Es Reserva de la Biosfera desde el año 1993. Esto quizás ya nos dé pistas sobre la increíble riqueza natural de Menorca. La diversidad de sus hábitats mediterráneos, con especies exclusivas de la isla, es una de sus señas de identidad. Se apuesta por la sostenibilidad responsable, aprovechando los recursos y conservando el entorno para las generaciones futuras.

Las calas de arena blanca y aguas de un color turquesa tan intenso que a veces no sabes donde empieza el cielo son uno de los principales reclamos. Los parajes privilegiados, los parques naturales para los apasionados del turismo activo también están entre los imprescindibles de Menorca. A todo ello hay que sumar el enorme patrimonio, al haber sido escenario de múltiples culturas. Una gastronomía deliciosa, unos fondos marinos maravillosos para los submarinistas, vamos a darte todos los motivos por los que tus vacaciones en Menorca serán un sueño hecho realidad.

  1. PLAYAS Y CALAS DE MENORCA
  2. PUEBLOS Y LOCALIDADES DE MENORCA
  3. VISITAS IMPRESCINDIBLES EN MENORCA
  4. ENTORNO NATURAL DE MENORCA

PLAYAS Y CALAS DE MENORCA

Cala Galdana, la favorita de las familias

Empecemos por el atractivo más evidente, las calas de la isla, las cuales parecen sacadas de una postal. No es para menos, además de que las hay para todos los gustos y necesidades. Cala Galdana es ideal para ir en familia, pues tiene todas las facilidades y servicios que desees. Se sitúa en la zona sur, en el municipio de Ferrerías, y puedes llegar rápidamente tanto en coche como en autobús.

Hay disponibilidad de hamacas, sombrillas, tiendas, chiringuitos o duchas. Otra de sus ventajas es la posibilidad de alquilar barcas a pedales o kayak, para acercarte a otras calas cercanas o hacer esnórquel. También puedes realizar diferentes actividades acuáticas, como parapente.

Hay numerosos restaurantes cercanos, en Delit tienen especialidad en paellas de mariscos, en Cape Nao Beach Club puedes tomar algo para picar. No te olvides del Camí de Cavalls, un sendero de más de 180 kilómetros con el que puedes rodear toda Menorca. Conecta todos los lugares y las distintas calas para ir a pie. Aprovecha para recorrer este camino histórico lleno de bellos miradores.

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Cala Galdana.

Cala Mitjana, un auténtico refugio virgen

Cala Mitjana, se encuentra rodeada de acantilados y pinares, en completo silencio. Esta paradisíaca cala del sur es perfecta si estás buscando desconectar por completo. Puedes llegar en coche hasta un parking gratuito o ir andando desde Cala Galdana. El mejor momento para visitarla es por la mañana, ya que por la tarde hay menos horas de sol.

Salta desde rocas de seis metros de altura o acércate hasta la pequeña Cala Mitjaneta, perfecta para disfrutar en pareja. Recuerda que esta cala es completamente virgen, por lo que no dispone de servicios. Puedes llevarte la comida para hacer un picnic. Los aficionados al senderismo tendrán oportunidad de recorrer varios caminos entre los bosques de pinos o por el Camí de Cavalls.

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Cala Mitjana.

Cala Turqueta, disputando el ranking de las más hermosas

Cala Turqueta es otra de las calas destacadas del sur de la isla. Es imposible elegir una sola, pero seguro que el intenso azul de Cala Turqueta es uno de los espectáculos visuales de Menorca. Es una de las más codiciadas, situada entre las puntas de Tambors y Na Forada. El espacio es limitado y solo los afortunados que lleguen a pie podrán disfrutarlo.

Los pinares y las rocas enmarcan de nuevo el paisaje, en el que se presentan dos playas divididas por una lengua de piedra. A pesar de ser virgen, hay un parking cercano para los coches, aseos y zona de picnic. Después de dejar el coche o la moto, tendrás que caminar unos 15 minutos para acceder a la cala. En verano también se puede llegar en autobús desde Ciutadella. Para los apasionados del turismo activo, aquí se inician dos etapas del Camí de Cavalls.

