Bañada por el Cantábrico, a 34 kilómetros de San Sebastián, se encuentra la población de Zumaia, un lugar difícil de olvidar por la potencia de su naturaleza. A primera vista, su tramo de costa llama la atención por su belleza. Pero no se trata solo de paisajes. La historia y el tiempo son determinantes en esta región de gran valor geológico. En sus extrañas formaciones rocosas, los flysch, se puede leer el pasado del planeta. Sucesivos estratos rocosos dan cuenta de 60 millones de años en los que la Tierra ha asistido a mutaciones continuas, entre ellas la extinción de los dinosaurios.
Impresionados por este conocimiento, los viajeros sienten que se encuentran en un lugar cargado de trascendencia. El cine no ha permanecido ajeno a las virtudes y encantos de Zumaia. Los protagonistas de la película Ocho apellidos vascos se casan en su hermosa ermita de San Telmo, y la imponente playa de Itzurun es uno de los escenarios de la séptima temporada de la popular serie Juego de Tronos.
Zumaia, recorrido por el casco antiguo
Zumaia, vecina de Getaria y Zarautz, se encuentra en una preciosa bahía donde confluyen dos ríos, el Urola y el Narrondo. El verde de sus montañas se mezcla con el azul del mar en esta magnífica villa costera de abruptos acantilados. Las maravillas naturales del entorno sobrecogen, pero también merece la pena un paseo detenido por su encantador casco histórico. La iglesia de San Pedro, del siglo XIII, es un buen punto de partida para iniciar un recorrido que nos traslada a la Edad Media. De estilo austero en su exterior, a la manera de una fortaleza, en su interior aguarda uno de los espacios góticos de nave única más bonitos del País Vasco. Destaca el retablo de Juan de Antxieta, declarado monumento nacional.
El sobrio convento de San José y otras edificaciones llaman la atención del visitante. Sobresale la casa-palacio de Olazabal, mandada construir por Juan de Olazabal, secretario de Felipe IV y contador general del Consejo Supremo de la Santa Inquisición. Y también el palacio de Ubillos, actual sede de la escuela de música, del siglo XVI, y los palacios de Zumaia y Foronda, que encierran en sus muros las historias de ricas familias de la localidad vasca. En el siglo XVI distintas sagas de mercaderes prosperaron en el comercio con Inglaterra, Flandes y Bretaña.
La ermita de San Telmo, un enclave privilegiado
Por las empinadas y estrechas calles de la villa se llega a la ermita de San Telmo, patrón de los marineros. La primera mención histórica del lugar data de 1540 y, según distintas fuentes, en el siglo XVII fue reformada al fundarse la cofradía de Mareantes. En su interior destaca un retablo de estilo rococó del siglo XVIII, construido en madera sin policromar ni dorar. Las imágenes de San Juan Apóstol y de Santa Clara custodian este lugar de peregrinaje. El día de San Telmo, que se celebra ocho días después del Domingo de Pascua, los lugareños acuden en procesión a la ermita.
Su situación en lo alto, en un acantilado sobre la playa de Itzurun, permite admirar la impresionante belleza del entorno. Es imposible marcharse de Zumaia sin una foto en este magnífico paraje, más visitado aún desde el estreno de la popular película Ocho apellidos vascos.
El sendero del Flysch, un tesoro geológico
Muy cerca de la ermita de San Telmo se encuentra un sendero que recorre toda la cornisa del flysch, el gran tesoro de Zumaia. Para estar convenientemente informados de las maravillas naturales que aguardan es recomendable acudir antes al centro de interpretación de Algorri. Es el lugar idóneo para conocer todos los detalles acerca de estas extrañas formaciones donde se puede leer la historia de las diferentes edades y mutaciones de nuestro planeta.
Visitada por geólogos de todo el mundo, esta zona sobrecoge. No se puede permanecer indiferente ante las gigantescas láminas de sedimentos, descubiertas debido a la erosión del mar, que ofrecen información sobre el pasado. Las rocas en Zumaia hablan y nos cuentan acontecimientos de tanta importancia como la extinción de los dinosaurios y otras especies durante el Cretácico.
Itzurun y otras playas de Zumaia
Encajada entre los extraordinarios acantilados del Flysch, está la playa de Itzurun. Un baño en sus aguas, con todo ese espectáculo a las espaldas, es una experiencia inolvidable. Descansar en sus finas arenas, mientras se mira hacia arriba, lleva a pensar en el tiempo del mundo. Itzurun tiene 270 metros de longitud y su fuerte oleaje propicia la práctica de deportes como el surf, el piragüismo o el bodyboard. En su grandioso entorno se grabaron escenas de la séptima temporada de Juego de Tronos.
Zumaia cuenta también con la playa de Santiago. Este hermoso arenal se encuentra en el extremo oriental de la villa, junto a las marismas de la desembocadura del río Urola. Ambas playas se caracterizan por su alta concentración de yodo, muy beneficiosa para la salud.
Otras planes que hacer en Zumaia, en el entorno del río Urola
Aún quedan otros muchos planes que hacer en Zumaia. No nos quedemos sin recorrer el paseo en torno al río Urola para contemplar las vistas desde las zonas verdes que lo circundan. Sentarse en uno de los bares o terrazas de la zona otorga placidez y relax a cualquier jornada. No dejemos tampoco de visitar el faro de Zumaia, situado en la orilla occidental de la desembocadura del Urola. Está rodeado de vegetación y desde su ubicación se dominan unas amplias vistas de la playa de Santiago y de los acantilados.
En la zona se encuentra también el puerto deportivo Marina Urola y el espacio cultural Ignacio Zuloaga. Los amantes del arte disfrutarán de una visita a este centro. Se muestra gran parte de la obra del pintor de Eibar, y la colección de piezas que atesoró de sus amigos y maestros, entre ellos Rodin. El espacio abarca una ermita románica, situada en el Camino de Santiago y reconstruida por Zuloaga a principios del siglo XX.
Comer en Zumaia, una delicia
Como en todo el País Vasco, la gastronomía destaca en Zumaia. El pulpo es uno de sus productos estrella. De hecho, a mediados de septiembre se celebra la Fiesta del Pulpo en la localidad. Y el Día de San Telmo la costumbre es tomar en bares y sociedades gastronómicas “Olarro sopa”, sopa de pulpo secado al sol.
Los platos de pescado (bacalao, rodaballo, merluza, etc.) no defraudan a quienes valoran la buena mesa. Sopas de marisco, ensaladas de bogavante y cigalas son otras opciones. También se pueden degustar unos buenos chipirones y, en temporada, las preciadas angulas, que se pescan en el río Urola y la bahía. Tampoco faltan los típicos pintxos vascos y exquisitos platos de carne.
De restaurantes en Zumaia
Es variada la lista de buenos restaurantes en Zumaia, tanto en el casco antiguo como en los alrededores del puerto deportivo. Anotemos el Txortena, que ofrece comida casera muy bien elaborada; el Txoko de Mikel Bermejo, con vistas al mar y buenos platos de pescado a la brasa; y el Idoia Ardotegia y Amama Taberna, bares de pintxos.
Muy a tener en cuenta también es el restaurante Asador Bedua, situado en un entorno de montaña, con vistas al río. Ofrece platos de carne y pescado. Y el Bai Bidea Batzoki, que prepara comida tradicional y moderna en el centro de Zumaia.