Situada justo en el punto donde el río Avia vierte sus aguas en las del río Miño, Ribadavia es, ante todo, la capital del vino del Ribeiro y un verdadero paraíso enoturístico y gastronómico, pero resulta que también es un auténtico tesoro histórico y cultural. En todo caso, este pintoresco destino es uno de los principales atractivos de la provincia de Ourense y, por supuesto, merece una visita.
En este sentido, la historia de Ribadavia hunde sus raíces en lo profundo del tiempo, pero aflora de manera exuberante durante la Edad Media, llegando incluso a ser capital del reino de Galicia entre 1065 y 1071, y a poseer la judería más importante del noroeste peninsular. Por supuesto, los testimonios de aquella época hoy forman parte del extraordinario patrimonio de la villa, repartidos por su casco histórico –declarado Bien de Interés Cultural en 1947–, y son, desde luego, la excusa perfecta para visitarla.
- Casco Viejo y Plaza Mayor
- Antigua Judería
- Castillo de los Condes de Sarmiento
- Convento de Santo Domingo
- Iglesia de San Xoán
- Termas de Ribadavia
- Pozas de Melón
- Bodegas en Ribadavia
- Dónde comer en Ribadavia
- Dónde dormir cerca de Ribadavia
Casco Viejo y Plaza Mayor
El centro neurálgico de Ribadavia es, evidentemente, su casco histórico y, en particular, su “km 0”, la Plaza Mayor. Este notable conjunto de origen medieval, declarado Bien de Interés Cultural en la categoría de Monumento Histórico Artístico, está encabezado por el pazo de los Condes de Ribadavia, un gran edificio de estilo barroco (siglo XVII), flanqueado por la Casa Consistorial y su torre-campanario (antigua alhóndiga del siglo XVI, pero con fachada neoclásica), entre otros edificios históricos de distintas épocas.
El resto del casco histórico de Ribadavia alberga, por supuesto, una lista mucho más amplia de edificios notables, empezando por el Pazo de Baamonde, un edifico del siglo XVIII que hoy alberga el interesante Museo Etnográfico; como la iglesia de Santiago, un ejemplar excepcional del románico popular gallego de finales del siglo XII; como la Casa de la Inquisición, una casona gótica del siglo XVI, coronada por los cinco escudos de las familias ligadas al Santo Oficio en la villa… Aunque quizás el mayor encanto de este viejo corazón medieval de Ribadavia sea, precisamente, su colección de callejuelas, plazoletas, viejas casas de piedra y rincones llenos de encanto que subrayan el rico pasado de esta localidad orensana.
Antigua Judería
Sin lugar a dudas, uno de los elementos más destacados del patrimonio histórico de Ribadavia es su antigua judería, que cobró especial protagonismo a partir del año 1065, cuando el rey Don García hizo de la villa su capital. Más adelante, el comercio del vino supuso también un importante impulso para la población local, tanto cristiana como judía. En todo caso, la comunidad sefardí de Ribadavia siguió teniendo un papel clave en la villa hasta los edictos de expulsión de finales del siglo XV.
En este sentido, la mejor manera de comenzar a descubrir el legado judío en este rincón de la provincia de Ourense es visitando el Centro de Información Judía de Galicia, alojado en el Pazo de los Condes de Ribadavia, un espacio que ofrece una amplia e interesante mirada a la historia de las comunidades judías en toda Galicia, tanto antes como después de 1492. Y muy cerca se encuentra la propia judería, que se extendía, a través de la antigua rúa Xudería (hoy rúa Merelles Caula), desde la Plaza Mayor hasta la muralla medieval, y desde la Plaza de la Magdalena –donde, al parecer, se ubicó en su día la sinagoga– hasta la Porta Nova. El conjunto de callejuelas estrechas, de típico trazado medieval, salpicadas de sutiles símbolos de la cultura judía, aún recuerda los tiempos en que los sefardíes formaban parte fundamental de todo tipo de villas y ciudades en toda la Península Ibérica.