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Cala Turqueta.

Cala Macarella, mejor que viajar al Caribe

Cala Macarella se encuentra a muy poca distancia de Cala Turqueta. Aquí contemplarás un paraje natural con rocas erosionadas que han creado cuevas. Hay pocos servicios, salvo un chiringuito donde tomar algo. Gracias a esto, nada puede enturbiar el encanto de las calas.

Si continuas unos diez minutos a pie, hallarás Cala Macaralleta, ideal para los interesados en el nudismo, pues en ella hay rincones más íntimos. Una excelente idea puede ser hacer una excursión en barco para recorrer esta y otras calas cercanas en una misma jornada, es una de las mejores cosas que puedes hacer en Menorca, para verlas desde otra perspectiva.

Hay autobús en temporada alta, para los coches hay dos parkings también. O puedes optar por el precioso sendero del Camí de Cavalls desde Cala Galdana hasta Cala Macarella, de menos de una hora.

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Cala Macarella.

Cala Pregonda, la estrella del norte de la isla

La mayoría de las calas se encuentran en la parte sur, pero la zona norte también esconde diferentes encantos, con unas características diferentes. Cala Pregonda tiene un aspecto salvaje muy particular. El color rojizo de la arena parece sacado de una película del espacio ambientada en Marte. Esto se debe a la presencia de la pedra vermella.

Cala Pregonda es virgen y está totalmente aislada, por lo que es una de las más espectaculares de toda Menorca, con un paisaje inalterable. Si buscas un remanso de paz, esta es la mejor elección, pues la afluencia es menor y la playa está protegida del fuerte oleaje. Hay varios sectores: calas rocosas perfectas para hacer esnórquel, una playa más amplia y otra playa en uno de los islotes de enfrente, con piscinas naturales para saltar.

Solo se puede acceder a pie, existiendo aparcamiento gratuito en Binimel-là. Después, hay que caminar una media hora por el Camí de Cavalls, con alguna pendiente. Las vistas del sendero son impresionantes y la recompensa es enorme. No olvides que estás en un entorno protegido.

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Cala Pregonda.

Cala Macarelleta, un espacio nudista en Menorca

La Cala Macarelleta es un paraíso para los amantes del nudismo en Menorca. Está en la misma bahía que Cala Macarella y comparte con su hermana mayor ser un destino de postal, donde todo el mundo quiere ir para descubrir su belleza y su espacio prácticamente virgen. Arena blanca, aguas azul turquesa, dunas por doquier, altos acantilados y pinos hasta la arena… no se puede pedir más.

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Cala Macarelleta

Desde Cala Macarella se puede llegar a Cala Macarelleta siguiendo el Camí de Cavalls en dirección a Cala Turqueta, pero también se puede acceder por el acantilado que comunica las dos playas, pero hay que tener cuidado porque el camino no es fácil.

En Cala Macarelleta se puede practicar el submarinismo por la exuberancia de sus fondos marinos; el kayak y el stand up paddle por la calma y transparencia de sus aguas.

Playa de Cavallería, un paraíso natural

Situada en la costa norte de Menorca y vigilada por el faro de Cavalleria, es una de las playas más grandes del entorno. Prácticamente virgen, está rodeada de naturaleza salvaje pero, a cambio, carece de servicios. Tiene unos 500 metros de longitud, su arena es de una tonalidad dorada rojiza y el escollo de Ferragut la divide en dos zonas. La más cercana al aparcamiento es más arenosa que la otra, pero ambas son muy apropiadas para hacer buceo de superficie por la riqueza de su fondo marino. También se ha puesto muy de moda hacer baños de barro en la playa con las arcillas acumuladas junto a la escalera de acceso al agua, aunque parece ser que no es muy conveniente para la conservación natural de la playa.

