Pamplona es una ciudad perfecta para viajar con niños por todo lo que ofrece en muy poca distancia: naturaleza, calles estrechas llenas de leyendas, murallas y hasta una de los fuertes militares mejor conservados de Europa. Así que sólo queda ponerse un calzado cómodo y echar a correr aunque sin toros detrás.

  1. Selección planes adaptados a niños
  2. Recomendaciones y consejos

Selección planes adaptados a niños

Un Sanfermín en familia

Todos hemos visto por la televisión ese emocionante momento en el que tiran un cohete y se abre la puerta de toriles para que los toros corran entre una multitud de mozos y mozas. Hacer el recorrido con niños (y sin cuernos ni peligros) es uno de los planes más esperados por los más pequeños.

Lo mejor es empezar por el corralillo de Santo Domingo y en la Cuesta de Santo Domingo buscar a San Fermín, a quien todos los mozos, con un periódico en la mano, le cantan cada día del encierro buscando su protección. A partir de ahí, la carrera con los niños se vuelve más interesante porque uno se da cuenta de lo pequeñas y empinadas que son esas calles para que pasen tantos corredores y toros.

De ahí a la plaza del Ayuntamiento, la calle Mercaderes, la de la Estafeta y la Plaza de Toros.

Si hemos llegado subiendo algo la adrenalina con la carrera, en la Plaza de Toros es un buen sitio para recorrer bien esta instalación y buscar la famosa estatua de Hemingway, uno de los aficionados internacionales que más hicieron por dar a conocer estos encierros.

Las murallas

Pamplona es una ciudad fortificada y merece la pena darse un paseo por sus murallas y por sus baluartes. La mayoría fueron construidas para defender a esta antigua ciudad, una de las más importantes del Camino de Santiago, del ataque casi constante de los franceses.

Lo mejor es empezar el paseo en la Plaza de la Virgen, un camino con unas vistas que merecen mucho la pena, hasta llegar al Portal de Francia, la principal puerta de los peregrinos que venían por ese país. Fue construida en el siglo XVI y es la única que se conserva de las seis que tenía la ciudad. Además, también es conocido como de Zumalacárregui, por el general carlista que salió de Pamplona para la guerra. El Portal aún conserva la estructura de un puente levadizo que se estuvo utilizando hasta los inicios del siglo XX.

El Jardín de la Galaxia y el Planetario

El Parque Yamaguchi, donde se ubican tanto el Jardín de la Galaxia como el Planetario, merece una visita en sí mismo por su diseño japonés, sus cerezos, su lago y su pagoda. Pero además es una aventura para los niños recorrer un jardín que reproduce, con más de 500 arbustos, la forma de la Vía Láctea y parte de la galaxia, incluido hasta un agujero negro de 30 metros.

Muy cerca de este jardín único -sólo hay una estructura parecida en Hawaii- está el Planetario, con una de las cúpulas más grandes del mundo, y un proyecto estelar sobre un cielo de 20 metros. También tiene otras exposiciones muy divertidas para los más pequeños donde aprender cómo fue la prehistoria y cómo se estudia a los dinosaurios y hasta cómo convertirse en astronauta.

Los Jardines de la Taconera

Son los jardines más antiguos de la ciudad, diseñados en un estilo romántico lo que permite un paseo relajado rodeado de grandes árboles y plantas florales. Uno de los elementos más divertidos para los peques de la casa en sus 90.000 metros cuadrados es el mirador donde se ha creado una especie de zoo en pequeño en el que se pueden observar a conejos, ciervos, gamos y hasta cabras. También hay patos, faisanes y cisnes. Y no faltan los pavos reales que se mueven en libertad como el resto de animales por la zona. Si viajas por Navidad, este es uno de los lugares más concurridos por las familias ya que se instala un Belén de tamaño real que atrae a niños y mayores.

