Tal vez Mark Twain exageraba un poco al decir aquello de que la forma más segura de descubrir si ciertas personas nos agradan o las odiamos es viajar con ellas, o quizá no. De cualquier manera, hay destinos que, por su belleza explícita, sus tesoros escondidos o su ambiente embriagador, son capaces de limar esas pequeñas asperezas inherentes al viaje. Sin lugar a dudas, Tenerife, la mayor de las siete islas Canarias, es uno de estos destinos. Una pista de su condición paradisiaca nos la da su apodo principal: “isla de la eterna primavera”.
En definitiva, Tenerife atesora mil y un planes a la medida de todas las edades y gustos. Tanto nacionales como extranjeros arriban cada año a sus costas en busca de playas de arena negra y calas salvajes, franjas costeras con vocación festiva, pueblos con historia y cultura a partes iguales, y un entorno repleto de espacios naturales protegidos. Si el escritor decimonónico de Misuri nos daba la visión más escéptica de viajar acompañado, el escritor contemporáneo de Tennessee, Tim Cahill, nos deleita con puro optimismo al decir que un viaje se mide en amigos, no en millas. A continuación, una propuesta breve de cuatro planes en grupo por Tenerife.
- Subida al Teide, un viaje más allá de las nubes
- Papagayo Club Beach, atardeceres inolvidables a ritmo de house>
- De guachinches
- Parque acuático Siam
Subida al Teide, un viaje más allá de las nubes
Sin ningún tipo de tapujo, os queremos traer el plan menos original y, sin embargo, uno de los más recomendables de la isla. Se trata de la subida al volcán del Teide, el “mirador” más alto de toda España con sus 3.718 metros de altura. Su parque nacional, el más visitado de Europa, así como su declaración como Patrimonio de la Humanidad en 2007, convierten a este paraje en una apuesta segura que no dejará indiferente a nadie. Tanto a pie —a través del mágico sendero de Montaña Blanca—, como en teleférico, la subida al Teide nos ofrece una experiencia única que, sin duda, invita a hacer piña entre los integrantes del grupo.
La observación de varias islas del archipiélago, o de la vasta geografía volcánica de Tenerife a nuestros pies, son premios que el Teide guarda para los valientes caminantes que deciden coronar la cumbre. Ahora bien, conviene saber que los últimos 163 metros de recorrido, desde la plataforma de La Rambleta hasta el pico, requieren una autorización previa. Es gratis y se puede solicitar fácilmente a través de la dirección web del Parque.
Y si nos apetece disfrutar del entorno más tiempo del que dura la excursión, a 3.260 metros de altitud se encuentra el refugio de Altavista. Allí podremos dormir solamente una noche, pero como contrapartida, el mismo garantiza su apertura durante todo el año —salvo condiciones meteorológicas muy adversas—.
Papagayo Club Beach, atardeceres inolvidables a ritmo de house
A grandes rasgos, cualquiera que conozca un poco la isla os dirá que el sur y el norte tinerfeños son dos mundos en uno. El norte, más histórico, calmado y ventoso; y el sur, más abierto al turismo y al ajetreo característico de los destinos de sol y playa. Costa Adeje, Playa de Las Américas y Los Cristianos, tres focos turísticos ubicados en la zona litoral del suroeste insular, concentran en menos de 21 kilómetros cuadrados la mayor fiesta de Tenerife, y es allí adonde nos lleva nuestro siguiente plan.
El Papagayo Beach Club, un lugar popular de copas y música electrónica en Tenerife, se encuentra concretamente en el centro comercial Las Verónicas, en Playa de Las Américas. Este establecimiento permanece abierto durante todo el día, ofreciendo deliciosos desayunos durante las mañanas; almuerzos y cenas de calidad durante las tardes; y una de las fiestas más reconocidas por las noches. Su terraza tiene mucho que ver con esta fama, puesto que brinda vistas inmejorables de los atardeceres tinerfeños, con las islas de El Hierro, La Palma y La Gomera de fondo. De cualquiera manera, su visita nos puede servir como excusa perfecta para conocer el ambiente de la zona y, llegado el momento, dar el salto a otros locales vecinos.
De guachinches
¡Atención! Si vais a Tenerife intentad no confundir la palabra “guanche” con la de “guachinche”, puesto que una no tiene nada que ver con la otra. Los primeros, habitantes originarios de las islas Canarias, desaparecieron a raíz de la conquista castellana del archipiélago a finales del siglo XV. Los segundos, son tabernas típicamente tinerfeñas muy arraigadas a la tradicional actividad vinícola de la isla, las cuales aún hoy permanecen ocultas en pueblos y ciudades del interior insular.
De hecho, la historia local nos recuerda que el origen de estos establecimientos se remonta a una pequeña habitación de la casa familiar, donde la esposa del bodeguero deleitaba a los invitados con platos de comida caseros. Por eso, el guachinche sigue siendo un tipo de establecimiento de estilo rústico, alejado de la comodidad de un restaurante, pero muy especializado en la cocina tradicional de la isla —queso asado, papas con mojo, ropa vieja o carne de fiesta, entre otros—, y, cómo no, en los vinos autóctonos.
Predominan, sobre todo, en el norte de la isla, y para encontrarlos no hay mejor consejo que preguntar a los vecinos de la zona. Y si somos tímidos (o muy modernos), también existe la posibilidad de encontrarlos a través de una aplicación de móvil llamada Guachapp. Tanto El Ramal como La Cueva Caprichosa cumplen las condiciones necesarias para ser considerados guachinches, y los podemos encontrar fácilmente en pleno Santa Cruz de Tenerife.
Parque acuático Siam
A pesar de no ser el más conocido en España, el parque acuático Siam —ubicado en el municipio sureño de Costa Adeje—, puede presumir de haber sido elegido durante cinco años consecutivos como mejor parque del mundo por una importante web de reseñas de viajes. Con 185.000 metros cuadrados de superficie, multitud de toboganes de todos los tamaños y formas; y una cuidada estética tailandesa, el parque acuático Siam promete altas dosis de adrenalina y diversión a quien lo visite.
La Torre del Poder, un tobogán de 28 metros de recorrido que atraviesa una piscina con tiburones, o la piscina gigante, con olas artificiales que alcanzan los 3,8 metros de altura, ayudan a consolidar la originalidad que caracteriza al parque. Fue diseñado para agradar tanto a niños como a adultos.