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Playa de Cavallería

La playa de Cavalleria está muy expuesta al viento de la tramontana y a la aparición de medusas, por lo que conviene consultar el tiempo antes de organizar una jornada de relax a esta playa. Uno de sus grandes valores naturales es el sistema dunar, que se extiende a lo largo de un kilómetro hacia el sur. No muy lejos de la playa de Cavallería, se encuentra Cala Roja, una pequeña playa de arena y piedra que está más protegida del viento y es menos frecuentada por los turistas.

La playa de Cavalleria está a 30 kilómetros de Mahón por la carretera de Fornells y no se puede llegar con transporte público.

Cala Morell, bellezas bajo la superficie

La Cala Morell es el acceso al mar de la urbanización que tiene su mismo nombre, al noroeste de Menorca y muy cerca de Ciutadella (a unos 10 kilómetros), en medio de un bonito paraje natural protagonizado por acantilados y el agua de mar, que aquí está especialmente transparente y de un color verde esmeralda. Pese a que no es el mejor lugar de Menorca donde venir a tomar el sol, pues el arenal es bastante pequeño (unos 50 metros de longitud), muchos de los bañistas que vienen aquí suelen encontrar entre las rocas que la flanquean un lugar en el que descansar y contemplar el espectáculo paisajístico que supone esta cala.

Atractivos que se multiplican bajo la superficie del mar. De hecho, Cala Morell es uno de los mejores lugares de Menorca para practicar snorkel, pues las rocas, en contacto con el agua son el refugio de numerosas especies vegetales y animales. Algunas de ellas también habitan sobre el fondo arenoso que tapiza parte de esta pequeña ensenada.

A la Cala Morell se puede acceder a pie desde el aparcamiento de la urbanización, situado a unos 100 metros. Quien prefiera llegar en transporte público, muy cerca está la parada del bus 62, que sale desde Ciudadela y que tiene parada también en la playa de Algaiarens.

Cales Coves, conocidas ya en la Prehistoria

Cales Coves es uno de los lugares preferidos para fondear, siempre y cuando sea a bordo de pequeñas embarcaciones. Esta ensenada, situada al Sur de Menorca y muy próxima a la localidad de Alayor, se llama así por la sucesión de calas, oquedades y cuevas en la roca y junto al mar que la caracteriza. Varias de esas cuevas se usaron como lugar de enterramiento en la Edad del Bronce.

Por la profundidad de esta bahía natural y la existencia de varios puntos de acceso al mar, es un lugar muy indicado para el baño. De hecho, nadar en estas aguas siempre tranquilas, rodeados de impresionantes paredes naturales de roca, es una de esas experiencias que para ello, como decíamos, lo ideal es hacerlo en velero o en una pequeña embarcación a motor, aunque también es posible acceder en coche desde la urbanización de Cales Coves, y luego seguir a pie o en bicicleta de montaña hasta el mar. Una opción muy recomendable es disfrutar de la zona como parte de una de las etapas del Camí de Cavalls.

Cala Morell, bellezas bajo la superficie

La Cala Morell es el acceso al mar de la urbanización que tiene su mismo nombre, al noroeste de Menorca y muy cerca de Ciutadella (a unos 10 kilómetros), en medio de un bonito paraje natural protagonizado por acantilados y el agua de mar, que aquí está especialmente transparente y de un color verde esmeralda. Pese a que no es el mejor lugar de Menorca donde venir a tomar el sol, pues el arenal es bastante pequeño (unos 50 metros de longitud), muchos de los bañistas que vienen aquí suelen encontrar entre las rocas que la flanquean un lugar en el que descansar y contemplar el espectáculo paisajístico que supone esta cala.

Atractivos que se multiplican bajo la superficie del mar. De hecho, Cala Morell es uno de los mejores lugares de Menorca para practicar snorkel, pues las rocas, en contacto con el agua son el refugio de numerosas especies vegetales y animales. Algunas de ellas también habitan sobre el fondo arenoso que tapiza parte de esta pequeña ensenada.