Castillo de los Condes de Sarmiento
Situado sobre un promontorio en el extremos sur del casco antiguo, este castillo fue una de las fortalezas más destacadas de Galicia y residencia de los Condes de Ribadavia, la familia Sarmiento, desde la segunda mitad del siglo XV hasta el siglo XVII, cuando se trasladaron al conocido como Palacio de los Condes, el pazo condal ubicado en plena Plaza Mayor de la villa.
Junto con los vestigios del propio castillo (puertas, arcos, muros, patio de armas, restos de torres, etc.), en el interior del recinto también se conserva una singular necrópolis con una docena de sepulcros antropomórficos labrados en la roca (siglos IX al XII), relacionada con la antigua capilla de San Xés, una joya prerrománica que ocupaba el lugar antes del establecimiento del castillo y que fue trasladada a la vecina parroquia de Francelos.
Además, el lugar es sede de la Muestra Internacional de Teatro de Ribadavia, uno de los principales festivales de artes escénicas en Galicia, y de la famosa Festa da Istoria, la gran fiesta medieval –una de las más auténticas de Galicia– que se celebra cada año a finales de agosto.
Convento de Santo Domingo
Ubicado al suroeste del castillo, nada más superar el trazado de la antigua muralla, este conjunto conventual fundado en el siglo XIII y de estilo gótico mendicante –aunque la fachada es neoclásica– fue declarado Monumento Nacional en 1931. Se trata del segundo convento establecido por los dominicos en Galicia y es auténtico tesoro artístico y arquitectónico.
Al interior de su iglesia, de tres grandes naves, los arcos, capiteles, retablos, capillas, ábsides, escudos tallados en piedra, ventanales y demás elementos constructivos y decorativos hacen del lugar un auténtico deleite para los sentidos. Además, anexa al conjunto principal se encuentra la capilla de la Virgen del Portal, patrona de Ribadavia y de la Comarca del Ribeiro, un singular edificio construido entre los siglos XVII y XIX, y en cuyo interior destaca el retablo barroco, de 1737, hecho en madera de ciprés.
Iglesia de San Xoán
De vuelta intramuros se encuentra otra de las joyas arquitectónicas de Ribadavia. Se trata, en este caso, de una maravilla de estilo románico, construida a finales del siglo XII y donada a la Orden de los Caballeros Hospitalarios de San Juan de Jerusalén, también conocida como Orden de Malta y encargada de proteger a los peregrinos del Camino de Santiago. Es más, la misma Orden contaba con un convento y hospital de peregrinos a un costado de la iglesia de San Xoán; en la antigua casa rectoral aún se puede ver, encima de la puerta, una cruz labrada de 8 puntas, símbolo de la Orden.
El pequeño templo románico destaca por la rica y variada decoración presente en sus canecillos, ventanas y puertas de su única nave, y, al interior, por su bóveda de medio cañón, el retablo barroco de San Miguel y la imagen de la Virgen de las Angustias. En general, se trata de un edificio muy bien conservado, sobre todo teniendo en cuenta su cerca de mil años de edad.
Termas de Ribadavia
Por sus características geológicas, la provincia de Ourense es un paraíso del termalismo, y Ribadavia no es ajena a este fenómeno, por supuesto. La calidad mineromedicinal y la temperatura a la que manan del fondo de la tierra, hace que sus aguas tengan una serie de bondades terapéuticas que se han aprovechado desde época romana, e incluso antes. No es casualidad que a la propia ciudad de Ourense se le conozca como la “Ciudad del agua”.
En este sentido, en la Comarca del Ribeiro se encuentran actualmente en funcionamiento cinco complejos termales, incluyendo los balnearios de Berán, Cortegada, Arnoia Cladaria y Laias Caldaria. Pero el complejo más próximo a Ribadavia es el de las Termas de Prexigueiro. Ubicadas en la vecina parroquia del mismo nombre, a escasos 10 minutos del casco histórico y rodeadas de bosque, estas termas cuentan con un circuito termal al aire libre de cinco pozas de agua caliente, así como dos pozas de agua fría y un spa en el que se puede disfrutar de bañeras de hidromasajes, vinoterapia, chocolaterapia y tratamientos con algas, entre otras opciones.
