El trasiego de turistas que vemos por nuestra ciudad durante casi todo el año baja su ritmo durante el invierno, es el momento idóneo de salir a la calle y de tomar el pulso de nuevo a Sevilla. Los habituales paseos por el centro histórico, con el orgulloso minarete de la Giralda como testigo, o esas visitas siempre pospuestas al Archivo de Indias, al Museo de Bellas Artes o al Real Alcázar comienzan a presentarse como grandes ideas. Pero también hay otra forma de redescubrir Sevilla desde una perspectiva diferente, ya sea desde las alturas o a partir de los versos de un poeta de la tierra, al pedalear junto al Guadalquivir, o al conocer el arte de vanguardia.
Los próximos planes te darán algunas ideas para hacer durante tu tiempo libre o en los fines de semana. Aprovecha para disfrutar sin colas y con la mejor compañía.
1. Un paseo por los tejados sevillanos
Si Sevilla ya te gusta al caminar, espera a observarla desde tejados, azoteas y cubiertas distribuidas por el entramado urbano. Existen varias empresas con itinerarios organizados donde el skyline se presenta envuelto en historias y leyendas, pero también puedes hacer algunas visitas por libre. Entre ellas, una que merece la pena es el recorrido por las cubiertas de la Catedral donde, entre pináculos y arbotantes, casi se puede tocar la Giralda y la ciudad se presenta extendida a tus pies.
Otro lugar público en el que se produce un espectáculo grandioso al atardecer es el Metropol Parasol. Sus vistas de 360 grados son ideales para observar el juego de luces que se produce cada día, con las siluetas de las torres recortadas en el cielo y las calles preparándose para su letargo nocturno.
2. Tras los versos de Bécquer
Sevilla es la cuna de Gustavo Adolfo Bécquer, un poeta nacido en una familia de artistas que murió apenas pasados los treinta años. Aun dejándonos tan pronto, nos regaló uno de los mejores repertorios poéticos españoles. Seguro que los versos de ‘Rimas y Leyendas’ formaron parte de tu aprendizaje de los poetas del Romanticismo.
El próximo 22 de diciembre se cumplirán 150 años de su fallecimiento y para rendirle homenaje te sugerimos recorrer algunos lugares vinculados a su vida. Nació en el barrio de San Lorenzo, en la calle Conde de Barajas, 26, donde encontrarás una placa; y fue bautizado en la parroquia de San Lorenzo. Estudió en el antiguo colegio de San Francisco (Jesús del Gran Poder, 29), y vivió en la calle Potro, 6 (hoy calle Ana Orantes), en la calle Pascual de Gayangos, 12, y en la calle Alfaqueque esquina con Mendoza Ríos. Si quieres visitar su tumba, la encontrarás en el Panteón de los Sevillanos Ilustres (calle Laraña).
Hay muchos otros espacios relacionados con el poeta, pero con estos últimos ya habrás hecho una buena ruta: el Museo de Bellas Artes, donde se exhibe su retrato; el monasterio de Santa Inés, con el órgano que aparece en la leyenda del ‘Maese Pérez el organista’; y la escultura de su persona situada en la Glorieta de Bécquer del Parque de María Luisa.
3. La nobleza del Palacio de las Dueñas
De los versos de un poeta sevillano a un palacio que inmortalizó otro escritor de esta tierra en sus poemas, Antonio Machado. Declarado Bien de Interés Cultural, El Palacio de las Dueñas, de los siglos XV y XVI perteneció originalmente a la familia de los Pineda, aunque es más conocido por sus actuales propietarios, la Casa de Alba. Por aquí han pasado personajes nobles como la emperatriz Eugenia de Montijo, Eduardo VIII, Jorge VI, Rainiero de Mónaco y Grace Kelly. Es un placer recorrer sus ricas estancias, que se han dejado tal cual las tenía la Duquesa de Alba, con sus pinturas de Ribera, Luca Giordano y otros grandes artistas, los tapices, y sus bellos patios y jardines. Se puede visitar casi todos los días, de 10 a 15 horas.
4. El río Guadalquivir en bicicleta
La agradable temperatura de Sevilla nos permite disfrutar de la calle en invierno, y una forma diferente y divertida de hacerlo es recorriendo sobre dos ruedas los paseos que discurren paralelos al Guadalquivir. Si no tienes bicicleta la puedes alquilar junto a la ribera, pero anímate a pedalear pasando bajos los puentes y haciendo paradas para picar algo en tu terraza favorita.
Además, si estás en buena forma puedes hacer las cuatro rutas temáticas: Parques, jardines y ríos, Patrimonio histórico, Arquitectura contemporánea y Expo de 1929.
5. CAAC, más que arte en La Cartuja
Si aún no has estado en el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo (CAAC) ya estás tardando. Es una visita muy recomendable tanto por el museo en sí mismo como por el enclave que ocupa. Situado en el monasterio de la Cartuja de Santa María de las Cuevas, es uno de los espacios culturales más completos. Ofrece exposiciones temporales, talleres, conciertos, ciclos de cine y conferencias con las que se trata de promover la creación contemporánea. Algunas muestras que se pueden visitar durante los meses de invierno son ‘La Tierra es plana’ de John Akomfrah (hasta marzo de 2021) o La Sal de Carmen Laffón (hasta el 28 de febrero de 2021).
Todo el recinto conserva el halo mágico de su esplendor pasado. Es, sin duda, un conjunto que merece la pena admirarse de una forma pausada. Se puede llegar en bicicleta, por lo que podrías enlazar esta visita a la que te recomendábamos anteriormente.
6. Cámara oscura de la torre de los Perdigones
Son contadas las cámaras oscuras que existen en el mundo, y afortunadamente en Sevilla tenemos una situada en la torre de los Perdigones. Dicha torre se encuentra junto al puente de la Barqueta, en el barrio de San Gil, y lleva este nombre porque formaba parte del conjunto de la vieja fábrica de San Francisco de Paula (o de los Perdigones, llamada así porque aquí se fabricaba este y otros productos).
La cámara oscura se sitúa a 45 metros de altura y ofrece una imagen inusual de Sevilla gracias a un curioso juego de lentes. Es una experiencia sorprendente, tanto para pequeños como para mayores, ver las imágenes en movimiento y en tiempo real de lo que está ocurriendo en la ciudad. Abre de martes a domingo y dispone de pases cada 30 minutos.
7. Jardines casi secretos de Sevilla
Caminando por Sevilla incluso podrías olvidar donde te encuentras, con unas palmeras que recuerdan a otras latitudes o espacios verdes con pabellones mudéjares que rememoran el culto al agua. Como seguro que ya has recorrido los jardines del Alcázar, el parque de Plaza España y el de María Luisa, te sugerimos ampliar tu experiencia a otros igual de bonitos.
Comienza visitando los Jardines de la Buhaira, en la avenida de Eduardo Dato, declarados Bien de Interés Cultural desde 1999 y que fueron proyectados para recordar el esplendor hispanomusulmán. Sigue por los Jardines de Murillo, un espacio de recreo perfecto para tomar el sol en los días más fríos de invierno. E, incluso, puedes llegar al Jardín Americano, que fue creado en la isla de la Cartuja con motivo de la Expo 92 y que recordarás que estuvo muchos años cerrado.
Y si prefieres los itinerarios guiados, hay varias empresas que organizan rutas por estos y otros jardines sevillanos.