El centro histórico de la Villa de La Orotava presenta una serie de atractivas residencias construidas entre los siglos XVI y XVII según los cánones de la arquitectura tradicional canaria. Sus fachadas señoriales, sus patios inundados por la vegetación tropical y el esfuerzo del municipio por conservar las tradiciones insulares son razones más que suficientes para visitar la casa de los Balcones, al igual que la casa Eladia Machado y la casa Lercaro. Tres edificios, en definitiva, que permiten comprender cómo vivía la población autóctona durante la Edad Moderna.

En este artículo ponemos el foco sobre la primera de las tres —la casa de los Balcones—, explicándoos las razones por las que no deberíais perdérosla, al tiempo que os ofrecemos toda la información necesaria para organizar vuestra visita.

  1. Descubriendo la casa de los Balcones de La Orotava, una vivienda detenida en el tiempo
  2. El interior de la casa de los Balcones: un vergel rebosante de vida
  3. Más razones para visitar la casa de los Balcones

Descubriendo la casa de los Balcones de La Orotava, una vivienda detenida en el tiempo

Que la casa de los Balcones es una vivienda especial se aprecia desde el mismo instante en que nos aproximamos a ella por la calle San Francisco. Es imposible no fijar nuestra mirada en el balcón corrido de su planta superior, el cual parece querer enlazar con el del inmueble contiguo, la vivienda del número cinco.

Seguro que más de uno establece paralelismos entre su galería de madera y las grandes balconadas que pueden contemplarse en ciudades tan distantes como la capital peruana. Y es que, al fin y al cabo, las Canarias fueron durante mucho tiempo una escala obligada en los viajes transoceánicos entre la Península Ibérica y el continente americano, un factor que inevitablemente dio lugar a influjos constructivos, gastronómicos y lingüísticos, entre otros.

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Casa de los Balcones. Tenerife.

Pero volviendo a su fachada, esta reproduce fielmente la organización en tres plantas del edificio, presentando los dos primeros cuerpos vanos rectangulares (ventanas, en el primero, y balcones dotados de macetas, en el segundo), mientras que el tercero queda resguardado tras la elegante balconada de madera, antecediendo lo que el visitante encontrará tras rebasar el dintel de acceso.

El interior de la casa de los Balcones: un vergel rebosante de vida

La que fuera residencia de los Méndez-Fonseca se organiza en torno a un patio, empleando así una solución habitual en la arquitectura tradicional de las islas, pues la presencia de este espacio abierto contribuye a mejorar la ventilación. Las corrientes de aire cruzadas y la sombra generada por la vegetación autóctona convierten este lugar en un agradable refugio donde sobrellevar las temperaturas más elevadas.

Se trata de un rincón profusamente ornamentado con todo tipo de objetos decorativos, el cual sorprende por la belleza y resistencia de la madera de tea que sustenta el conjunto. En el primer piso la encontramos en sus columnas corintias alzadas sobre basas, alcanzando todo el esplendor en las galerías superiores, donde observamos preciosas celosías que permiten ver sin ser visto y balaustradas acompañadas de cuarterones con motivos florales. Sin duda alguna, este patio custodia un verdadero tesoro de la carpintería tradicional canaria.

Más razones para visitar la casa de los Balcones

Otro de los grandes atractivos de esta residencia enclavada en el corazón de La Orotava es el hecho de conservar sus dependencias tal y como se encontraban en su origen, lo que la convierte en un excelente testimonio para explicar cómo era la vida de la burguesía local siglos atrás.

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Casa de los Balcones. Tenerife.

Por otro lado, esta casa-museo está considerada el templo de calado canario, o lo que es lo mismo, un tipo de bordado muy popular en el archipiélago que se confecciona deshilando una tela tensada en un bastidor. Lo interesante es que aquí continúa realizándose con técnicas y patrones tradicionales transmitidos de generación en generación. Los visitantes pueden tanto ver el proceso de elaboración como adquirir manteles producidos con esta técnica.

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Casa de los Balcones. Tenerife.

De igual manera, en la tienda de la casa de los Balcones se pueden comprar productos típicos de la cocina local, como mermeladas, dulces artesanales, almogrote o los populares mojos (verde y picón). También se venden piezas de bisutería hechas con rocas volcánicas como la obsidiana o el olivino, un tipo de mineral muy utilizado en Tenerife y Lanzarote.

Y ya que estamos en la Villa de La Orotava, merece la pena adentrarse también en la casa Eladia Machado, donde se explica el proceso de elaboración de las famosas alfombras de tierra volcánica y flores que decoran la población durante la festividad del Corpus Christi, y en la casa Lercaro, la cual posee unas vistas maravillosas del Teide y el valle de la Orotava.