Todo el mundo ha oído hablar de Pamplona y de sus encierros, pero la capital navarra ofrece mucho que ver y que disfrutar más allá de los famosos Sanfermines. Su casco antiguo esconde joyas arquitectónicas como la catedral y plazas donde se celebra la vida en cada trago y en cada café, como la del Castillo. Forma parte del Camino de Santiago y algunos espacios verdes como la Ciudadela o los Jardines de la Taconera se han convertido en lugares únicos para la ciudad.

  1. Plaza del Castillo
  2. Catedral de Pamplona
  3. Murallas de Pamplona
  4. Museo de Navarra
  5. Archivo de Navarra
  6. Parroquia de San Lorenzo
  7. Taconera
  8. Ciudadela
  9. Calle Estafeta
  10. San Fermín
  11. Dónde comer en Pamplona

Plaza del Castillo

Esta plaza porticada se llama así porque ocupó el terreno de un antiguo castillo del siglo XIV que tomó este espacio como patio de armas. Luego fue huerta, lugar de ferias, de justas y un descampado hasta que en el siglo XVIII empezaron a construirse viviendas a su alrededor pero muy poco a poco. De hecho, hasta 1844, cuando se terminó la plaza de toros, era el lugar donde se realizaban las corridas.

A partir de ahí, kioscos y cafés asumieron el espacio hasta convertirla en el corazón de Pamplona en la actualidad.

Histórica Plaza del Castillo

Cuentan que esta plaza fue el primer lugar de Pamplona que conoció Ernest Hemingway en julio de 1923 y el Café de Iruña, el más histórico y famoso de toda la ciudad, se convirtió en un punto de reunión para el escritor estadounidense y sus amigos.

Entre los edificios con grandes balconadas de madera destacan el Palacio de Navarra, el Palacio Goyeneche y el antiguo Casino, pero sobre todo su kiosco central, que sustituyó a uno de madera a principios del siglo XX.

Catedral de Pamplona

La Catedral de Santa María la Real es uno de los conjuntos más completos de España. Se construyó entre los siglos XIV y XVI sobre un templo románico. Hay que tener en cuenta que la capital navarra fue una de las ciudades importantes en formar parte del Camino de Santiago y su catedral era un lugar de paso muy importante.

Una de las zonas más antiguas mejor conservadas es el claustro, uno de los más espectaculares del país que esconde la capilla Barbazana, acabada en bóveda gótica octogonal, y que está considerada la zona más antigua.

Catedral gótica del siglo 15 de Santa María la Real

Hay que destacar la fachada neoclásica de Ventura Rodríguez, de finales del siglo XVIII, aunque el interior sigue siendo gótico.

Entre los secretos que guarda esta catedral está una talla de Santa María la Real del siglo XII, imagen de la virgen más antigua conservada en toda la región y el lugar donde se coronaban los reyes de Navarra; un relicario del Santo Sepulcro con parte del Lignum Crucis y los seplucros reales de Carlos III y Leonor de Castilla.

Pero si algo llama mucho la atención de este conjunto es la campana María, la segunda más grande de España, y que está situada en la torre izquierda. Pesa 12.000 kilos y es todo un espectáculo verla sonar igual que en 1584 cuando la colocaron. Las vistas desde el campanario son espectaculares, por lo que recomendamos la visita.

Murallas de Pamplona

La defensa de Pamplona fue históricamente una obsesión de sus dirigentes, por eso hay que recorrer sus murallas para entender cómo ha sido la evolución de la ciudad. En los cinco kilómetros que se conservan, y que conectan con la Ciudadela, se pueden ver baluartes, fuertes, revellines y contra guardias.

Lo mejor es iniciar la vista desde el Parque de la Media Luna, donde se encuentra el Fortín de San Bartolomé y el centro de interpretación de estas fortificaciones. En esta exposición se puede entender el verdadero valor de las murallas y descubrir los principales acontecimientos históricos que marcaron a la ciudad. No hay que perderse tampoco los miradores del Baluarte del Redín y del Portal Nuevo.

Museo de Navarra

Es un museo que merece mucho la pena verlo tanto por el edificio como por lo que guarda en su interior. Está ubicado en el antiguo hospital de Nuetra Señora de la Misericordia, un palacio con una bella fachada renacentista y una iglesia, situado muy cerca de la cuesta de Santo Domingo.

