El Ayuntamiento de San Sebastián (o de Donostia) es uno de los edificios emblemáticos y majestuosos de la capital vasca ante el que hay que detenerse. Situado junto a los jardines de Alderdi Eder (“la parte hermosa” en euskera) y la playa de la Concha, ocupa el palacio que, desde su inauguración en 1887 hasta 1924, acogió el Gran Casino de la ciudad. Así que, antes de que los alcaldes de San Sebastián gobernaran desde sus estancias la gestión del municipio, hay que recordar que aquí los personajes más pudientes del norte de España y de Europa apostaban sus propiedades junto a las ruletas. Y esto fue así hasta que se prohibió la práctica del juego en los años 20 y el edificio del Casino perdió su utilidad.
¿Por qué surgió la idea de construir un casino de lujo en San Sebastián? Al parecer, el origen hay que buscarlo en tiempos de la reina Isabel II, cuyos médicos le recomendaron tomar baños de mar para tratar las afecciones de la piel. Así que la soberana eligió la ciudad de San Sebastián para trasladarse, junto con su corte, durante el verano. Este destino lo hizo suyo, posteriormente, la aristocracia. Aquella determinación de la reina cambió la identidad de la ciudad, que a partir de entonces se convirtió en el sitio de moda y el centro de vacaciones más “chic” e importante del siglo XIX.
El Ayuntamiento en “la pequeña París”
Como las murallas impedían crecer a la ciudad, en aquella época no se lo pensaron mucho y decidieron derribarlas. Comenzaba así la etapa de esplendor de la ciudad, que coincidió con el auge de la Belle Époque. Yen aquellos años se pusieron en marcha las obras de edificios tan singulares de San Sebastián como el hotel María Cristina, el teatro Victoria Eugenia, la catedral del Buen Pastor, el instituto Peñaflorida o la escuela de Artes y Oficios. Aquellos vistosos edificios, junto con la instalación del tranvía, el alumbrado eléctrico y la telefonía, hicieron que la ciudad ganara en prestigio y se hiciera con el sobrenombre de “la pequeña París”.
En 1885, tras la muerte de Alfonso XII, su viuda, la reina regente María Cristina continuó con la costumbre de veranear en San Sebastián y, con ello, siguió contribuyendo al desarrollo de la ciudad, hasta el punto de que el Ayuntamiento de San Sebastián la nombró “alcaldesa honoraria”. Y fue entonces cuando se puso en marcha la edificación del actual Ayuntamiento de Donostia a partir de un proyecto de los arquitectos Luis Aladrén y Morales de los Ríos, inspirado en el casino de Montecarlo.
En el acto de inauguración, el 1 de julio de 1887, estuvieron presentes la propia reina María Cristina, los infantes Carlos, Luisa y Rainiero, y el príncipe Pío de Saboya. Y a partir de ese momento pasaron por sus ruletas y mesas de juego personalidades como el sha de Persia, León Trotski o el príncipe de Rothschild. Había pocos ciudadanos locales, porque la reglamentación del casino establecía la prohibición del uso de boinas y alpargatas (o, al menos, es lo que señalan algunos historiadores).
Mata-Hari en el Gran Casino
Durante la Primera Guerra Mundial, el edificio del casino comenzó a acoger a refugiados políticos europeos. También espías, entre los que sobresale la figura de Mata-Hari. Y ricos hacendados que escapaban de la guerra y se refugiaban en esta hermosa localidad del norte de España.
Y pocos años después, en 1924, el juego se prohibió, justo cuando el casino estaba disfrutando de su mayor atractivo internacional, una decisión que aceleró su declive. El 14 de abril de 1928 se abrió en este edificio el Centro de Atracción y Turismo, que cambió su sede muy pronto a un edificio anejo al hotel María Cristina.
Durante la Belle Époque, el salón de baile del Gran Casino (hoy salón de plenos) acogió a ilustres políticos, escritores y artistas que celebraban aquí grandes encuentros festivos y fiestas espectaculares que eran disfrutadas también por la burguesía y aristocracia europeas que veraneaban en San Sebastián. Todo un signo de distinción.
Balas de la Guerra Civil en el Ayuntamiento
Más adelante, durante la guerra civil española, el inmueble sufrió los avatares de la contienda y fue protagonista de sonados enfrentamientos entre los nacionales y los republicanos. Si tienes paciencia, podrás observar aún hoy algunos agujeros de bala en la fachada del edificio, producidos durante una sangrienta batalla que tuvo lugar en sus inmediaciones.
Y en 1943, los arquitectos Alday y Arizmendi habilitaron el casino para sede del Ayuntamiento de Donostia, que se trasladó aquí en 1947 desde la plaza de la Constitución.
El edificio del actual Ayuntamiento de San Sebastián, que está pegado al Real Club Náutico, tiene la zona histórica (o Casco Viejo de San Sebastián) a sus espaldas, por lo que es imposible no detenerse en él durante una escapada de turismo a la capital guipuzcoana.
Hay que decir también que las apuestas de juego desaparecieron de la ciudad el 10 de junio de 1978, cuando la prohibición del juego se levantó y se habilitó un nuevo edificio, el Nuevo Gran Casino del Kursaal, como centro de apuestas.
Así que no lo olvides. Fíjate en el edificio del Ayuntamiento de San Sebastián cuando visites la ciudad. No te defraudará.