A la Cala Morell se puede acceder a pie desde el aparcamiento de la urbanización, situado a unos 100 metros. Quien prefiera llegar en transporte público, muy cerca está la parada del bus 62, que sale desde Ciudadela y que tiene parada también en la playa de Algaiarens.

PUEBLOS Y LOCALIDADES DE MENORCA

Ciutadella, por las calles medievales de Menorca

Es imposible no enamorarse de las callejas estrechas y el casco histórico de Ciutadella, señal del excelente patrimonio cultural de la isla. Lo mejor es dejar el coche en algún parking y recorrer la ciudad a pie. Un buen lugar para comenzar el recorrido puede ser el puerto, para caminar por el muelle medieval transformado, donde hay numerosas terrazas.

Continua por la Plaza des Born, con calles inundadas de tiendas de artesanía y vida. El Obelisco des Born es todo un emblema que conmemora la derrota de los turcos. Detente en el Ayuntamiento o el Castillo de San Nicolás, hasta llegar a la Catedral de Santa María. Este es el monumento gótico más sobresaliente de Menorca, todo un referente para el gótico catalán construido en el siglo XIII.

Además hay varias calas y playas cercanas, como Cala El Pilar. La gastronomía menorquina tiene su mejor representación en restaurantes de Ciutadella como Café Balear, Tast de na Silvia o S’Amarador, donde probar la deliciosa caldereta de langosta.

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Ciutadella

Mahón, una capital con mucho gusto

Poco tiene que envidiar a Ciutadella la actual capital de Menorca. De hecho, Mahón no solo es una de las ciudades más bonitas de la isla, sino de todas las Baleares. Sin entrar en discusiones salomónicas ni en competencia entre ellas, se puede decir que ambas localidades, cada una con sus propias características, riquezas patrimoniales y entorno natural, se complementan a la perfección.

En Mahón hay que visitar, ante todo, su puerto y mejor si es a bordo de alguna embarcación. Una ensenada que es, por su longitud (unos 5,5 kilómetros), el segundo puerto natural más grande del mundo. Luego convendría subir a la fortaleza de Isabel II, para comprender la importancia estratégica de este puerto y los motivos que llevaron a las autoridades británicas a trasladar la capital isleña a este lugar.

Más tarde habría que pasear por el casco histórico de Mahón, entre bonitas mansiones y casas pintadas de colores, con sus ventanas de guillotina, al más puro estilo inglés. También edificios tan representativos de la arquitectura local como la Casa Mir, la Pescadería, la Casa Soler y, desde luego, el Teatro Principal, que es el auditorio de ópera más antiguo de España y, sin duda, uno de los más bonitos.

Binibeca, ambiente bohemio con sabor a mar

Binibeca, pueblo de pescadores resalta por su sencillez y el color blanco como protagonista. La tranquilidad que se respira es uno de sus encantos. Se construyó buscando una arquitectura homogénea para atraer a intelectuales y artistas. Invita a relajarse y disfrutar de un apacible paseo en silencio, respetando la intimidad de los vecinos.

Está muy cerca de Mahón, a menos de 10 kilómetros, por lo que es muy sencillo llegar en coche. Es un lugar muy peculiar, donde contemplar sus blancas casas con balcones de madera, su iglesia, su plaza mayor o su paseo marítimo.

El hermoso embarcadero es otro de los sitios más fotografiados. Si quieres probar el sabor auténtico de esta zona, puedes ir al restaurante El Faro, cuya especialidad son los arroces y tiene unas increíbles vistas al mar. Muy cerca está la playa de Binibeca o la Cala Torret, ideal para submarinismo.

