Los cañones del río Júcar sorprenden al viajero que se adentra en el interior de la provincia de Valencia. Uno no imagina que a poco más de una hora de la playa de la Malvarrosa, nos encontremos con un paisaje de vértigo. Literalmente. Porque, entre los municipios de Jalance y Cofrentes, descubrimos el río Júcar encajado entre enormes paredones de más de 300 metros de altitud. Es un espacio mágico, impresionante, inesperado, el que descubrimos en esta zona de Valencia. Hay muchos barrancos, bosques mediterráneos, túneles excavados en la roca y mucha emoción contenida en este pequeño territorio en el que la naturaleza se impone a la voluntad del hombre.
Existe un sendero, ideal para recorrerlo a pie, que nos conduce por esta paradisíaca zona de gran valor turístico y medioambiental que representan los Cañones del Júcar. Se trata del PR-V 219. Es un recorrido circular que parte de Jalance, un pequeño pueblo de apenas 1.000 habitantes cuyo territorio está salpicado de cerros. La ruta tiene una longitud de 33 kilómetros y se puede recorrer en, aproximadamente, 10 horas. Hay que decir que no es una ruta para todos los públicos. Se recomienda estar un poco entrenado, aunque para los no iniciados también existe la posibilidad de hacer un tramo más reducido, de unos 16 kilómetros.
Mirador de los Cañones del Júcar
¿Qué nos encontraremos en esta ruta que atraviesa los Cañones del Júcar? En primer lugar, nos toparemos con la Cueva de Don Juan. Aquí se han encontrado restos de herramientas de gran valor usadas por el ser humano para la caza pertenecientes al periodo Mesolítico (8.000 a 6.000 a.C.). Utilizado como habitáculo en la Antigüedad y después como refugio de pastores y cazadores, este espacio ha sido acondicionado para facilitar su visita y, en las inmediaciones, existe un centro de visitantes con cafetería, tienda y sala de espera. El viajero puede adentrarse unos 500 metros por el interior de la cueva y se tarda unos 40 minutos en realizar una visita guiada. Hasta la misma se puede acceder incluso con vehículo privado, al haber un aparcamiento en las proximidades.
Pero sigamos con nuestra ruta por los cañones, porque después de superar la Cueva de Don Juan, enseguida encontraremos el primer mirador de los muchos que jalonan el recorrido. Es el mirador del Campichuelo, que se asoma hacia los grandes paredones verticales que encajonan el río Júcar o Xuquer en valenciano. Es una ventana abierta a un paisaje de postal, una estampa que impresiona y que también se puede disfrutar desde otro ángulo si nos asomamos desde el mirador de los Cañones del Júcar. Precisamente desde este punto, sobre todo si hace calor, se puede tomar un camino que desciende hasta un pequeño remanso de agua, ideal para darse un chapuzón cuando el tiempo lo permite. Y si lo que queremos es reponer fuerzas y comer, nada mejor que aproximarnos al mirador de la Fuente del Castillo, porque está habilitado con mesas, bancos y una fuente que invitan al descanso.
Áreas recreativas en el sendero
El Mirador de la Fuente del Castillo es sólo una de las áreas recreativas que salpican el sendero de los Cañones del Júcar, que también cuenta con otras tres. La primera es la del Moragete y Cueva de Don Juan; la segunda, la Fuente Bella, y por último, la Fuente del Tobarro, ya en el municipio de Jarafuel, en la comarca del Valle de Ayora.
Para emprender el camino de regreso, tenemos que pasar ineludiblemente por la Senda Centenillos, el Puente Star, el Puente Nuevo y del Barranco del Agua. Hay numerosos puntos de interés turístico, entre los que destaca el Aula de la Naturaleza del Moragete y los manantiales del río. Por supuesto, Jalance bien merece una visita, porque es un pueblo con mucho encanto y conserva aún los aires moriscos que le dieron protagonismo en la Historia. Merece la pena acercarse hasta su castillo medieval, situado encima de una colina, donde en su día se refugiaron los últimos moriscos que, en 1609, se negaban a abandonar estas tierras.
Laberinto de callejas
Para hacernos una idea de cómo es esta pequeña localidad, diremos que los lugareños dicen que Jalance es un pueblo abrazado a una montaña. El corazón de la urbe es un laberinto de callejas que recuerda a los viejos zocos marroquíes. Ya en la afueras del pueblo, el valle se divisa en toda su plenitud y a lo lejos se adivinan dos columnas gemelas de vapor detrás de las montañas. Es la señal de que estamos muy cerca de la sierra del Boquerón y de Cofrentes, una localidad erguida sobre una roca basáltica que, como Jalance, también cuenta con castillo árabe.
