No podrás considerar que conoces todos los rincones de San Sebastián hasta que no dejes que te invada el espíritu de Gros, uno de sus barrios más vivos. En los últimos años, esta zona se ha puesto muy de moda, siendo uno de los lugares más recomendables para salir de pintxos.

Es también un auténtico paraíso para los apasionados del surf, ya que la playa que se sitúa en este barrio, la de Zurriola, es una de las preferidas para los que van a la caza de buenas olas. Gros está plagado de deporte, playas, bares y tiendas encantadoras, por lo que pasar aquí la jornada ofrece muchas posibilidades. ¿Quieres conocer todo lo que el barrio de Gros te puede ofrecer?

El barrio de Gros de Santa Sebastián, origen y situación

Ubicado en la parte oriental de la ciudad, Gros está delimitado en su cara norte por el Cantábrico, hacia el sur por el barrio de Eguía, al este por el monte Ulía y al oeste por el río Urumea. Surge en el siglo XIX, cuando los planes del Ensanche de San Sebastián comienzan a hacerse realidad.

Se decide intervenir en los arenales del margen derecho del río. El nombre del barrio viene del plan que diseña el arquitecto Tomás Gros, en 1894. Aunque al principio se trata de un barrio eminentemente industrial, pronto su carácter va cambiando gracias a su fuerte actividad comercial. En la actualidad, es uno de los mejor valorados de todo San Sebastián. Pasar aquí un día es casi obligatorio si quieres conocer el verdadero ambiente donostiarra.

 

 

Lugares esenciales que descubrir en Gros

El recorrido que se plantea en este barrio es intenso, pues hay muchos rincones apasionantes por los que pasar. Vamos a destacar algunos que no te puedes perder:

  • El Palacio de Congresos Kursaal. Este es uno de los símbolos indispensables de la transformación del barrio, fue proyectado por el eminente Rafael Moneo e inaugurado en 1999. Se trata de dos inmensos cubos de cristal que forman un conjunto, simulando unas rocas varadas en la playa. Es por eso que son conocidos como “los cubos de Moneo”. Te recomendamos que pasees por aquí cuando caiga la noche, ya que la iluminación de esta obra es realmente algo digno de ver. Está perfectamente encajado entre la desembocadura del río y el Cantábrico. Todo un espectáculo que se vuelve aun mayor durante la celebración del Festival de Cine de San Sebastián, pues el Kursaal es su sede principal.
  • Playa de Zurriola. El deambular de los surfistas es ya una imagen clásica en el barrio de Gros, sobre todo cuando estás cerca de esta playa, una auténtica mina de oro en lo que a olas se refiere. Se trata de una playa extensa en la que es bastante fácil encontrar sitio, la preferida para la práctica de deportes acuáticos. Aunque no hace falta subirse a una tabla para disfrutarla, su oleaje suele ser fuerte y hay que ser precavido. En julio este estupendo escenario natural se inunda de música jazz con el Jazzaldia, uno de los festivales de San Sebastián.
  • Zona de Sagüés. Ubicada al final de la playa de Zurriola, es un lugar de encuentro típico para los donostiarras. Es aconsejable si quieres presenciar uno de los mejores atardeceres de San Sebastián. El espacio está invadido por una de las tallas más destacadas de la urbe: La Paloma de la Paz. Esta obra está firmada por Néstor Basterretxea y simboliza el diálogo como vencedor frente a la violencia. La pieza mira al mar, como suele pasar con todas las esculturas que están salpicadas por la ciudad. El muro de Sagüés es un lugar de descanso donde se reúnen los amigos para charlar. También se celebran conciertos durante la Semana Grande de San Sebastián.
  • Monte Ulía. Este es uno de los pulmones verdes de la capital donde podrás realizar diferentes excursiones. Caminar rodeando sus acantilados mientras contemplas las vistas es, sin duda, una experiencia emocionante. Puede ser un plan perfecto para realizar con niños, ya que el acceso no es complicado y hay un parque infantil.

Entre otros lugares que tienes que recorrer, están la plaza de Cataluña, el corazón del barrio de Gros, donde se halla la iglesia de San Ignacio, de estilo neogótico. También hay bellos edificios históricos que irán surgiendo mientras paseas; el puente del Kursaal, que une el barrio con el Casco Viejo; o el paseo de Ramón María Lilí, que transcurre junto al río y llega hasta el centro.

Restaurantes y bares donde comer en el barrio de Gros

Uno de los principales motivos por los que se ha hecho famoso el barrio de Gros son los atractivos locales que han ido abriendo sus puertas. La oferta gastronómica merece una parada para descubrir los sabores locales. Las calles peatonales de Peña y Goñi o la calle Zabaleta te darán una idea del ambiente que se respira en Gros. Están siempre muy transitadas y reúnen a la gente incluso fuera de los bares.

Los jueves es el día del pintxo-pote, en los que se ofrece un pintxo gratis con la bebida. Hay algunos lugares que no te puedes perder, como por ejemplo Lobo, donde probar pintxos de atún rojo y brandada de bacalao. En Le Comidare no olvides pedir sus deliciosos mejillones al vapor. En el Bergara, uno de sus pintxos estrella es la Txalupa. Cuando llegues al Hidalgo 56 tendrás que catar el volcán de morcilla. No olvides apuntar el Bodegón Donostiarra o la tortilla del bar Zabaleta.

Estos son solo algunos de los muchos bares con los que te toparás, además de peculiares tiendas de moda, con diseñadores locales, tiendas de surf, etc. Mil y una propuestas que hacen del barrio de Gros uno de los más emblemáticos de San Sebastián.