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Binibeca

Son Bou, la mayor playa de Menorca

Son Bou es uno de los sitios predilectos para el turismo. Se halla en la costa meridional, en el municipio de Alaior. Está llena de atractivos, incluyendo una reserva natural. Es una playa perfecta para acudir en pareja o en familia. Su extensión, su arena fina y su agua transparente, además del fácil acceso y los parkings gratuitos, hacen que sea ideal para acudir con los peques, ya que también hay poca profundidad.

Hay una gran cantidad de servicios, con bares, chiringuitos o chill out. En la parte más oeste de Son Bou hay una zona más tranquila y se puede practicar nudismo. Asimismo, estarás rodeado de singulares monumentos, como la Basílica Paleocristiana de Son Bou o la Torre d’en Galmés, el mayor poblado talayótico de Menorca.

En la Albufera de Ses Canessies podrás observar distintas especies de aves. También hay diferentes rutas del Camí de Cavalls cerca o buenos restaurantes como Es Forn de Torre Solí Nou, situado en una antigua finca de payés, perfecto para una velada romántica.

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Son Bou

Fornells, la mejor caldereta de langosta de Menorca

A pesar de que la gastronomía es una de las fuertes referencias de este pueblo, tiene mucho más que ofrecer, pues es uno de los más encantadores de la isla. Fornells es una localidad marinera donde la vida sigue girando en torno al puerto, con una bahía natural. Está en el norte, a unos 30 kilómetros de Mahón.

Su urbanismo mediterráneo consigue una bella estampa de vivos colores. En este lugar podrás conocer el Castillo de San Antonio o el Cabo de Cavallería, un espacio natural entre acantilados que sin duda es uno de los más singulares de la zona norte. También puedes contemplar la Torre de Fornells, del siglo XIX o visitar alguna de las calas cercanas.

El reclamo por excelencia de esta población son sus restaurantes especializados en uno de los platos estrella de la gastronomía menorquina, la caldereta de langosta. En restaurantes como Es Cranc, Sa Llagosta, Can Tanu o Sa Proa elaboran diferentes versiones de este manjar.

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Fornells

VISITAS IMPRESCINDIBLES EN MENORCA

La Torre de Fornells, la defensa norte de la isla

La Torre de Fornells, como ya adelantábamos, uno de los elementos más destacados de Fornells es su gran baluarte defensivo, el último que construyeron los ingleses antes de abandonar Menorca. Es una de las mayores torres, además de una de las mejor conservadas.

Se rehabilitó tras años de abandono, acogiendo hoy un museo y una terraza que regala impresionantes panorámicas de la bahía de Fornells. Se trata de un auténtico testigo del pasado, cuando era necesario defenderse de los ataques e incursiones externas.

Los niños disfrutarán especialmente, pues aprenderán detalles históricos mientras se divierten. Es una de las visitas indispensables de la zona norte.

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La Torre de Fornells

La Mola, la fortaleza que protege el puerto de Mahón

La Mola es la península que se sitúa en la parte más oriental de toda España. La fortaleza del siglo XIX que hallarás aquí es uno de los recintos amurallados más grandes de Europa. Déjate impresionar por su excelente estado de conservación.

Además de las estupendas vistas al puerto de Mahón, La Mola es una Zona Especial para la Protección de Aves. De esta manera, puedes disfrutar tanto del paisaje como de las construcciones defensivas. La protagonista indiscutible es la fortaleza defensiva que mandó construir Isabel II, con increíbles murallas y miradores que apasionarán a los más pequeños de la casa.

Las galerías subterráneas alimentarán la imaginación de niños y mayores. Acércate a conocer la interesante historia de La Mola gracias a sus visitas guiadas. También se pueden realizar visitas nocturnas o con vehículos eléctricos, siempre reservando con antelación.

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Fortaleza de la Mola

La Naveta des Tudons, descubre la cultura talayótica

La Naveta des Tudons, es el edificio más antiguo de toda Europa y se encuentra en excelente estado. Es un tipo de construcción funeraria, hecha solo con piedras encajadas alrededor del 1.200 a. C. Su singular forma de barca volteada es una de sus señas de identidad.

