Entrar en Ujué es, sin duda, dar un salto en el tiempo, hacia una época medieval llena de caballos y caballeros, donde la piedra era la auténtica protagonista de todo lo que rodea. Es un lugar enclavado en el pico de una montaña, la sierra de Ujué, lo que ha permitido a lo largo de siglos su defensa y su conservación. El espíritu de Carlos II el Malo sigue viviendo en el pueblo donde quiso dejar literalmente su corazón.
- Historia de la villa de Ujué
- Qué ver en Ujué
- Dónde comer en Ujué
- Qué ver en los alrededores
- Donde alojarse
Historia de la villa de Ujué
Como muchos pueblos con una larga historia, Ujué también tiene su leyenda. Cuentan que un pastor que andaba por el monte vio a una paloma que entraba y salía de un agujero. Se acercó a ver qué había en su interior y descubrió una imagen de Santa María que atrajo a más y más lugareños para estar cerca de ella.
En realidad, las primeras crónicas que hablan de este enclave es por su fortaleza defensiva contra las incursiones árabes.
No es hasta el siglo XII cuando se habla de Santa María de Uxua y, de ahí, Ujué, ya un pueblo propiamente dicho bajo la protección del primer rey de Navarra que acabó fundando la iglesia de Santa María, uno de los mayores atractivos del sitio. De hecho, los reyes Carlos II “el Malo” y su hijo Carlos III “el Noble” ampliaron la iglesia y organizaron peregrinaciones al santuario para pedir el favor de Santa María.
Qué ver en Ujué
Ujué no es un pueblo muy grande, pero las calles empinadas y los rincones mágicos aconsejan tomarse la visita con calma y disfrutar de todo. Eso sí, no puedes perderte ni su iglesia-fortaleza ni sus principales plazas.
Plaza de la Pilarraña
Mires donde mires, la piedra está siempre presente en las casas y calles de Ujué y esta tradicional plaza no iba a ser la excepción. Situada en la parte baja del pueblo hay varias casas que destacan por su decoración. El significado de su nombre indica que pudo ser una era que ocupó este espacio y que, según se cree, pudo tener cerca una ermita.
Esta plaza, que recibe al visitante casi al inicio de su andadura por el pueblo, sirve para entrever lo que se va a encontrar en el resto del pueblo, pero también para que empecemos a acostumbrarnos a unas viviendas que se han mantenido uniformes: de piedra, con ventanas pequeñas y algunos dinteles decorados.
Plaza Mayor y Plaza Municipal
Situadas a media altura, a la Plaza Municipal se le conoce como la plaza pequeña en contraposición a la Plaza Mayor, que sería la plaza grande.
Junto a estos dos espacios planos se sitúa el Portal, un pasadizo que comunica una con otra y que se dice que era parte de la muralla original del pueblo.
Desde la Plaza Mayor salen dos calles que ascienden hasta la parte alta del pueblo, donde está la fortaleza y en una de las esquinas está el toril, un espacio pequeño que se utilizaba para los toros que participaban en las fiestas del pueblo.
Iglesia-Fortaleza de Santa María
La parte alta de Ujué, donde se ubica la iglesia santuario de Santa María de Ujué, es el culmen de una visita por este pueblo medieval y de piedra. En un principio, este santuario, que ordenó construir Sancho Ramírez, fue una iglesia románica levantada encima de un antiguo templo. Fue Carlos II el Malo el que transformó su nave central en estilo gótico y mandó levantar torres almenadas que dan su imagen de fortaleza.
Este rey era un gran devoto de la Virgen de Ujué, una pieza única del siglo XII, a la que mandó a forrar de plata y también dejó escrito que su corazón descansara a los pies de su altar. Si encuentras al párroco, puedes pedirle que te deje subir a la torre. Las visitas desde allí son espectaculares.
Dónde comer en Ujué
No puedes marcharte de Ujué sin probar sus famosas migas al pastor y uno de los mejores sitios donde hacerlo es en el Asador las Torres, el primer restaurante de la ciudad que tiene unas vistas increíbles gracias a su terraza acristalada. Además, también se pueden comer unas chuletillas de cordero increíbles y una cuajada de la casa con nueces acarameladas del pueblo.
Otro restaurante donde chuparse los dedos con las migas al pastor es el Asador Uxue, que cuenta con un menú y platos sueltos, según queramos. El comedor también cuenta con grandes ventanales que permiten disfrutar de unas vistas del campo que rodea al pueblo.
Qué ver en los alrededores
A sólo 18 kilómetros de Ujué se encuentra otro de los pueblos más bonitos de Navarra, Olite, y su increíble castillo de cuento de hadas. Este Palacio Real merece una visita con calma para disfrutar de sus salones y de sus jardines, pero también la localidad empedrada que está llena de casonas nobles con sus escudos y blasones, murallas romanas y arcos góticos en sus increíbles iglesias. En agosto se celebra una fiesta medieval que tiene al pueblo entero como escenario.
Donde alojarse
Para visitar la zona, no es mala idea alojarse en Pamplona, que está a unos 50 kilómetros de Ujué. En la capital navarra, la mejor opción es el hotel Occidental Pamplona, de cuatro estrellas, ya que está situado en una zona muy cómoda para entrar y salir de la ciudad tanto en coche como en autobús y tren.
Además, su ubicación permite igualmente visitar el centro histórico y parques tan importantes como el de Yamaguchi.
El hotel cuenta con habitaciones completamente equipadas tanto si viajas con familia como si lo haces con amigos o con tu pareja. Su restaurante es una buena opción para comer o cenar en cualquier momento de nuestra visita y cuenta con un lobby bar perfecto para descansar y tomarse algo.