Paseo en barca por el Júcar
Para los amantes de los paseos fluviales, Cofrentes ofrece la primera ruta fluvial de la Comunidad Valenciana. Se trata de un recorrido de una hora de duración por el río Júcar que parte de esta localidad y tiene como destino Cortes de Pallás. Se hace en una embarcación propiedad del Ayuntamiento, con capacidad para unos 60 pasajeros, que recorre los 14 kilómetros que mide el embalse de Cortes. Atención, conviene reservar porque es una actividad muy solicitada. Este embalse, que fue inaugurado en 1983, se halla en un espacio de impresionante belleza, entre las montañas que rodean la mítica Muela de Cortes elevada al menos 400 metros respecto a las aguas del río Júcar. Muy cerca también, se encuentra la Reserva Nacional de Caza Mayor, razón por la que es fácil observar en las inmediaciones cabras montesas y muflones.
Piragüismo y rafting
El agua del río Júcar y de su vecino río Cabriel permiten también la práctica de piragüismo, rafting, paddle surf e hidropedales, actividades muy atractivas para practicar durante la época estival y darse un chapuzón en un paraje impresionante.
En resumen, los Cañones del Júcar son el destino perfecto para disfrutar de una jornada muy especial rodeados de naturaleza y descubrir pequeños rincones con un encanto particular en medio de paisajes de vértigo.
Pueblos cerca de los Cañones del Júcar
Además de Jalance y Cofrentes, los Cañones del Júcar están rodeados de bonitos pueblos, algunos muy pequeños, que bien merecen una visita. Hablamos de Alcalá del Júcar, Requena, Almansa, Ayora y Utiel, entre otros. Te contamos la singularidad de cada uno:
Alcalá del Júcar
A 55 kilómetros en automóvil del Mirador de los Cañones de Júcar, este bonito pueblo medieval de casitas blancas que se asoma a la Hoz del río Júcar parece sacado de un cuento. Su entorno natural es espectacular y en su casco urbano, declarado Conjunto Histórico Artístico, sobresalen su castillo de origen árabe, la iglesia de San Andrés Apóstol, la Cueva del Diablo o sus miradores. Alcalá del Júcar pertenece a la provincia de Albacete.
Requena
A 50 kilómetros de los Cañones del Júcar, nos espera Requena, pueblo en el que abundan los edificios históricos, los museos, las bodegas y los yacimientos arqueológicos. El casco histórico de Requena, presidido por la Torre del Homenaje del castillo, evoca los tiempos en que el municipio no dependía del vino, sino de la producción de la seda. Una de sus singularidades son los antiguas cuevas subterráneas en las que se almacenaba vino, aceite y cereal en grandes tinajas y que en la actualidad se pueden visitar.
Almansa
A 48 kilómetros de los Cañones del Júcar, se encuentra esta localidad perteneciente a Albacete que tiene un gran interés cultural y natural. De entrada, cuenta con un impresionante castillo sobre el Cerro del Águila que se ha convertido en el símbolo de esta ciudad que se encuentra a sus pies. Aquí podrás disfrutar de la impresionante Casa Grande o Palacio de los Condes Cirat, que alberga el actual Ayuntamiento; de los conventos de las Agustinas del Corpus Christi y de San Francisco, con sus magníficas portadas; y ya en las afueras, la Torre Grande, una antigua casa de labor denominada así por su increíble torre de tres pisos.
Ayora
Este municipio es una parada imprescindible en tu escapada a los Cañones del Júcar. Está a 27 kilómetros y rezuma historia, naturaleza, arte y gastronomía. Es la capital de la comarca del Ayora y también tiene un magnífico castillo-fortaleza. Además, cuenta con otros atractivos turísticos, como la Cruz Cubierta, el templo de Santa María la Mayor, la iglesia parroquial o el poblado íbero conocido como Castellar de Meca.
Utiel
Ubicado a 65 kilómetros de los cañones del Júcar, Utiel cuenta con un impresionante entorno natural y un interesante casco antiguo con calles de origen árabe por el que pasa la Ruta del Vino Utiel-Requena. Cuenta con un buen número de pasadizos medievales y bodegas subterráneas, de las que se pueden visitar al menos cinco. Además, la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, del siglo XVI, es un interesante ejemplo del gótico meridional. No olvides entrar en el Café Salón Pérez, un local modernista de 1911 que nos habla del nivel socioeconómico de la época en Utiel, ni en la Bodega Redonda, sede del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Protegida de los vinos de la zona y ejemplo del incipiente modernismo industrial de finales del siglo XIX.