Después de las excavaciones se encontraron restos humanos, por lo que se pudo deducir su uso. La cultura talayótica es exclusiva de las Islas Baleares, no existe en ningún otro sitio durante la Prehistoria. Por este motivo, estamos ante una obra de carácter irrepetible, muy singular y con un significado esencial.

Menorca se puede considerar un museo al aire libre, ya que los vestigios de esta y otras culturas se extienden por toda la isla. Es obligatorio acercarse a conocer estos restos. Existen más de 30 yacimientos arqueológicos que narran su pasado ancestral. A la Naveta des Tudons puedes llegar fácilmente en coche. Se sitúa entre Ciutadella y Ferrerías, está bien señalizada. Es un plan excelente para hacer en familia.

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La Naveta des Tudons

Faro de Favàritx, luz en el norte de la isla

La historia del Faro de Favàritx, construido en 1917 e inaugurado en 1922, tiene su origen en los muchos naufragios que tenían lugar en la zona. Los más sonados fueron los del vapor Isaac Pereyre en 1906 y los del barco General Chanzy en 1910. Se encuentra en medio de s’Albufera des Grau, en el cabo de Favàritx, en la zona norte de Menorca.

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Faro de Favàritx

El faro está custodiado por acantilados bajos de pizarra negra y hay quien dice que el conjunto parece como un paisaje del infierno. Junto al faro, existe un pequeño lago natural, Cós des Síndic, que suele formarse cuando hay temporales y que sirve de lugar de descanso y alimentación para algunas aves. Según una leyenda popular, si caminas por los charcos que se forman junto al faro las noches de luna llena, te invade la energía, la fuerza y la fertilidad.

Desde 2018, no se puede llegar hasta aquí en vehículo privado durante los meses que van de junio a septiembre.

Faro de Punta Nati, quizás la mejor puesta sol

Los alrededores del faro de Punta Nati se han convertido en uno de los lugares más de moda para contemplar las espectaculares puestas de sol que regala esta zona del litoral menorquín, en el Noroeste de la isla. Se entiende por el magnífico decorado natural de esta meseta, que termina de forma abrupta, pero muy atractiva, en acantilados de algo más de 40 metros de altura.

En cuanto al faro como tal, se trata de dos edificios relativamente modernos, pues se levantaron en 1913, poco después de que frente a estas costas naufragara el navío francés Général Chanzy. La torre octogonal que sustenta la lámpara del faro tiene una altura de 19 metros y sus destellos se pueden observar a algo más de 25 kilómetros de la costa.

Aunque se puede acceder en coche hasta la zona, en el verano de 2022, con el objetivo de evitar las aglomeraciones que se producían en la estrecha carretera de acceso, se ha puesto en marcha un servicio de bus, que cuesta 4 euros ida y vuelta y que parte desde Ciutadella.

Lithica, geología y flora convertidas en arte

Lithica, espacio situado en las Pedreres de s’Hostal, es una de las intervenciones artísticas al aire libre más llamativas de las Baleares. Esta antigua cantera reconvertida en una enorme escultura a base de líneas paralelas, con intermitentes composiciones botánicas, es una obra colectiva comandada por la arquitecta y escultora Laetita Sauleau.

Ella, junto al resto de componentes de la Sociedad Cultural Lithica lograron, en 1994, preservar esta cantera de marés (tipo de roca característica de muchas construcciones de Menorca) transformándola en un espacio para el arte.

Arte estático, en forma de roca, y también vivo. Porque, además del circuito botánico, compuesto por el Jardín Medieval y el Laberinto Vegetal, Lithica es también el lugar elegido para las representaciones escénicas y musicales más diversas.

Faro de Cavalleria, el viejo vigía del Mediterráneo

El más antiguo de los siete faros que guían la navegación en torno a la costa de Menorca es el de Cavalleria. Situado en el punto más septentrional de la isla, desafía al tiempo y el viento, a 94 metros sobre el nivel del mar, desde 1857. La construcción, como tal, alcanza los 15 metros. Esto favorece que el haz de luz que emite su linterna sea visible hasta 22 millas náuticas de distancia.

