Inaugurado el 7 de junio de 2011 en la villa de Getaria, el Museo Cristóbal Balenciaga es el primer gran museo del mundo dedicado en exclusiva a un modisto. ¿Su objetivo? Difundir y poner en valor la importancia que, en el mundo de la moda y la alta costura, tuvo este genial diseñador nacido en Getaria en 1895. Así que, si te interesa la moda, aquí tienes una parada obligatoria en tu escapada turística por Guipúzcoa.

El Museo Cristóbal Balenciaga, situado a 25 kilómetros de San Sebastián, custodia la más importante colección de las creaciones del diseñador a nivel internacional, tanto por el número como por la calidad de sus piezas. Y en sus salas se exhibe, de manera rotatoria, una importante selección de sus vestidos, además de exposiciones temporales relacionadas con la moda y actividades educativas y de ocio. Previamente, el visitante tiene la oportunidad de ver un audiovisual que resume la vida y la trayectoria del modisto de Getaria.

Los vestidos del Museo Balenciaga de Getaria

¿Qué piezas forman la colección permanente del museo? En primer lugar, el museo muestra la sección “Indumentaria Balenciaga (1912-1971)”, donde encontramos los vestidos que el modisto produjo en las Casas de París, San Sebastián, Madrid y Barcelona. Posteriormente, la exposición continúa por los “Complementos Balenciaga (1940-1968)”, donde podemos admirar los guantes, pañuelos, joyas, medias, perfumes y tocados que se vendían bajo la marca Balenciaga y que participaban del “look” propuesto por el diseñador, aunque en realidad sólo los tocados se producían en los talleres de la Casa.

 

 

La siguiente sección de la colección permanente del museo está dedicada a la “Documentación y objetos personales de Cristóbal Balenciaga (1899-1972)”, con fotografías, cartas y objetos propios del modisto vasco. Pasa posteriormente a los “Documentos de trabajo de las Casas EISA y Balenciaga”, donde se exhiben facturas, invitaciones, libros de venta, patrones Balenciaga y enseres del oficio, entre otras cosas.

También hay revistas de moda de la época procedentes del fondo de Hubert de Givenchy y de Pedro Esteban, así como las réplicas físicas y el material audiovisual realizado para facilitar la investigación de su legado.

Investigación en el Museo Balenciaga

En este sentido, el museo tiene abierta desde 2014 una línea de investigación bajo el nombre “Las manos que cosen”, que pretende poner en valor e identificar la aportación de las personas que trabajaron para Balenciaga. Su fin es preservar técnicas del oficio y sacar a la luz datos de la personalidad del diseñador desde la perspectiva de sus colaboradores.

El Museo Balenciaga propone al visitante también algunos planes y experiencias para que conozca otros tesoros de la localidad de Getaria. Así, por ejemplo, organiza una visita al museo unida a un recorrido por las Conservas del Cantábrico Maisor, por la bodega Gaintza y una cata y degustación de productos locales. La experiencia tiene una duración de tres horas y media, y se puede organizar los fines de semana de abril a diciembre. Se necesita un grupo de al menos seis personas.

Pinceladas biográficas del diseñador Balenciaga

Pero, ¿qué representaba el diseño de moda para Cristóbal Balenciaga? Dejemos que sea él mismo quien defina su oficio: “Un modisto debe ser arquitecto para los planos, escultor para las formas, pintor para el color, músico para la armonía y filósofo en el sentido de la medida”.

Y ahora unas pinceladas biográficas de Cristóbal Balenciaga: Nació en el seno de una familia trabajadora. Su padre era pescador y la madre, costurera de los marqueses de Casa-Torres. Lógicamente, desde niño estuvo familiarizado con el oficio de las agujas y, poco a poco, se fue embelesando con el buen gusto de la marquesa, a quien un día él le vaticinó que le haría un vestido. Y así fue. Pero no uno, sino muchos, pues se convirtió en la primera clienta del diseñador.

De su tierra natal a París

En San Sebastián, que vivía entonces momentos de esplendor por la presencia de la corte en verano, Balenciaga comenzó a aprender el oficio de sastre en diversos establecimientos con conexiones con la moda de París. Y con 22 años, ya puso en marcha su primer negocio como “modista” en la calle de Vergara. Dos años más tarde ya trabajaban para él 71 personas.

Sin embargo, fue su etapa parisina la que le consagra como gran genio de la moda de alta costura. Empujado por la Guerra Civil, Balenciaga llega a París y enseguida toma contacto con clientes cosmopolitas de gran relevancia social. El éxito le acompañó desde su primera colección de vestidos en 1937 y sus creaciones marcaron la moda del siglo XX hasta que, a finales de los 60, cuando el prêt-à-porter se impuso a la alta costura, decidió retirarse.

Admirado por Dior, Givenchy y Chanel

Christian Dior decía de Balenciaga que era “el maestro de todos nosotros”, Hubert de Givenchy se refería a él como “el arquitecto de la alta costura” y Coco Chanel lo calificaba como “el único auténtico couturier”. Y es que el diseñador de Getaria fue un constante innovador. Introdujo la línea “tonneau”, el look semi-entallado, las faldas globo, la túnica, el vestido saco, el vestido baby-doll…

Un artista, Cristóbal Balenciaga, que tenía algo de arquitecto, de músico, de escultor, de pintor y de filósofo. Un hombre revolucionario cuyo legado debes conocer en tu escapada turística por Gipuzkoa.