu (Mayor, 16): arroces marineros, tapas y, por supuesto, caldereta de langosta son el trío de oro con el que Sebastián Tanu y su mujer, Pilar, llevan enamorando a sus comensales desde hace años.
- Sa Proa (Paseo Marítimo, 13): sencillez en la decoración, cercanía en el trato y sabores muy marineros. Solo con eso este local ya tiene suficiente para seducir a sus comensales. Muchos de ellos repiten.