Como curiosidad, el faro de Cavalleria fue el último en Menorca en abandonar el petróleo como forma de alimentar su linterna. Fue en los años 80 del siglo pasado.

Muy próxima al faro y en los acantilados sobre los que se sitúa esta construcción hay una cueva de pequeñas dimensiones (unos 20 metros de profundidad). Desde la boca de ésta se puede disfrutar de una particular visión de la illa des Porros, espectacular durante las puestas del sol.

ENTORNO NATURAL DE MENORCA

Monte Toro, toda Menorca a tus pies

Al Monte Toro se le considera el mejor escaparate que encontrarás en la isla. Es su montaña más alta, por lo que te obsequiará con momentos impresionantes. Subir hasta la cima es algo asequible para toda la familia, pues la altura máxima son 350 metros.

Monte Toro no tiene rival en cuanto a altura, por lo que las vistas desde este punto son impagables, sin ningún tipo de obstáculo visual. Es también un lugar lleno de leyendas, pues se creía que estaba custodiado por un toro antiguamente.

El ascenso se realiza sin dificultad, aunque también se puede subir en coche o bicicleta. Lo más recomendable es ir a pie, dando un agradable paseo. Un bonito atardecer con el paisaje menorquín como telón de fondo puede ser un plan realmente romántico. No te olvides de visitar el Santuario de la Virgen de Monte Toro, la patrona de Menorca. A los pies de la montaña se halla el precioso pueblo de Es Mercadal.

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Vistas desde el Monte Toro

La Cova d’en Xoroi, termina con el mejor de los atardeceres

Cualquier momento es estupendo para acudir a la Cova d’en Xoroi, ya que se sitúa en un enclave espectacular, un acantilado a 30 metros de altura al sur de Cala en Porter. Durante el día funciona como terraza y mirador, mientras que por la noche es un lugar de encuentro y música en directo.

Hay numerosos balcones naturales donde puedes tomar algo. A la hora del crepúsculo es el momento que acapara mayor expectación. Al comprar tu entrada, incluye normalmente una consumición.

Por la noche, la Cova d’en Xoroi se ha convertido en un local de moda donde se puede escuchar música, sobre todo de grupos de jazz. Más tarde, se convierte en una discoteca donde bailar hasta que el cuerpo aguante. Prueba a contemplarla desde un barco, haciendo una excursión que recorra diferentes calas. Será una excelente manera de acabar tu día en Menorca.

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La Cova d’en Xoroi.

Pont d’en Gil, un arco de roca junto al mar

 Es una fantasía de la Naturaleza, un lugar para hartarse de hacer fotos, porque el Pont d’en Gil es el resultado de la erosión de la fuerza de las olas y son muy pocos los que se resisten a hacer una parada y disfrutar de este hermoso y espectacular entorno natural de Menorca, situado junto a Ciutadella. Se puede llegar hasta aquí a pie (desde Cala en Blanes) o en bicicleta (a través del Camí de Cavalls), pero la mejor vista se tiene, lógicamente, desde un barco.

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Pont d’en Gil

Desde este capricho que ha moldeado la naturaleza, y que se atreven a traspasar pequeñas embarcaciones, se puede disfrutar, además, de increíbles atardeceres.

Cova des Coloms

Dicen que la Catedral de Santa María de Ciudadela encuentra en la Cova des Coloms una digna rival. ¿La razón? Esta enorme gruta natural, ubicada en el barranco de Binigaus, depara a quien la visita una gigantesca cavidad rocosa de 24 metros de altura, 15 de ancho y 110 de largo. Se trata, a fin de cuentas, de un espectáculo para la vista muy similar al que nos ofrecen los grandes templos religiosos. Además, numerosos estudios arqueológicos han demostrado que esta cueva fue utilizada como espacio funerario por los pobladores de la prehistoria menorquina. Es por estos motivos que la Cova des Coloms fue declarada Bien de Interés Cultural en 1966.

