El Teatro Romea de Murcia es uno de los escenarios más importantes de la zona sobre el que se han subido autores tan importantes como Jacinto Benavente o Federico García Lorca. Su construcción en el siglo XIX demuestra las inquietudes de una sociedad, la murciana, que demandaba tener su propio teatro a la altura de otras capitales de provincias. Sin embargo, su vida ha estado envuelta en la leyenda y en cierto tono de tragedia.
Dicen que su construcción se realizó sobre un cementerio de frailes que fue expropiado por el Ayuntamiento de Murcia, y que un dominico maldijo a estas tablas asegurando que sufriría tres incendios, el último definitivo, cuando estuviera su aforo completo.
El Romea ya se ha visto envuelto en llamas dos veces, una en 1877 y otra en 1899, y los murcianos ya temen que venga la tercera.
Por eso, cuentan, los responsables del teatro siempre dejan una silla vacía para que el aforo del Romea nunca esté completo del todo. Por si acaso.
- Historia del Teatro Romea
- Valor arquitectónico del edificio
- Cómo visitarlo
- Dónde consultar el programa de eventos
Historia del Teatro Romea
El Teatro Romea de Murcia se erige majestuosamente sobre la plaza del mismo nombre. Por esas tablas han pasado reyes, reinas, gobernantes, burgueses, aristócratas, autores de la talla de Benavente o Lorca, pero sobre todo miles y miles de murcianos que disfrutaron de la cultura del momento.
Después de 160 años como referente, el Romea ha mantenido abiertas sus puertas excepto cuando la desgracia del fuego ha provocado su cierre y rehabilitación. De hecho, las llamas son las culpables de la leyenda negra que envuelve a estas tablas y que hacen que aún hoy se deje una silla vacía para no completar nunca el aforo y evitar la maldición.
El edificio fue inaugurado el 26 de octubre de 1862 por la Reina Isabel II como tablas de propiedad municipal, acompañada de sus hijos. Por eso, se le llamó el Teatro de los Infantes y la primera representación que acogió fue la obra El hombre del mundo, de Ventura de la Vega, interpretada precisamente por el actor murciano Julián Romea, una de las mayores glorias del teatro nacional de la época y que luego haría inmortal a este escenario y la plaza que lo rodea.
Este gran teatro que contaba con el amparo real venía a renovar el viejo Corral de Comedias del Toro, en la plaza de Ceballos, que llevaba desde el siglo XVII acogiendo la representación de comedias.
El Teatro de los Infantes se llamó así solo unos años. El pueblo de Murcia presionó al Consistorio para que las tablas fueran un homenaje a su paisano y, en 1872, consiguieron que se llamara Teatro Romea.
El teatro siguió funcionando hasta 1877, cuando un gran incendio, el primero de los que ha sufrido este monumento, arrasó parte de la sala y otras dependencias. Para los murcianos fue un drama pero pronto se pusieron manos a la obra para reabrirlo.
Sólo tres años después volvía a levantar el telón, en un edificio reformado gracias al trabajo del arquitecto de Hellín Justo Millán.
Pero las llamas iban de nuevo a poner a prueba al Teatro Romea y a los murcianos. En 1899, menos de 20 años después, el escenario volvía a arder, en esta ocasión por culpa del sistema eléctrico que dejó a la ciudad a oscuras y muchos murcianos que estaban en la representación tuvieron que salir corriendo. Solo un empleado de maquinaria perdió la vida en el incendio.
Curiosamente se estaba representando en ese momento la obra de zarzuela Jugar con fuego y como nadie cree en casualidades fue entonces cuando empezó a circular la leyenda de los tres fuegos y el tercero definitivo.
De nuevo fue Justo Millán quien volvió a levantar el teatro casi entero, puesto que sólo los muros y la fachada quedaron en pie, lo que permite que la portada que vemos hoy siga siendo la de 1880.
La tercera inauguración fue el 16 de febrero de 1901 con la increíble compañía de María Guerrero y Fernando Díaz de Mendoza. Ese día, sobre el escenario, se representó El estigma, de Echegaray, que estaba entre el público. Aún no le habían dado el premio Nobel pero Murcia ya quiso hacerlo hijo predilecto de la ciudad como reconocimiento al ingenio de uno de los autores más relevantes del momento.
No es al único que ha visto sobre su escenario. Jacinto Benavente presenció varios de los estrenos de su obra en esa misma platea y Federico García Lorca dirigió la actuación del Teatro Universitario La Barraca en 1933.
En 1985 se decidió renovar todo el entramado del Romea por lo que estuvo tres años cerrado dentro del programa del Ministerio de Cultura para modernizar estas instalaciones históricas. Fue otra reina, en este caso doña Sofía, la que abrió las puertas de uno de los teatros más importantes de nuestro país.
Valor arquitectónico del edificio
El mayor valor arquitectónico del edificio es la fachada, que es puro eclecticismo. A primera vista, cuenta con una clara inspiración neoclásica que se mezcla con detalles modernistas, como es la marquesina y las verjas de forja de la entrada.
En el centro, en la parte superior, podemos ver tres bustos que corresponden a tres magos de la música clásica: Beethoven, Mozart y Listz. Además, hay cuatro medallones en relieve ubicados sobre los ventanales de la planta principal que homenajean a cuatro dramaturgos murcianos: Andrés de Claramonte, Damián Salucio del Poyo, Gaspar de Ávila y José Selgas.
El interior, muy reformado por los distintos incendios y la gran rehabilitación de 1985, se pueden ver obras de pintores de la región en el techo del patio de butacas, como José Pacual y Valls y Federico Mauricio, con arreglos de Antonio Meseguer e Inocencio Medina Vera.
En ellas se representa a Julián Romea rodeado de las alegorías de las musas de las artes, que son su inspiración. El telón, obra de Emilio Sala, fue un regalo de María Guerrero y quiere representar una propia alegoría del teatro.
El salón está construido con forma de herradura, en un estilo clásico, y con tres niveles de palcos y otros tres de gradas superiores.
Cómo visitarlo
Simplemente con un paseo por la popular plaza Romea permite hacerse una idea de la espectacularidad del teatro Romea y su historia: 160 años acogiendo a lo mejorcito del arte dramático en España.
Pero visitar su interior y conocer de primera mano sus comedias y sus dramas también es posible bajo petición previa.
La entrada es gratuita y, además, se ofrecen visitas guiadas que ayudan a entender la importancia de estos escenarios para la región de Murcia y también para las artes escénicas españolas.
También es posible ver las cicatrices de los diversos incendios y sus renovaciones que han hecho del Romea un lugar lleno de leyendas y supersticiones.
Dónde consultar el programa de eventos
El Teatro Romea cuenta con una capacidad para 1179 espectadores, quizá descontando la silla que nunca se vende para no completar aforo y tentar a la maldición. En la web del teatro se puede consultar toda la programación de eventos que viene siendo estable casi desde que se inauguró en 1862 por la reina Isabel II y sus hijos, los infantes.
Las temporadas combinan obras de comedia, dramas y hasta cuentos musicales o zarzuelas. Los responsables tratan de ofrecer una programación variada que pueda satisfacer las ansias culturales de pequeños y mayores.
Además, desde la página web se pueden comprar las entradas online de una manera muy sencilla.