El Museo de Bellas Artes no es la primera visita que el viajero se plantea cuando visita Sevilla porque esta ciudad cuenta con monumentos tan reconocidos que opacan todo lo demás. No te diremos que dejes de visitar la Catedral, con su Giralda y el patio de naranjos, tampoco que no recorras los maravillosos salones y jardines del Real Alcázar o que renuncies a pasear por la Plaza de España, pero sí que reserves tiempo suficiente para conocer esta pinacoteca.
Un museo como este, considerado el segundo más importante de España después del madrileño Museo del Prado, merece un lugar de honor en tu agenda de viaje. Además, está situado en pleno centro histórico por lo que no te desviará de tu recorrido entre una visita y la siguiente.
Historia del Museo
Para hallar el origen de esta pinacoteca hay que remontarse al año 1835 y a una etapa histórica marcada por la desamortización de Mendizábal. El edificio del convento de la Merced Descalza, que debe su actual imagen a las reformas del siglo XVII, fue uno de los bienes expropiados a la Iglesia, que posteriormente se convertiría en el Museo de Pinturas. Según algunos archivos, en sus inicios contaba con una colección de unas 2.000 obras, que habían pertenecido a la Iglesia o que fueron traídas de las ruinas de Itálica y del Real Alcázar. Muchas de estas piezas desaparecieron con el tiempo debido a robos y al expolio durante la invasión francesa.
Por qué visitar el Museo de Bellas Artes
No podemos recomendarte que visites el Museo de Bellas Artes sin contarte por qué es una cita ineludible en Sevilla. En primer lugar, aunque no sea la razón más importante, por su ubicación en el antiguo convento de la Merced Descalza. Este magnífico edificio está reconocido como uno de los ejemplos más representativos del manierismo andaluz. Sus salas, los patios interiores y la iglesia son el escenario idóneo para albergar la valiosa colección que atesora. Dedica unos minutos a admirar la escalera imperial y el claustro mayor.
Si te fijas antes de entrar, en la Plaza del Museo se sitúa una estatua que representa a Bartolomé Esteban Murillo, esculpida en bronce por el artista sevillano Sabino de Medina. Este es el segundo motivo para acudir al Museo de Bellas Artes, ya que aquí se concentra buena parte de la obra de Murillo. En 2017 se cumplió el 400 aniversario de su nacimiento y toda la ciudad se volcó en dicha celebración. El Año de Murillo representó una oportunidad única para dar a conocer a vecinos y visitantes la figura de este artista, la influencia en la cultura de la ciudad y su amplísima obra, mucha de la cual se encuentra repartida en las mejores pinacotecas del planeta. Existen recorridos temáticos por la Sevilla de Murillo. No te los pierdas.
Alrededor de la plaza también se alzan otras construcciones de interés como la vivienda de los Condes de Casa Galindo, que es un buen exponente de la arquitectura sevillana del siglo XIX. El inmueble no se puede visitar, pero sí puedes entrar a su magnífico patio. También se asoma a este espacio, la bonita Capilla del Museo que no pasa desapercibida por el retablo cerámico de la fachada.
Recorrer el museo
Para realizar el itinerario completo en este museo se deben recorrer 13 salas y lo más aconsejable es hacerlo en orden cronológico. Como orientación, hazte a la idea de que los espacios se articulan en torno a tres patios. Las primeras cuatro salas de exposiciones se dedican a los inicios del arte sevillano tras la conquista de la ciudad por Fernando III el Santo. Abarca desde la época medieval al momento previo al Barroco. De la sala cuarta a la décima, se recogen obras de los grandes maestros de la pintura sevillana del siglo XVII. Murillo, Zurbarán y Juan de Valdés cuentan con una amplia representación. En el siglo XIX se deja atrás el gusto por la temática religiosa y se emplean otros géneros como el retrato, el paisaje, pintura histórica y costumbrista.
La escultura también merece tu atención, aunque su número sea inferior a la pintura. Las piezas más antiguas, expuestas en la Sala I, se remontan al siglo XV y fueron obra de Mercadante de Bretaña. Este artista llegó a Sevilla para trabajar en las obras de la Catedral y se sabe que también fue discípulo de Pedro Millán, que cuenta con valiosos conjuntos como El entierro de Cristo.
Obras más importantes
Aunque todo el museo se puede considerar una joya, hay algunas obras que debes llevar bien anotadas. Y si puedes reservar una visita guiada, mucho mejor. La obra de Murillo la encontrarás, sobre todo en la Sala V, donde podrás admirar sin prisas, entre otras, la ‘Virgen de la Servilleta’ y la ‘Inmaculada’.
Pero también hay otros artistas igual de reconocidos. De Velázquez encontrarás el ‘Retrato de Don Cristóbal Suárez de Ribera’. El maestro Francisco de Zurbarán te obsequiará con la imagen de tres magníficos lienzos: San Hugo en el Refectorio, Jesús crucificado expirante y La Virgen de las Cuevas. Si eres admirador de José de Ribera, localiza su ‘Santiago el Mayor’. Y si te gusta El Greco, el retrato de su hijo Jorge Manuel, una obra que durante mucho tiempo se creyó que era un autorretrato. Toma nota también de la escultura de ‘San Jerónimo’, de Pietro Torrigiano, y del ‘retrato del canónigo D. José Duaso y Latre’, de Francisco de Goya.
Otras obras que forman parte de su colección más valiosa son El monaguillo, de Alfonso Grosso; Sevilla en fiestas, de Gustavo Bacarisas; La muerte del maestro, de José Villegas; Las Cigarreras, de Gonzalo Bilbao; y el Retrato del poeta Gustavo Adolfo Bécquer, de Valeriano Domínguez Bécquer.
Otros museos de Sevilla
Si eres de los que disfrutan ampliando tu cultura en los museos, en Sevilla puedes encontrar una temática muy amplia. Algunos relacionados con aspectos más folclóricos son el Museo del Flamenco y el Museo de la Maestranza. Si prefieres las artes plásticas, es recomendable que visites el CaixaForum Sevilla y el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo instalado en el Monasterio de la Cartuja. La historia está bien sintetizada en el Museo Arqueológico y en el magnífico Archivo de Indias. Por último, también debemos mencionar el Pabellón de la Navegación, construido para la Expo de Sevilla 92, donde se muestran descubrimientos, avances navales y expediciones científicas.
Sevilla es una ciudad que destaca por sus monumentos y su vida social, pero no debemos olvidar sus importantes centros culturales.