Para llegar a ella, deberemos dirigirnos al pueblo de Es Migjorn Gran, situado en la parte centro-sur de Menorca. Una vez aquí, tomaremos el camino que parte del cementerio en dirección a la playa de Binigaus. Señalizado con balizas rojas y amarillas, este camino pronto se bifurcará: el de la derecha nos llevará hasta la playa, mientras que el de la izquierda finaliza en la discreta entrada de la Cova des Coloms.

Albufera des Graus

Este parque natural de 5.000 hectáreas de superficie representa el pulmón verde por excelencia de Menorca. Situada en la esquina nororiental de la isla, la Albufera des Graus fue declarada núcleo de la Reserva de la Biosfera por la Unesco en 1993. Respetando las normas de visita, principalmente enfocadas en la conservación del parque, aquí podremos disfrutar de un sinfín de actividades. La exuberancia paisajística, con gran diversidad de ambientes ―humedales, terrenos agrícolas, bosques, playas e islotes―, se suma a la posibilidad de poder contemplar restos arqueológicos de la cultura talayótica, como los del poblado de Sa Torreta.

Ahora bien, la mejor forma de comenzar nuestra visita es acudiendo al Centro de Interpretación Rodríguez Femenías, un punto de información turística desde el que parten dos de las tres rutas diseñadas para practicar senderismo por el interior del parque. La otra, pensada para los días más calurosos debido a su cercanía a la playa, parte desde el cercano pueblo de pescadores Es Grau.

Otras dos excursiones altamente recomendables que nos ofrece la Albufera son la isla de Colom, a la que se accede en kayak; y el faro de Favaritx, inserto en un paraje de pizarras negras y acantilados salvajes.

Cabo de Artrutx, a rayas blancas y negras

Vistas al mar aparte, lo que más atrae a los visitantes del Cabo de Artrutx es el faro que lo preside, pintado con llamativas franjas alternas de negro y blanco. La torre de su linterna tiene 34 metros de altura y es visible bastante antes de llegar a la urbanización de chalés y casas bajas que hoy ocupa buena parte de la superficie del cabo. Este faro se puso en marcha en el año 1858 y, como curiosidad, la llama de la lámpara inicialmente se alimentaba con aceite de oliva.

Artrutx delimita, con el Cabo de Cavalleria, la zona más septentrional de la isla y, de alguna forma, también es uno de los límites del estrecho que separa Menorca de Mallorca, donde se encuentran el cabo y faro de Capdepera. Artrutx está a unos 10 kilómetros de Ciutadella. En temporada alta se puede venir a este lugar con los buses que parten de esa misma localidad.

Camí de Cavalls, el gran recorrido senderista

El menorquín Camí de Cavalls es, sin duda, uno de los recorridos más conocidos y escenográficos de las Baleares y el resto del país. Un camino prácticamente circular que discurre en paralelo a la costa y que se extiende a lo largo de más de 185 kilómetros. Éstos se pueden cubrir por tramos, eligiendo aquellas zonas o paisajes que más apetezca, o bien la ruta completa, que tendría un total de 20 etapas (unas diez jornadas), en función de la forma física de cada caminante.

Detrás del placentero Camí de Cavalls, que también se puede recorrer en bicicleta en unas cuatro etapas, hay una historia tan convulsa como la de la propia Menorca. Invasores y contrabandistas han sido su razón de ser a lo largo de los siglos. Luego, durante los periodos de dominación francesa y británica, se convirtió en una importante vía de comunicación tanto para las tropas como para la propia población isleña.

Aunque estuvo en desuso durante largas décadas, por fortuna desde 1996 se ha recuperado y en 2010 pasó a la consideración de camino público, integrándose en la red de las rutas de Gran Recorrido de Europa (GR223).