La playa de la Concha de San Sebastián, considerada la mejor playa urbana de Europa, es, seguramente, el espacio más bonito y simbólico de San Sebastián. Está situada al oeste de la desembocadura del río Urumea y separada del mismo por el monte Urgull. Este arenal blanco y fino, de 1.350 metros de largo y una anchura media de 140 metros, cambia su fisonomía según suba o baje la marea. En cualquier caso, estamos ante una de las playas más singulares, y elegantes, de España.
Ubicada dentro la bahía de la Concha, esta playa tiene una belleza que está en sintonía con la ciudad que la aloja. Es un espacio muy recomendable para dar un largo paseo por la costa durante todo el año. De hecho, siempre hay gente transitando por ella, no importa cuál sea la temperatura que marca el termómetro. Eso sí, si sale el sol, enseguida se llena de bañistas deseosos de darse un buen chapuzón en las fresquitas aguas del Cantábrico.
- La playa de la Concha, visita obligada en San Sebastián
- Visitas a la isla de Santa Clara
- La elegante playa de la Concha
- El “efecto llamada” de la reina Isabel II
- Monte Urgull, un marco perfecto
- Actividades en la playa de la Concha
- Dónde comer cerca de la playa de la Concha
La playa de la Concha, visita obligada en San Sebastián
La playa suele estar espectacularmente limpia y el agua tiene, normalmente, un color turquesa traslúcido. Está acondicionada con duchas y grifos para que el bañista pueda salir del recinto sin arena y sin sal. Además, su acceso es muy fácil y es una de las visitas obligadas en una escapada turística por San Sebastián.
La playa de la Concha de San Sebastián, denominada así por su característica forma, es la más conocida de las playas de Donostia. Tiene en su extremo más occidental un promontorio de rocas conocido como el “Pico de Loro” y justo a continuación, la playa de Ondarreta, incluida también dentro de la bahía de la Concha y cuyo límite está marcado por el monte Igueldo.
Son muchas las actividades que se pueden realizar en la playa de la Concha, desde tomar el sol (cuando hay), hasta nadar y remar. Existe una zona reservada para la práctica de deportes en la que puedes disfrutar del voley playa y tienes la posibilidad de alquilar kayaks para explorar la bahía. Si quieres hacer uso de la adrenalina, también hay plataformas con toboganes acuáticos dentro del agua. Durante el invierno, los donostiarras juegan al fútbol sobre la arena.
Visitas a la isla de Santa Clara
Además, la playa de la Concha tiene vistas a una isla: la isla de Santa Clara, que parece que acaba de surgir, como si fuera por arte de magia, del fondo del mar. Si tienes resistencia, puedes llegar hasta ella nadando, pero lo mejor es que accedas hasta sus inmediaciones en barco. Hay un servicio de lanchas de alquiler que te llevarán hasta la isla y allí encontrarás un pequeño embarcadero, una coqueta playa de apenas 30 metros de longitud y una piscina natural de agua de mar, además de servicios de restauración. También podrás darte un paseo hasta el singular edificio del faro.
Normalmente, el agua de la playa suele estar en calma y no es muy profunda, por lo que es muy segura para todo tipo de personas, quizá por eso es muy demandada por familias con niños. Además, como está rodeada de montañas, está protegida contra el viento y el fuerte oleaje. Ni qué decir tiene que la playa cuenta, desde principios de junio hasta finales de septiembre, con un servicio de vigilancia y emergencia de la Cruz Roja. También tiene accesos para sillas de ruedas, cuartos de baño, wifi, taquillas y vestuarios.
La elegante playa de la Concha
Y ya puestos, hablaremos de que estamos ante una de las playas más elegantes del mundo. Sus sombrillas y tumbonas de rayas azules y blancas ya son un icono de la playa, se han inmortalizado en cientos de postales y se pueden alquilar durante el verano. Sus colores se corresponden también con los de la bandera de la ciudad y los de la Real Sociedad, el equipo de fútbol local.
Casi dentro de la playa podrás admirar el elegante balneario La Perla, inspirado en el estilo de la Belle Époque, que cuenta con un restaurante y un spa que, como es natural, tiene unas vistas de ensueño a través de sus grandes cristaleras.