Museo de Navarra en pamplona

Ya dentro del museo, las salas van contando la historia de Navarra a través del arte y de numerosos objetos de los que destacan los capiteles románicos de la antigua catedral, un mosaico romano del siglo I y el Mapa de Abauntz, uno de los más antiguos de toda Europa. También podremos ver la famosa Arqueta de Leyre, una caja de marfil tallada que es una joya del arte islámico y que no se sabe realmente cómo llegó a Navarra, y el retrato del Marqués de San Adrián a manos de Goya.

Archivo de Navarra

Es uno de los edificios históricos más importantes de Pamplona puesto que fue el Palacio de los Reyes de Navarra desde el siglo XVI. La iglesia siempre peleó por este increíble lugar que pasó a acoger a virreyes y luego al Gobierno militar.

Situado junto a las murallas, en pleno centro histórico de Pamplona, en el año 2003 se decidió iniciar una restauración en profundidad de la mano de Rafael Moneo. Junto al palacio hay una inmensa torre de 11 pisos, la mayoría bajo tierra, destinada a guardar los papeles de uno de los reinos más antiguos de España, desde el siglo XV hasta el XIX.

La rehabilitación conservó la sala gótica abovedada original, uno de los lugares más visitados, y creó un patio interior acristalado donde se combinan elementos antiguos con otros más modernos.

Parroquia de San Lorenzo

Esta parroquia se levanta sobre los restos de otro templo del siglo XIII del que no se conserva nada. Hoy en día lo que podemos ver es una fachada neoclásica y algún elemento barroco. Sin embargo, por lo que alberga en su interior es una de las iglesias más importantes de Pamplona y de donde sale, cada 7 de julio, la procesión de San Fermín.

Como decíamos, lo más destacado es la capilla que guarda la talla del santo, levantada entre 1696 y 1717.

Taconera

Son los jardines más antiguos de Pamplona y fueron diseñados siguiendo la moda francesa en 1830 por lo que aún conservan ese aire romántico que se buscaba en su origen. Además de sus grandes árboles, como hayas, magnolios y hasta ginkgos biloba, se puede encontrar una secuoya gigante de 40 metros de altura que llama mucho la atención.

Aunque el árbol más buscado es una sófora japónica que está en el Café Vienés, un punto único para pararse a tomarse un café en cualquier momento del día.

Jardines de la Taconera y Portal de la Taconera

El foso del antiguo baluarte se ha convertido en un lugar de encuentro para patos, pavos reales, faisanes y hasta ciervas que bajan a disfrutar del agua mientras que el resto de jardines se ha llenado de estatuas como el Monumento a Julián Gayarre, en la zona central, o la del compositor burladés Hilarión Eslava.

Ciudadela

Esta estructura defensiva, uno de los edificios militares mejor conservados de España, es uno de los lugares más llamativos de Pamplona. Fue construida en el año 1517 por orden de Felipe II para proteger a la ciudad de los continuos ataques franceses. Lo más curioso cuando se recorre esta fortaleza, ahora convertida en parque, es su forma estrellada en cinco puntas con baluartes, pabellones y fosos.

Ciudadela

Es una instalación abierta todo el día para quienes quieran pasear por el interior de sus muros o hacer deporte a cualquier hora.

Calle Estafeta

Una de las visitas que más gusta a los turistas cuando van a Pamplona es hacer la ruta de los encierros de los Sanfermines. Muchos van hasta la salida de toriles, siguen por la Cuesta de Santo Domingo, cruzan la Plaza Consistorial y llegan a la famosísima calle Estafeta. Este lugar tan nombrado por la televisión en la retransmisión de estos encierros lleva directamente a la plaza de toros de Pamplona.

Cuentan que se llama así porque en el siglo XVIII se situó en esta estrecha calle, muy distinta a lo que sale en televisión, la primera estafeta de Correos de la ciudad.

San Fermín

Este santo está presente en todo lo que pasa y ocurre en Pamplona por lo que no es de extrañar que su capilla sea uno de los lugares más visitados de la ciudad. Está ubicada dentro de la iglesia de San Lorenzo y guarda la pequeña talla del patrón desde el 6 de julio de 1717. Cerca del pecho de esta venerada estatua policromada se guardan las reliquias de San Fermín desde el siglo XVIII.

Capilla de San Fermín en la iglesia de San Lorenzo

No se sabe si se quemó la cara de San Fermín o si la madera era así de oscura pero, como curiosidad, se puede decir que es un santo bastante moreno. La capilla se puede visitar todos los días a primera hora de la mañana, de 8.30 a 12.30 horas, y por la tarde, de 17.30 a 20.30 horas.