Su nombre lo dice todo: Aquarium-Palacio del Mar, pues se encuentra situado en un emblemático edificio construido en 1928 y está dedicado al estudio e investigación del mundo marino. Pero no sólo eso, sino que también pretende acercar el maravilloso mundo marino a niños y mayores que tengan curiosidad por el mismo. Por ello, el Aquarium de Donostia ofrece un plan perfecto para aquellos que quieran disfrutar de una mañana o una tarde descubriendo los secretos más profundos del océano y conociendo en detalle algunas de las maravillas más sorprendentes de la naturaleza.
El origen del Aquarium de Donosti
Su historia se remonta a hace más de 100 años, cuando, en 1908, se funda la Sociedad de Oceanografía de Guipúzcoa con el fin de investigar sobre cualquier aspecto relacionado con el mar: la meteorología, la biología, las corrientes…. La idea era aplicar lo aprendido a otra disciplina muy ligada a Guipúzcoa, la pesca, actividad a la que se dedicaba gran parte de los donostiarras. A partir de ahí, se fueron recabando fotos y testimonios que han servido para crear un museo dentro de este edificio, situado en la Parte Vieja de la ciudad, junto al muelle. Desde aquí, se pueden contemplar unas increíbles vistas del monte Igueldo, otro de los grandes atractivos de la ciudad.
Qué ver en el Aquarium
- El museo, testigo de la historia.
La zona dedicada al museo ocupa las dos primeras plantas del edificio y en él se pueden contemplar maquetas de barcos, imágenes y documentos gráficos de la Historia y de los navegantes y pescadores que entregaron su vida al trabajo en el mar. En estos documentos se pueden apreciar las condiciones en las que faenaban estos hombres años atrás, tan duras como peligrosas: una manera muy didáctica de no dejar que estas profesiones caigan en el olvido.
- El túnel 360.
Tras la visita al museo, que te pondrá en antecedentes, podrás recorrer un impresionante túnel de 360º llamado Oceanario: durante el trayecto tendrás la oportunidad de contemplar más de 200 especies marinas. Se trata, sin duda, de la gran atracción del Aquarium, y no es, ni mucho menos, sólo para niños. Traspasando el túnel te sumergirás en un maravilloso pasillo abovedado de cristal que promete una experiencia sin parangón. Este magnifico tanque es hogar de especies marinas muy curiosas, como tiburones toro, tortugas de gran tamaño, morenas, peces raya…
Tanto si visitas el Aquarium con niños como si no, seguro que disfrutarás de uno de los grandes momentos del día, cuando los cuidadores se sumergen en el túnel para dar de comer a los animales. Si quieres verlo, tenlo en cuenta cuando planifiques el horario de tu visita.
Además de este gran túnel que contiene millón y medio de litros de agua, existen otras 31 peceras enormes que también merece la pena contemplar. En ellas verás águilas de mar, ángeles emperadores o medusas de increíbles colores. El recorrido está acompañado de textos explicativos, aunque, si quieres profundizar más en el tema, puedes contratar una visita guiada para conocer las curiosidades de estos increíbles invertebrados con detalle y realizar todas preguntas que se te pasen por la cabeza.
- La zona tropical.
No puedes irte del Aquarium sin pasar al menos unos minutos en la zona tropical, llena de color y de especies de lo más sorprendentes. Aquí disfrutarás de la imagen de arrecifes de coral en maravillosas tonalidades y de peces tan curiosos como el pez payaso, el pez cirujano o el pez ángel tricolor. Especies muy curiosas que no te dejarán ni a ti ni a tus acompañantes indiferentes.
Además de todas estas curiosidades, hay que añadir una más: el esqueleto de una ballena franca que está colgado de la parte superior de la segunda planta. Fue una de las últimas que se capturó en la costa guipuzcoana hace 140 años (la caza de ballenas ya no está permitida en nuestras costas). 12 metros de longitud y más de un centenar de huesos que han contemplado la friolera de 15 millones de personas desde que se expone en el Aquarium.
Planificar tu visita al Aquarium
Para disfrutar de una jornada completa en el Aquarium de San Sebastián, conviene planificar bien la visita y saber cuánto tiempo te puede llevar recorrer las instalaciones. Cuenta con dedicarle unas dos horas aproximadamente. Después, ¿qué puedes hacer?
Recuerda que el edificio está situado en el muelle de la Parte Vieja de la ciudad, rodeado de múltiples restaurantes y tabernas para comer, así que un plan completo podría ser visitar el Aquarium y después degustar algún plato típico de la gastronomía vasca en cualquier local cercano. Por la tarde, puedes dar un paseo hasta la zona antigua (a escasos 20 minutos a pie) para disfrutar de otras propuestas de la capital: visitar sus iglesias y monumentos, ir de tiendas, subir al monte Urgull o acudir a sus bares de pinchos.