El barrio de Nervión es para buena parte de los que visitan Sevilla la primera imagen que se llevan de la ciudad. La razón es que aquí se encuentra la estación de Santa Justa. Hasta ella llegan los trenes de alta velocidad desde Madrid y Córdoba, una de las formas principales de acceder a la capital andaluza. Pero Nervión es más que una terminal ferroviaria. También es una de las zonas emergentes de la ciudad. Un lugar donde abundan los bares y restaurantes muy actuales, que conviven con locales “de siempre”.
El barrio, además, es una de las zonas residenciales más valoradas de la ciudad, por sus buenas comunicaciones. También porque junto a nuevos bloques de viviendas existen zonas como Ciudad Jardín, construida con motivo de la Exposición Iberoamericana de 1929 y formada por chalés de estilo regionalista. Sin duda, las viviendas más cotizadas y exclusivas de la Sevilla actual.
Qué ver en el barrio de Nervión
Todo lo anterior es motivo suficiente para visitar el barrio de Nervión. Pero además, esta es zona futbolera, pues alberga el estadio Ramón Sánchez–Pizjuán. Es decir, la sede de uno de los dos equipos rivales de la ciudad: el Sevilla Fútbol Club. Cada vez que juega en su casa el equipo local los bares de la zona se atestan de sus seguidores, regalando al barrio con un divertido ambiente festivo.
Muy cerca del estadio se encuentra el Centro Comercial Nervión Plaza, con más de 25.000 metros cuadrados de superficie. Ofrece tiendas de lo más variadas (también de moda flamenca y de souvenirs, para quien quiera llevarse de la ciudad un recuerdo típico). Junto a las tiendas, hay numerosas opciones de restauración y ocio, incluyendo 20 salas de cine.
En el capítulo de los edificios históricos más destacados se pueden citar los siguientes:
- Templete de la Cruz del Campo: se trata de un humilladero medieval (siglo XIV). Por eso, muchos sevillanos lo conocen como “el Humilladero”. El lugar tiene una importancia capital en la Historia de Sevilla, porque hasta aquí llegaba el Vía Crucis que cada año organizaba el marqués de Tarifa. Hecho que la mayor parte de los historiadores consideran como germen de la actual forma de celebrar la Semana Santa sevillana.
- Antigua fábrica de cervezas Cruzcampo: cuyo símbolo es, precisamente el Templete de la Cruz del Campo. Construida a principios del siglo XX, hoy está en desuso, aunque parece que parte de las instalaciones van a pasar a tener un uso cultural.
- Edificio Sevilla 1: es uno de los primeros complejos de oficinas construidos en la zona. En concreto a principios de los años 70, en un estilo Racionalista firmado por los arquitectos Luis Fernando Gómez–Stern y Manuel Trillo de Leyva.
- Antigua cárcel de La Ranilla: de la que apenas quedan en pie un par de construcciones, rodeadas por uno de los parques más nuevos de la ciudad.
- Iglesia de la Concepción Inmaculada: consagrada en 1929, coincidiendo con la Exposición Iberoamericana. Su estilo imita el de los templos greco-romanos a base de ladrillo de color claro. Es la sede de la conocida como Hermandad de la Sed, cuyas imágenes salen en procesión cada Miércoles Santo.
- Viviendas regionalistas de la Calle Cristo de la Sed: son algunas de las más representativas de cuantas sobreviven a la especulación urbanística que sufre la zona desde hace décadas.
- Hospital de San Juan de Dios: levantado hace más de 75 años en el característico estilo regionalista local. En la actualidad se construye, anexo al edificio original, un nuevo centro con siete plantas de altura.
La estación de tren de Santa Justa
Para Sevilla y el barrio de Nervión, la estación de Santa Justa es mucho más que una terminal ferroviaria. Su inauguración supuso el pasaporte directo de la ciudad hacia el siglo XXI. Primero, porque logró conectar la capital andaluza con Madrid en menos de dos horas y media en tren de alta velocidad, mucho antes que cualquier otra gran capital del resto de España. Y segundo, porque la construcción de este gran intercambiador liberó a Sevilla del tráfico de trenes de superficie, devolviéndole el acceso directo al río Guadalquivir. Esto supuso también la creación de nuevas avenidas en lo que antes eran pasillos ferroviarios. Incluido el barrio de Nervión.
Por lo demás, el edificio de la estación, a base de un característico ladrillo rojo, enormes pilares de hormigón gris, acero y cristal, fue realizado por los arquitectos sevillanos Antonio Cruz y Antonio Ortiz. Su inauguración oficial tuvo lugar el mismo día en que se puso en marcha la línea de alta velocidad Madrid-Sevilla, el 21 de abril de 1992. Ocupa un superficie de más de 80.000 metros cuadrados, incluyendo sus anexos. Hoy es la segunda estación de España, por volumen de viajeros, después de la madrileña estación de Atocha.
Comer en el barrio de Nervión
En los últimos años y en el entorno del Centro Comercial Nervión Plaza y el estadio Sánchez–Pizjuán han proliferado numerosos bares y restaurantes. Lugares ideales para el tapeo, la comida o, incluso, la cena. Sobre todo, durante los fines de semana, cuando muchos vecinos del barrio los abarrotan y les dan un ambiente tan popular como divertido. Y, por supuesto, los días de partido.
Quienes prefieran comer “de sentado” tienen la opción de los numerosos restaurantes franquiciados que han surgido como setas en el barrio de Nervión durante los últimos años.
Pero si quieren algo con más personalidad, incluso romanticismo, no deberían perderse una cena en Tribeca (Chaves Nogales, 3). La carta la protagoniza un producto de temporada de altísima calidad, en un ambiente sofisticado, con un servicio muy agradable y atento y con cocina vista. En ésta se elaboran platos que responden a la tradición culinaria andaluza y española.
Quienes se animen con la experimentación y la fusión, tienen la opción de Raíces (Juan de Zoyas, 5). Aquí se mezclan con maestría sabores, ingredientes y aromas procedentes de Perú, Japón y la misma Andalucía.
Y para el tapeo…
Sin duda, una de las mejores formas de “comerse el barrio” es practicando la divertida costumbre del tapeo. Uno de los locales más clásicos, especializado en comida típica sevillana, es La Despensa der Fede (Beatriz de Suabia, 61). Sirven unas 100 tapas diferentes, entre las que destacan sus seis tipos de croquetas caseras.
De reducidas dimensiones y muy concurrido es Panrallao Tapas (Divino Redentor, 5), por lo que para tomar aquí el aperitivo conviene venir pronto. Su cocina destaca en este barrio de Nervión por una divertida fusión entre lo andaluz y lo italiano.
Y un fundamental de la zona es Tradevo Nervión (Plaza Pintor Amalio García del Moral, 2). Tapas creadas por el ingenio de Gonzalo Jurado, cocinero formado entre los fogones de El Bulli, el Sant Pau de Carme Ruscalleda, la Broche de Sergi Arola y El Racó de Can Fabes, con Santi Santamaría.