Aprovecha también para dar una caminata por el paseo marítimo. Podrás observar de cerca su magnífica barandilla blanca, sus elegantes farolas con varios brazos engarzados, la “zona de los relojes” y descansar en alguno de los bancos que salpican el recorrido, plagado por otra parte de turistas de todas las partes del mundo. Te diremos que la emblemática barandilla del paseo marítimo fue diseñada por Juan Rafael Alday y que tiene más de 100 años de existencia.
El “efecto llamada” de la reina Isabel II
Y hablando de Historia, hay que recordar que la reina Isabel II solía acudir a la playa de la Concha para recibir los baños de mar que le habían recomendado sus doctores. La reina hizo de efecto llamada y fueron muchos los aristócratas y miembros de las casas reales europeas que se sintieron atraídos por la belleza de San Sebastián y que acabarían, seguramente, dándose un chapuzón en la playa de la Concha.
Si te apetece tomar una fotografía de la playa de la Concha en toda su extensión, no tienes nada más que subir hasta el palacio de Miramar, construido como residencia veraniega de la reina María Cristina, y disfrutar de una maravillosa vista de la bahía de la Concha. Aprovecha la ocasión para darte un paseo por los maravillosos jardines del palacio de Miramar, que están abiertos al público.
Así que no lo dudes, no importa en qué época del año vayas a San Sebastián. Lo que sí es imprescindible es que te des un paseo por La Concha y disfrutes de una playa única, “la segunda mejor playa urbana del mundo” según la revista de viajes “Travel and Leisure”.
Monte Urgull, un marco perfecto
Resulta impresionante contemplar el monte Urgull desde la playa de la Concha. Flanqueándola por su lado derecho, aparece como un decorado verde y perfecto para los baños de mar y sol y las caminatas sobre la arena o el paseo marítimo.
El monte, con sus 123 metros sobre el nivel del mar y tapizado de un tupido manto vegetal, es uno de los lugares preferidos de los donostiarras para el paseo y el descanso. Además, regala la que, sin duda, es la mejor panorámica de la playa de la Concha y del casco viejo de San Sebastián. En este sentido, los atardeceres desde su cima son de esas imágenes que quedan para siempre en el recuerdo.
Actividades en la playa de la Concha
La actividad más obvia en la playa de la Concha es el paseo. Se puede disfrutar, a pie o en bicicleta, de los 1.300 metros de longitud de arenal, continuando hacia la playa de Ondarreta a través de la pasarela conocida como Pico del Loro, o incluso junto al ma: cuando la marea está especialmente baja.
Con el buen tiempo, el baño es más recomendable (muchas personas lo disfrutan durante todo el año) y también tomar el sol. Además, aquí se pueden practicar deportes acuáticos como surf (aunque la playa donostiarra más surfera es la de Zurriola), paddle surf, piragua o vela.
Bastante más relajada es la opción de dejarse mimar por los diferentes tratamientos que ofrece el centro de talasoterapia La Perla, situado sobre la misma la playa de La Concha y bajo el paseo marítimo.
Dónde comer cerca de la playa de la Concha
Es mucha y variada la oferta de locales donde comer cerca de la playa de la Concha: desde la más pura cocina tradicional vasca a propuestas internacionales y creativas. Aquí te mostramos tres restaurantes con temáticas bien diversas.
Amelia by Paulo Airaudo (Zubieta, 26): las dos estrellas Michelin que luce este restaurante parecen bien merecidas cuando se tiene el privilegio de sentarse en alguna de sus mesas (siempre con reserva). Cocina creativa y diferente (lo parece si ya se ha experimentado con la nueva cocina vasca), a partir de un magnífico producto de temporada.
La Madame (San Bartolomé, 35): bastante más informal y ecléctica es la apuesta de este bar-coctelería-restaurante, muy conocido por sus brunchs de fin de semana y la amplia carta de cervezas. En la mesa conviven, sin demasiadas estridencias, los nigiris y dumplings con las gildas, las vieiras y la merluza al estilo thai.
Bernardo Etxea (Triunfo, 3): cocina vasca de la de siempre, en un clásico donostiarra de visita obligada en el entorno de la playa de La Concha. La especialidad de este restaurante son los pescados, mariscos y verduras de temporada, tratados con un mimo que emociona.