Galardonado con el premio Mies van der Rohe al ‘Mejor edificio de Europa’, el Palacio de Congresos y Auditorio Kursaal es el gran referente de la cultura y del ocio de San Sebastián. Es un llamativo complejo arquitectónico, de estética rompedora, que el arquitecto Rafael Moneo diseñó junto a la desembocadura del río Urumea y que enseguida sale al paso del viajero que llega a la capital guipuzcoana.

Al llegar al centro de la ciudad, se divisan a lo lejos, de repente, dos monumentales cubos de cristal traslúcido. El más grande acoge el auditorio, y el otro, el Palacio de Congresos de San Sebastián. El conjunto cuenta, además, con una sala de banquetes para 770 comensales, una gran sala de exposiciones temporales, un aparcamiento subterráneo con capacidad para 500 vehículos, cafetería y restaurante. Y en el exterior hay dos amplias terrazas con vistas espectaculares: una mira a la desembocadura del río y la otra, a la playa de la Zurriola.

El Kursaal, un referente de San Sebastián

¿Cómo surgió la idea de construir el Kursaal? Cuando desapareció el antiguo casino del Kursaal en 1972 quedó un gran solar vacío en una de las mejores zonas de la ciudad que, sólo a partir de 1985, al hacerse cargo del mismo el Ayuntamiento, se puso en valor. Así que cuatro años más tarde, las autoridades municipales abrieron un proyecto público para hacer el gran centro cultural que es hoy día. Muchos arquitectos de prestigio internacional presentaron sus propuestas. Entre ellos, Mario Botta, Norman Foster, Arata Isozaki, Juan Navarro Baldeweg y Luis Peña Ganchegui, además de Rafael Moneo.

Así que en 1990, después de ser elegido, el arquitecto de Tudela puso a andar el gran proyecto del Kursaal. Ya había firmado obras tan espectaculares como el Museo Nacional Reina Sofía, el Museo de Arte Romano de Mérida o la estación de Atocha. Y en San Sebastián concibió el edificio como un accidente geográfico en la desembocadura del río Urumea, y diseñó los dos “cubos” como si fueran dos grandes rocas que habían quedado encajadas en la orilla tras ser empujadas por la fuerza del mar.

 

 

Así, las obras del Kursaal comenzaron en 1995 y se terminaron en 1999, año en el que ya se celebró allí la Quincena Musical, el Festival de Cine y el Festival de Jazz, tres de los grandes acontecimientos culturales de San Sebastián. Hoy, la silueta del Kursaal, con sus dos grandes cubos inclinados, tanto respecto a su plano vertical como al horizontal, forma parte indisoluble de la extraordinaria estampa de la ciudad.

El auditorio del Kursaal de San Sebastián

Kursaal
Vistas de fachada del Kursaal

El auditorio tiene un aforo de 1.806 butacas y está equipado con la tecnología más avanzada para conseguir una acústica excepcional y un escenario con la máxima funcionalidad. Evidentemente, cuenta con servicios de traducción simultánea, proyectores de vídeo y cine, circuito cerrado de televisión, fibra óptica, red de voz y datos, etc. También dispone de dos salas VIP, un bar y un foyer-vestíbulo que también sirve para la organización de eventos: cócteles, cenas, presentaciones, etc. Posiblemente, el foyer sea el espacio más noble del Kursaal. Y es que, con sus 2.500 metros cuadrados, destaca por su luminosidad y por los dos grandes ventanales que miran al mar.

La sala de Cámara, por su parte, tiene capacidad para 624 personas y también dispone de los servicios más avanzados tecnológicamente y de un acceso independiente desde la calle. Como su propio nombre indica, es el escenario ideal, también por su acústica, para la celebración de conciertos de cámara.

Eventos del Kursaal: asambleas, convenciones, seminarios…

En el Kursaal también hay 15 salas de reuniones, con capacidad de 10 a 575 personas, que se utilizan como espacios polivalentes, ya que aquí se organizan fundamentalmente eventos de empresa: asambleas, convenciones, jornadas, seminarios, mesas redondas, presentaciones de producto o ruedas de prensa

Y más de 5.000 metros cuadrados del edificio están preparados para celebrar exposiciones o ferias. Se trata de un espacio muy flexible que se suma a las dos terrazas de más de 5.000 metros cuadrados que también se utilizan para presentaciones de producto o conciertos al aire libre.

Son muchos los congresos y actividades culturales que tienen lugar aquí (más de 5.000 en sus más de 20 años de vida), si bien los eventos más célebres del Kursaal son el Festival de Jazz (finales de julio), la Quincena Musical (agosto) y, sobre todo, el Festival de Cine (segunda quincena de septiembre). Los melómanos tienen que saber también que el auditorio es la sede de la temporada de abono de la orquesta sinfónica de Euskadi, con un total de 22 conciertos al año.

Una inmensa pantalla LED

Por si fuera poco, el Kursaal cuenta con una gran pantalla LED de 1.500 metros cuadrados para que los ciudadanos puedan ver a lo grande, en la fachada, lo que se cuece en su interior. Es la mayor fachada LED de España y una de las más grandes del mundo que se mimetiza con este vanguardista edificio. Por todo esto, son muchas las marcas internacionales que organizan sus eventos en el Kursaal.

No en vano el Palacio de Congresos fue distinguido en el año 2001 con el Premio de Arquitectura Contemporánea Mies van der Rohe, el más importante de los galardones europeos, “por su innovación conceptual, estética, técnica y constructiva”.

Visitas guiadas, entradas y agenda

Desde el año 2000 se organizan visitas guiadas al Kursaal y sólo durante el primer año pasaron por el edificio más de 10.000 personas. El recorrido dura aproximadamente una hora y permite acceder a los espacios de uso público del complejo.

Nadie duda hoy que el Kursaal ha sido un gran motor económico y un elemento transformador del entorno urbano, un espacio que atrae el conocimiento, un lugar de encuentro que ha tenido un impacto cultural evidente en la ciudad. Y de noche, con las luces sobre el edificio, sigue iluminando San Sebastián, como si se tratase de un faro.

Resulta muy recomendable visitar el Kursaal tanto por fuera como por dentro, con sus más de 10.000 paneles de vidrio que le aportan una luminosidad extraordinaria. Y si tienes ocasión, no dejes de asistir a alguno de los muchos espectáculos que conforman su apretada agenda.

Comer en el Kursaal

Tanto la sala de banquetes como el restaurante Ni Neu, además de los almuerzos o cenas de gala que se organizan en otros espacios del edificio, están a cargo del célebre chef Andoni Luis Aduriz, galardonado con dos estrellas Michelin, y Bixente Arrieta.

Y es que en el Kursaal todo es posible gastronómicamente hablando. Ofrece diferentes posibilidades para disfrutar de la cocina vasca con el mar como telón de fondo: desde un almuerzo a la carta, hasta un coffee-break, un banquete para 1.500 comensales, un cóctel para 1.800 personas o un taller de pintxos o de postres para grupos reducidos.