La Plaza del Castillo y Teatro Gayarre

La Plaza del Castillo es el corazón de Pamplona y siempre está muy animada, por lo que es un lugar único para descansar, tomarse un café y dejar que los niños corran alrededor del quiosco de música instalado en el centro. Una misión divertida para los más pequeños es encontrar la estatua de Hemingway en el Café Iruña, uno de los lugares más tradicionales de la capital navarra y de los preferidos del escritor estadounidense y autor de Fiesta.

Cerca de esta plaza está el famoso Teatro Gayarre, con una programación muy amplia, y donde podemos asistir a una de sus funciones o también recorrerlo en una de las visitas guiadas que ofrecen desde el mismo teatro.

La Ciudadela

La Ciudadela es otro de esos lugares indispensables de Pamplona y que les va a encantar a los niños. Se trata de una fortificación militar renacentista, una de las mejor conservadas de Europa, con un baluarte en forma de pentágono aunque hoy en día sólo se conservan tres de sus cinco puntas.

Lo que sí mantiene son sus murallas, sus puentes, sus pasadizos y hasta algunos cañones que son la atracción de los más pequeños para entender lo que significó esta importante construcción defensiva para Pamplona.

Además, sus 280.000 metros cuadrados, dan para correr, saltar, jugar y hasta ver alguna exposición o espectáculo que se celebra en su interior casi todos los meses del año.

La Catedral y la Campana María

La Catedral de Santa María la Real es una de las más completas de España. Debe parte de su grandeza a que Pamplona era una de las ciudades más importantes de las que arrancaba el Camino de Santiago para los peregrinos que venían de Francia.

Además de la espectacularidad del interior de la catedral de estilo gótico, de sus sepulcros reales, el claustro y sus obras de arte, una de las visitas obligadas con niños es subir a ver la Campana María, la segunda más grande de España después de la de Toledo, y un espectáculo parada y en movimiento.

De hecho, cuando tiñe esta campana en ocasiones especiales su sonido se escucha hasta 14 kilómetros a la rotonda, es decir, en toda la cuenca de Pamplona.

Pasear junto al río Arga

La zona del río Arga es un espacio natural increíble para poder hacer una ruta en bicicleta con los niños, salir a correr, a jugar o practicar cualquier otro deporte en familia.

El paseo discurre por uno de los costados del río pero hay puentes y pasarelas habilitadas para poder cruzar a la otra ribera y continuar con nuestra exploración aventurera.

Lo ideal si vamos a hacer una ruta en bicicleta o pasar allí tiempo con los más pequeños es llevar nuestras bebidas y algo de comida para picar porque no hay quioscos ni restaurantes en este espacio natural.

La ruta que marquemos puede terminar junto al Baluarte Labrit, que se integra en la muralla de la ciudad, y continuar nuestro paseo por la zona defensiva de Pamplona. O simplemente podemos quedarnos en el parque de Arga y disfrutar de los árboles y el río.

Recomendaciones y consejos

Pamplona es una ciudad muy fácil para viajar con niños. Las distancias no son muy grandes por lo que el centro se puede recorrer con ellos a pie sin problema. Si queremos ya movernos a otros barrios, podemos coger alguno de los buses que habitualmente conectan la ciudad entre sí o un taxi.

Además, la capital navarra cuenta con zonas verdes muy cuidadas en las que los pequeños se pueden despejar tranquilamente, jugando y corriendo.

También hay 60 kilómetros de carril bici que pueden ser muy útiles si queremos hacer una ruta en bicicleta con los más pequeños.

A Pamplona se puede viajar en cualquier momento pero aunque hay planes específicos para vivir Sanfermines con niños, es quizás la peor época para visitarla por la cantidad de gente que hay en la calle. Por eso, casi mejor evitar el mes de julio.

Hay que tener en cuenta que la capital navarra es una ciudad donde suele llover muchos días por lo que si viajamos con niños lo mejor es llevar calzado adecuado y chubasquero.