Pozas de Melón
El entorno de Ribadavia también cuenta con todo tipo de maravillas ligadas a la naturaleza, como este conjunto de piscinas naturales formadas en el cauce del río Cerves, a escasos 10 km de centro histórico. La acción del agua al bajar por las laderas de granito de la Sierra de Faro de Avión ha labrado un auténtico balneario silvestre, con piscinas naturales de todo tipo y pequeñas cascadas, a las que se accede desde la propia localidad de Melón. Un lugar perfecto para darse un baño refrescante y disfrutar de la naturaleza de la zona.
Además, no muy lejos de las pozas, río arriba, se encuentra la Fervenza de Tourón, una espectacular cascada rodeada de robles que vuelve a subrayar el inagotable encanto natural de la zona. Al sitio se puede acceder subiendo desde las pozas a través de los senderos que siguen el cauce del río o por una senda y unas pasarelas de madera que parten del pequeños pueblo de Tourón, más cercano a la propia cascada.
Bodegas en Ribadavia
Naturaleza, cultura, gastronomía, arte, historia… y unos vinos extraordinarios; el enoturismo es, sin duda, uno de los atractivos indiscutibles de Ribadavia. Desde recorrer los viñedos y las terrazas o “socalcos”, como se conocen localmente, en los que se cultiva la vid, hasta visitar las bodegas en las que se producen los famosos vinos del Ribeiro –la Denominación de Origen más antigua de Galicia–, supone disfrutar de todo tipo de experiencias ligadas a una tradición vitivinícola que tiene casi dos mil años.
Bodegas ubicadas en el entorno más o menos cercano de Ribadavia, como Casal de Armán, Celme, Bodegas Cunqueiro, Terra do Castelo, Cuñas Davia, Bodega Eduardo Peña, Leive EcoAdega, Priorato de Razamonde, Ramón Do Casar, Pousadoiro, Viña Costeira y Pazo de Vieite, entre tantas otras, representan el rostro más actual de unos vinos que, por su calidad, ya en la Edad Media se bebían en media Europa.
Además, a finales de abril y principios de mayo, se celebra en Ribadavia la Feira do Viño do Ribeiro, una auténtica fiesta del vino declarada de Interés Turístico Nacional. Y una visita al Museo del Vino de Galicia, ubicado en la vecina parroquia de Santo André de Camporredondo (a menos de 6 km del casco histórico), es el colofón perfecto para una inolvidable jornada enoturística en Ribadavia.
Dónde comer en Ribadavia
Como en toda Galicia, la gastronomía juega un papel fundamental, y a la hora de visitar Ribadavia no hay que perder la oportunidad de disfrutar de todo el sabor de estas tierras marcadas por la confluencia del Avia y del Miño. Así, lugares como Riberio & Xamón y O Birrán, en pleno centro histórico de la villa; O pucheiro, frente al Convento de Santo Domingo; A Comanda, a un lado del Castillo, o Casal de Armán, a un costado del Museo del Vino, en Santo André, son buenos ejemplos de la rica tradición gastronómica que ofrece este rincón de la provincia de Ourense. Eso sí, cualquier comida en Ribadavia hay que acompañarla con un buen vino del Ribeiro y rematarla con la típica repostería de tradición sefardí… ¡una auténtica delicia!
Dónde dormir cerca de Ribadavia
Ubicado a menos de 30 km de Ribadavia (25 min en coche por la A-52), en pleno centro histórico de Ourense capital, se encuentra el hotel Barceló Ourense, una alternativa perfecta para cualquier viaje de placer o negocios en esta maravillosa provincia gallega. Su amplias habitaciones totalmente equipadas, su fantástica sala fitness y sauna (gratuito para todos sus huéspedes), y su excelente oferta gastronómica hacen de este 4 estrellas del Grupo Barceló la “base de operaciones” ideal para descubrir y disfrutar de Ourense y su provincia.