A tan sólo 7 kilómetros de Sevilla se puede visitar el Conjunto Arqueológico de Itálica, uno de los yacimientos romanos más valiosos de la Península Ibérica. Enclavada en la actual Santiponce, pequeña localidad que se asoma a la vega del río Guadalquivir, esta antigua colonia romana hoy exhibe a cielo abierto sus importantes restos: un anfiteatro, un teatro romano, unas termas, un acueducto, antiguas casas de patricios… Y es que, a pesar de los continuados expolios y voladuras a los que se han visto sometidas a lo largo de los siglos, las ruinas de Itálica han llegado hasta nuestros días sorprendentemente bien conservadas.
Actualmente, son varias las maneras de visitar Itálica. Por un lado, existen visitas guiadas ―o bien privadas― puestas a disposición del público. Por otro lado, su Teatro Romano también acoge, desde hace décadas, importantes celebraciones como el Festival Internacional de Danza de Itálica o el Festival de Teatro Grecolatino, oportunidades mágicas de conocer esta arcana población romana en su más pura esencia. A continuación, te contamos más acerca de cómo llegar, precios, entradas, horarios…
Historia y contexto
En torno al año 206 a. C, el cerro de San Antonio, promontorio sobre el que hoy se asienta la localidad de Santiponce, se convertía en el escenario de la batalla de Ilipa, un enfrentamiento militar clave dentro del contexto de la Segunda Guerra Púnica. Aquí, el general romano Publio Cornelio Escipión ―conocido popularmente como El Africano― vencía, junto a sus temidas legiones, a las huestes cartagineses, estableciendo con ello las bases de la primera urbe romana fundada fuera del territorio italiano.
Lugar de paso habitual en las rutas que conectaban con Munigua y otras zonas mineras de la Sierra Norte de Sevilla, durante los siglos siguientes la ciudad romana de Itálica experimentaría una importante etapa de prosperidad, contrastable con el nacimiento de hasta tres emperadores hispanos ―Trajano, Adriano y Teodosio I el Grande― tras sus murallas. Asimismo, Itálica desarrolló dos núcleos de población, cercanos entre sí, pero de características diferentes. Por un lado, la ciudad vieja ―o Vetus urbs―, hoy sepultada casi en su totalidad por el casco urbano de Santiponce. Por otro lado, la ciudad nueva ―o Nova urbs―, hoy visitable en lo que conocemos como el Conjunto Arqueológico de Itálica.
Tras la Caída de Roma en el año 410, la ciudad de Itálica pasaría a acoger otros habitantes. Otras civilizaciones, tales como la visigoda, la árabe y, finalmente, la cristiana, fueron haciendo uso diverso de las instalaciones legadas por los romanos. La ciudad, sin embargo, sería definitivamente abandonada en torno al siglo XII, dando así comienzo una etapa de expolio y demolición hasta su declaración como Monumento Nacional en 1912.
Un recorrido por Itálica
Anfiteatro
Finalizada su construcción alrededor del año 138 d. C, durante la época del emperador Adriano, el Anfiteatro de Itálica llegó a ser uno de los más grandes del Imperio romano. Con una capacidad estimada de 25.000 personas, unas gradas distribuidas en tres niveles y un foso soterrado en el centro, esta antigua construcción solía acoger los llamados espectáculos “de sangre”: luchas de gladiadores, cacerías de fieras y representaciones reales de enfrentamientos bélicos pasados. Hoy es, sin lugar a dudas, uno de los mayores atractivos que nos ofrece nuestra visita a Itálica.
Teatro romano
El otro gran atractivo que ha logrado pervivir en el tiempo para fortuna de nuestros ojos es el Teatro Romano, la obra civil más antigua de Itálica. Su situación, incrustada en pleno casco urbano de la actual Santiponce, difiere un poco de la del resto del conjunto arqueológico, situado a las afueras. Construido entre el siglo I a. C y el siglo I d. C, durante la época del emperador Augusto, sus gradas no serían descubiertas hasta 1940. Tras cuatro décadas de excavaciones y restauraciones, en 2011 el Teatro romano pasó a convertirse en una de las sedes del Festival Internacional de Danza de Itálica, un festival con gran trayectoria que fusiona, entre los meses de junio y julio, espectáculos de ballet clásico, flamenco, vanguardias y danza urbana.
Termas
En Itálica también podemos visitar hasta dos conjuntos de termas de carácter público: las Termas Menores, situadas en la ciudad vieja; y las Termas Mayores, en la ciudad nueva. Las primeras, que aún se encuentran parcialmente sin excavar, ocupaban un área cercana a los 1.500 metros cuadrados de los cuales hoy resulta visible la estructura del caldarium, el tepidarium y el frigidarium ―salas de agua caliente, templada y fría, respectivamente―.
Por su parte, las segundas termas, de una superficie aproximada de 32.000 metros cuadrados, dejan entrever la distribución no sólo de sus propias piscinas, sino también de los hornos subterráneos que las calentaban, un sudatorio, una sala de masajes, una sauna, unos vestuarios y un gimnasio de la época.
Casas particulares
Uno de los mayores atractivos que nos depara la visita a Itálica reside en la posibilidad de recorrer su trazado original y, así, imaginar que deambulamos por las calles pavimentadas de entonces. A este respecto ayudan, y mucho, las estructuras todavía visibles de las antiguas casas particulares, la mayoría de ellas atribuidas, por su tamaño y lujo, a patricios o nobles de la época. La casa de Neptuno, la casa de la Exedra, la casa del Patio Rodio, la casa de Hylas o la casa de los Pájaros son sólo algunos de estos palacios, en cuyo interior resulta sencillo encontrar muestras inestimables del esplendor de la época de Adriano: delicados mosaicos y columnas regias, marmóreas esculturas y bustos… Asimismo, a fin de facilitar la interpretación del visitante, la organización encargada de la conservación del recinto ha recreado algunas de estas estancias proveyéndolas de utensilios y otros materiales explicativos.
Mosaicos
Capítulo aparte merecen los mencionados mosaicos, los cuales no dejan de aparecer a medida que se acometen nuevas obras de excavación en la zona. Compuestos, generalmente, de pequeñas teselas de mármol policromado, estos mosaicos solían decorar los suelos de las casas nobles con figuras geométricas y representaciones mitológicas. Entre todos ellos, destacamos, por ejemplo, el Mosaico de la casa del Planetario, el cual consta de un círculo en cuyo interior se exhiben siete medallones correspondientes a cada divinidad planetaria ―Cronos, Urano, Poseidón, Gea, Afrodita, Ares y Hermes―. Asimismo, también merece la pena mencionar el Mosaico del Laberinto ―con la figura de Teseo, el vencedor del Minotauro, en el centro―, situado en el interior de la casa de Neptuno. O el Mosaico de los Pájaros, con hasta 33 especies diferentes de aves representadas.
Itálica en Juego de Tronos
Finalmente, si no disponemos de tiempo material para visitar Itálica, pero no podemos esperar a verla, os chivamos un secreto a voces: el conjunto arqueológico en general, y el Anfiteatro de Itálica en particular, ha aparecido no una, sino dos veces, en la aclamada serie “Juego de Tronos”. En efecto, esta antigua construcción romana encarna, en la ficción televisiva, el Pozo de Dragones de la ciudad de Desembarco del Rey.