El teatro Victoria Eugenia de San Sebastián parece que está recién estrenado. Y es que, a pesar de tener más de un siglo a sus espaldas, fue remozado entre los años 2001 y 2007, y hoy parece más joven que nunca. Con un diseño típico de la Belle Époque, celebró en 2012 su primer centenario y durante décadas fue el principal escenario del Festival Internacional de Cine de San Sebastián que se trasladó, desde la edición de 1999, al palacio del Kursaal. También ha sido testigo, evidentemente, de la historia y la evolución de la ciudad.

Situado en el corazón de San Sebastián, en el inicio del Boulevard, el teatro Victoria Eugenia se construyó casi al mismo tiempo que el hotel María Cristina, otro de los grandes símbolos de la ciudad, y los jardines de Okendo, en una parcela de 2.460 metros cuadrados. La iniciativa fue de la Sociedad de Fomento de San Sebastián, constituida para este fin el 17 de marzo de 1902. Y fue inaugurado por la reina Victoria Eugenia, consorte de Alfonso XIII, con una representación de En Flandes se ha puesto el sol, de Eduardo Marquina, a cargo de la compañía de María Guerrero y Fernando Mendoza.

El teatro Victoria Eugenia de Donostia

El edificio, de piedra arenisca, fue diseñado por el arquitecto Francisco de Urcola en el año 1912 siguiendo los patrones de los últimos teatros que se habían construido en París y Viena. Su estilo responde a las características del cambio de siglo, cuando se recurre a motivos del Renacimiento muy ligados al plateresco, un estilo que tuvo un gran éxito en la Exposición Universal de París de 1900.

 

 

La fachada principal, muy similar a la del palacio de Monterrey de Salamanca, cuenta con unas espectaculares columnas intercaladas entre las tres grandes puertas de acceso y los balcones. Sobre ellas, hay cuatro grupos escultóricos que representan la ópera, la tragedia, la comedia y el drama. También se pueden contemplar varios bustos de celebridades vascas, como el conde de Peñaflorida, Arriaga, Eslava, Gayarre, Gaztambide y Santesteban. La fachada de la calle Reina Regente también tiene una marquesina de hierro y cristal que permitía el paso cubierto de carruajes.

Pinturas al fresco en la bóveda del teatro de San Sebastián

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Teatro Victoria Eugenia

La sala principal está cubierta por una impresionante bóveda con pinturas costumbristas realizadas al fresco por Ignacio Ugarte. También son interesantes los paneles decorativos del frente de la escalera principal, firmados por Asensio Martiarena, y el telón de boca que es obra del escenógrafo vizcaíno Eloy Garay.

Gestionado por Donostia Kultura y propiedad del Ayuntamiento de San Sebastián, el teatro Victoria Eugenia tiene 900 localidades en su sala principal, pero cuenta también con varios espacios multifuncionales en los que se pueden celebrar actividades vinculadas con las artes escénicas: sala Club, sala de Danza, dos salas multiusos, 17 camerinos, sala de prensa, un local exterior, el ambigú, la sala China, cafetería, etc. Y su interior alberga también las oficinas del Festival Internacional de Cine de San Sebastián, el Festival de Jazz y la Quincena Musical.

Merece la pena consultar la cartelera y asistir a alguna representación, aunque sólo sea por ver las pinturas que decoran la bóveda, la sala China y el “foyer”. Y por ver las vistas que tiene el teatro hacia el río Urumea y el palacio del Kursaal. También hay posibilidad de conocer la historia del teatro si nos apuntamos a la visita guiada ‘San Sebastián esencial’ que organiza la oficina de turismo.

Un teatro cargado de historia

En cualquier caso, el Victoria Eugenia es un teatro cargado de historia. Ha despedido al bertsolari Txirrita y dado la bienvenida a Gigli, Montserrat Caballé o Pavarotti. Por supuesto, ha saludado a las viejas glorias del teatro español y a las nuevas voces de la escena y la danza vascas. También ha dado espacio al Vértigo de Hitchcock y al Mikel Laboa más sinfónico.

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Teatro Victoria Eugenia

El Victoria Eugenia presume también de haber sido club aristócrata, salón de bailes populares, barricada, refugio de artistas entre guerras, plataforma de la cultura vasca, palco franquista, sede de festivales internacionales, cuna de cantantes, camerino de grandes figuras, altavoz de reivindicaciones y, en definitiva, un espacio polivalente.

Con motivo de su centenario en 2012, se preparó una exposición conmemorativa bajo el título de ‘#VICTORIAEUGENIA, la red social’, que se presentó en las salas Kutxa del Boulevard donostiarra. La muestra contó con una importante documentación procedente de instituciones vascas y de particulares, además de 150 fotografías aportadas por los usuarios del teatro. La videoinstalación ‘100 años, 100 historias’ permitió escuchar anécdotas, reflexiones y vivencias de algunos de sus protagonistas: artistas, gestores, espectadores, etc.

Una rehabilitación integral

Unos años antes, y debido a graves problemas de conservación, el edificio del teatro Victoria Eugenia se sometió a una rehabilitación integral. Se reformaron todas las instalaciones, accesos y comunicaciones, se redistribuyeron las oficinas y los usos del teatro, se renovaron las cubiertas y terrazas, se reparó y limpió la fachada, se reformó el escenario y la decoración, además de rehabilitarse los elementos pictóricos del teatro.

El coste de la rehabilitación, que fue asumido a partes iguales por el Ministerio de Fomento y el Ayuntamiento de San Sebastián, ascendió a 21 millones de euros. Así que hoy el teatro Victoria Eugenia es un espacio escénico innovador, con los más modernos equipamientos y servicios, pero que no ha perdido su esencia ni su encanto originales.

¿Algunos sucesos que pasarán a la historia del teatro? Los estrenos mundiales de las películas Vértigo y Con la muerte en los talones, de Alfred Hitchcock.