La roca sobre la que se levanta el castillo, a 149 metros sobre el nivel del mar, domina toda la huerta murciana. Es fácil distinguirla a lo lejos, sobre todo por un enorme Cristo que se colocó en 1951 y que costó 30.000 pesetas de las de la época que fueron financiadas por personalidades de la sociedad murciana. En realidad hubo otro Cristo anterior que se levantó en 1929 pero que fue destruido durante la Guerra Civil española.
Al margen de este icono, el castillo guarda muchos secretos relacionados con el poder y la historia de Murcia. Los primeros vestigios de una atalaya en este lugar se remontan al siglo XI, durante la época musulmana. Pero fue en el siglo XIII cuando Murcia se convirtió en un reino floreciente y con él, el Castillo de Monteagudo, que incluso fue cantado por el poeta árabe Hazim al-Qartayanni en su obra Qasida maqsura.
Con la reconquista cristiana, la región pasó a ser dominio castellano y el rey Alfonso X el Sabio instaló entre estos muros su residencia murciana, prefiriéndolo sobre otros castillos de dentro de la ciudad. En esa época, estas almenas se convirtieron en la punta de lanza de la frontera castellana con el reino de Aragón.
- Historia del Castillo de Monteagudo
- Cómo visitarlo
- Centro de interpretación de Monteagudo
- Senderos para ir hasta el Castillo
- Dónde alojarse en Murcia
Historia del Castillo de Monteagudo
Monteagudo siempre ha sido la defensa de la frontera noreste de Murcia frente a la zona de Orihuela. De hecho, nació como lugar de protección de la taifa en el siglo XI, de donde se tienen sus primeras referencias, gracias a su posición estratégica sobre las zonas de huertas.
Sin embargo, su disposición actual se debe a la remodelación en el siglo XII dentro del periodo mardanisí. El rey Ibn Mardanis creó junto al Castillo un alcázar de recreo, que hoy se llama Castillejo de Monteagudo, y la llamada fortificación de Larache, una línea completa defensiva de la que actualmente sólo quedan algunos restos.
La fecha clave para la vida del Castillo de Monteagudo fue, sin lugar a dudas, el año 1243, cuando Murcia pasó a formar parte de la Corona de Castilla y Alfonso X el Sabio lo convirtió en su residencia murciana. Todo este complejo fue entregado como donadío a su esposa, Violante de Aragón.
Con el inicio del conflicto entre Castilla y Aragón, que asumió dentro de su territorio la cercana Orihuela, el Castillo de Monteagudo se convirtió en la primera línea de defensa del reino y una de las más importantes.
De hecho, el complejo bélico siguió siendo clave militarmente hablando hasta el siglo XIV y empezó a perder relevancia cuando cesaron las hostilidades entre las dos coronas.
Cómo visitarlo
Ni el Cristo ni el Castillo se pueden visitar por dentro y hay que conformarse con disfrutarlos desde el exterior, aunque merece mucho la pena llegar hasta allí para contemplar las vistas que lo hicieron tan importante.
Se ha habilitado un mirador a mitad de la colina que permite tener una visión bastante completa de lo que era el complejo defensivo que embelesó a Alfonso X el Sabio y que infundió miedo en las tropas enemigas.
De lo que sí podemos disfrutar es del Centro de Visitantes que está situado a los pies del castillo o seguir algunas de las rutas de senderismo marcadas que rodean todo el complejo y permiten tener distintos puntos de vista del castillo.
Centro de interpretación de Monteagudo
Este centro está ubicado a los pies del Castillo de Monteagudo y centraliza tanto la organización de las visitas a pie como toda la información del complejo y su historia desde la presencia de los primeros pobladores en la zona: la civilización argárica, íbera, romana, árabe y la reconquista cristiana.
La principal visita guiada recorre algo más de tres kilómetros a pie para entender todas las partes de la línea defensiva de Murcia y su subsistencia: castillos y fortalezas, sistemas de riego y albercas que fueron levantadas en la época de ampliación del castillo, en el siglo XIII. Esta ruta sencilla recorre las zonas más emblemáticas de la línea.
Dentro del centro, la historia de este castillo, Patrimonio Nacional, se crea a partir de restos arqueológicos, recreaciones, maquetas y dioramas. Cada una de las salas muestra la exposición de una parte de los restos encontrados en las excavaciones que se han hecho alrededor del castillo y que han permitido reproducir algunas de las escenas típicas que tuvieron lugar en su interior.
La entrada es gratuita y se puede visitar todos los días menos el lunes, que está cerrado. Los domingos sólo abre de 10 de la mañana a dos de la tarde.
Senderos para ir hasta el Castillo
El principal sendero de los Castillos es una ruta circular de unos seis kilómetros que recorre los principales lugares de la zona como el propio Castillo de Monteagudo, el castillejo y la fortaleza de Larache. También pasa junto a las albercas árabes construidas en el siglo XIII, que permiten ver el sistema de regadío tradicional medieval, y por las fincas de recreo que se levantaron junto a los dos complejos más pequeños.
El sendero parte desde el Centro de Visitantes y se tarda unas dos horas en completarse. Además, el desnivel es de solo 60 metros lo que permite poder hacer la ruta con toda la familia.
Dónde alojarse en Murcia
El Castillo de Monteagudo está situado a sólo cinco kilómetros de Murcia por lo que para hospedarse el Occidental Murcia Siete Coronas, de cuatro estrellas, es una opción perfecta puesto que tras su renovación se ha convertido en uno de los hoteles más modernos de Murcia.
Ubicado en Paseo de Garay, en pleno centro, es ideal para visitar los principales puntos de interés de la ciudad o dar un paseo por el río Segura. Además está muy bien comunicado con otras partes de la ciudad o de la región lo que permite desplazarse sin problema por el resto de la región.
Muchas de sus 156 habitaciones tienen vistas sobre la ciudad y garantizan una plácida estancia siempre aderezada por el servicio más eficaz.
El Occidental Murcia Siete Coronas cuenta con gimnasio, salas multifunción equipadas con la última tecnología y un magnífico restaurante Bistro con terraza. También ofrece servicio de aparcamiento y acepta mascotas.
El Occidental Murcia Siete Coronas transmite como ningún otro hotel la esencia de una ciudad, Murcia, que abraza la mejor cultura y vanguardia sin dejar de lado la tradición y oficio aprendidos por el camino.