Estos antiguos spas estaban cerca de las mezquitas y se utilizaban como un ritual para garantizar la pureza corporal y espiritual antes de la oración. También llamados Hammam, eran lugares de relación social que favorecían conversaciones relajadas, tal como siglos después fueron los balnearios en Europa durante la Era Victoriana.
En Sevilla, los últimos baños árabes desaparecieron en el siglo XVII, pero el resurgir del poder relajante del agua en una sociedad cada vez más estresada, ha permitido recuperar el placer de los hammam en edificios de singular belleza.
Mahoma escribió que la higiene es una manifestación de la fe, por eso, antes de acceder a los templos se lavaban de cuerpo entero y el ambiente de silencio invitaba a la reflexión antes de comenzar los rezos. Hombres y mujeres no podían coincidir en los baños por lo que se establecían turnos para su disfrute. Ahora ya sí es posible y supone uno de los planes más románticos de la ciudad.
Arquitectura del hammam
La mayoría de los baños árabes que se conservan en el mundo tienen la misma estructura, con salas cuadradas no muy extensas y bóvedas. En el techo, unos pequeños óculos en forma de estrella ofrecen un ambiente embriagador al permitir la entrada de luz natural de una forma muy tenue. Pero su función era también otra, puesto que eran espacios sometidos a mucho vapor. Estos huecos en el techo favorecían la ventilación y evitaban las condensaciones.
Por su parte, las curvas de las bóvedas cumplían también esta función. El vapor condensado que no salía por las estrellas se iba escurriendo a lo largo de la bóveda para llegar a las paredes hacia el suelo y así evitar que cayeran goterones del techo.
Se construían con ladrillo enfoscado y las columnas exentas sobre las que descansaban las arquerías eran de mármol u otro tipo de piedra. La decoración mural se basaba en motivos geométricos de varios colores.
Baños termales
Los spas del mundo islámico se basaban en baños termales que, con los cambios de temperatura del agua, activaban la circulación, eliminaban toxinas y tonificaban. En la entrada se disponían los vestuarios y las letrinas. Se distribuían en tres salas:
- Sala de agua fría (bayt al-wastani): es el equivalente al frigidarium romano indicado para activar la circulación.
- Sala de agua templada (bayt al-wastani): Esta estancia, equivalente al tepidarium romano, es la sala principal y más grande. En ella se pasaba la mayor cantidad de tiempo charlando o tomando té.
- Sala de agua caliente (bayt al-sajun): similar al caldarium romano. Las altas temperaturas permiten que se abran los poros de la piel, facilitando la limpieza profunda de la dermis.
Hammam Aire de Sevilla
Azulejos árabes, lámparas de bronce y una luz tenue invitan al sosiego en esta antigua casa palacio del siglo XVI reconvertida en Hammam. Construido sobre los cimientos de una antigua terma romana del siglo I, que posteriormente sería utilizado como baño árabe, sus artesonados mudéjares, bóvedas y sillerías romanas nos transportan al pasado en pleno barrio de Santa Cruz.
Más de 1.200 metros cuadrados con una terma de agua salada, una sala de Mil Chorros y un hammam con aguas a diferentes temperaturas: templada a 36º, caliente a 40º y fría a 16º. La terma de agua salada o flotarium se encuentra en una sala con una bóveda del siglo I, donde sentir la total liberación al flotar sobre la superficie del agua como si estuvieras en el Mar Muerto. Tras el recorrido de una hora y media es el momento de los tratamientos personales, tales como un masaje relajante, chocolaterapia, exfoliante, hidratante o aromaterapia. El producto estrella es el ritual del agua, un masaje en el baño de agua templada que combina dos técnicas con una duración total de 105 minutos: la terapia acuática con movimientos en el agua y la terapia de masaje profundo. En sus tratamientos utilizan productos tan diferentes como las piedras calientes de sal del Himalaya o el vino tinto de Matarromera de Ribera del Duero. El establecimiento facilita calzado antideslizante, toallas, elementos de aseo y secador. El pelo largo debe ir recogido y el acceso es exclusivo para mayores de 18 años.
Para completar la experiencia puedes elegir entre más de 30 tipos de té diferentes acompañados de pastelitos árabes y disfrutar del ocaso del día en la terraza con vistas a la Giralda siempre que hayas contratado experiencias superiores al baño termal y 45 minutos de masaje.
C/ del Aire, 15
Medina Aljarafe
Este spa urbano a un paso de Sevilla ofrece las tradicionales piscinas de contrastes de los baños árabes en salas que recrean el ambiente del antiguo Al-Andalus con velas y farolillos. Los azulejos y los arcos completan la ambientación. Los cambios de temperatura favorecen la circulación y ayudan a mantenerse más ágil y ligero. Además, entre sus servicios incluye aromaterapia, masajes terapéuticos y de relax, envolturas, baños de vapor, algaterapia y chocolaterapia. El centro proporciona zapatillas antideslizantes y alquiler de toallas. El pelo largo debe ir recogido. Sólo para mayores de 18 años.
c/ Hernán Cortés, 12. Bormujos. Sevilla.
Termas de Hispalis
Estas termas recrean las antiguas termas romanas sobre las que se basaron los baños árabes. Cuentan con piscina de hidromasaje, jacuzzi, frigidarium, pediluvio, baño turco, terma romana, duchas escocesa de esencias y nebulizada, banco térmico y flotarium. Este tanque de flotación de agua salada está indicado para dolencias de espalda, piernas y embarazadas. Los circuitos se pueden completar con masajes relajantes, terapéuticos o envolturas corporales. Acceso a partir de 18 años, pueden entrar menores con un servicio privado a puerta cerrada lo que requiere reservar con antelación. No es obligatorio el gorro de ducha, pero sí llevar el pelo recogido. El establecimiento facilita toalla y patucos.
c/ Santa María la Blanca, 5
Kumaras
A la salida de Sevilla, en Umbrete, encuentras este spa que ofrece un tiempo de relajación disfrutando de sus instalaciones durante dos horas. Entre ellas, el circuito hidrotermal, hidromasajes corporales, sauna, baños de vapor, ducha nebulizada, frigidarium, terma romana, ducha escocesa, baño turco, ducha de esencias y jacuzzi disfrutando de una infusión o zumo de frutas. El uso es exclusivo para mayores de 18 años y no se puede entrar con complementos metálicos tales como cadenas o relojes. El centro facilita toalla de baño, gel, champú, taquillas y secador de pelo. Es imprescindible el gorro de piscina y chanclas.
Plaza Rafael Escudero, s/n. Umbrete. Sevilla.
Sin duda, podrás sentir el embrujo de Sevilla en cualquiera de los baños árabes que en la actualidad tiene la ciudad.