El Museo de Bellas Artes de la capital valenciana, también conocido como el Museo de San Pío V, es la mejor pinacoteca de esta comunidad autónoma y una de las más importantes del país. Sus fondos están compuestos por grabados, dibujos, esculturas, fotografías, artes decorativas, piezas de arqueología y restos de arquitectura. Este centenario museo, que se halla situado en una construcción con solera, te conquista con sus vaivenes históricos incluso antes de visitarlo.
El edificio donde se ubica el Museo de Bellas Artes fue levantado en 1683 para realizar la función de Colegio seminario de San Pío V, por petición del arzobispo fray Juan Tomás de Rocabertí. El arquitecto encargado de este proyecto, Juan Bautista Pérez Castiel, había sido también el maestro de obras de la Catedral de Valencia. Dicho centro educativo se recicló posteriormente para otros usos como academia militar, casa de beneficencia, almacén de provisiones del ejército, hospital militar y, por último, se convirtió en sede permanente del Museo de Bellas Artes.
Está situado en la ribera izquierda del antiguo cauce del Turia, exactamente entre los puentes del Real y de la Trinidad. Su planta es prácticamente cuadrada y las salas se articulan alrededor de un claustro de triple arquería superpuesta, en cuyos lados se abren cinco arcos. A lo largo del tiempo ha sido reformado y ampliado. En la quinta y última intervención, en 2017, se invirtieron más de 10 millones de euros en abrir nuevos accesos, eliminar elementos que no eran originales (sino añadidos del siglo XIX), consolidar muros, ampliar zona expositiva y crear nuevos almacenes.
El pasado del Museo de Bellas Artes
Sus orígenes se vinculan con la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos, una entidad que fue aprobada en 1768 por Carlos III. La colección inicial, donada por alumnos y maestros de la Real Academia, se convirtió en la semilla de lo que sería más tarde este gran museo. Como ocurre en otras pinacotecas españolas, el punto de inflexión más importante llegó tras las desamortización de Mendizábal (1835-1837), ya que las obras de arte incautadas en los conventos precisaban de un lugar donde conservarse como merecían. Ese espacio fue inicialmente el edificio del Temple, pero pronto, en 1839, lo relevó el Convento del Carmen Calzado.
En 1936, con la llegada de la guerra civil vuelve la incertidumbre y se desmonta el museo, incluso parte de sus fondos se trasladan a Madrid. Cuando finaliza la contienda, el convento había quedado en un estado tan ruinoso que se busca una nueva sede. El lugar elegido es donde se encuentra actualmente: el Colegio Seminario de San Pío V. La dirección artística del mismo siguió en manos de la Academia de San Carlos hasta 1913, cuando el Museo de Bellas Artes de Valencia se convierte en una institución autónoma aunque dependiente del Estado.
Según los archivos históricos, desde sus inicios, al frente del museo siempre hubo personas relevantes del mundo cultural y artistas reconocidos. En 1984, la gestión fue transferida a la Comunidad Valenciana.
Qué ver en el Museo de Bellas Artes
Una visita a esta pinacoteca representa una estupenda oportunidad para disfrutar con numerosas obras de artistas valencianos como Joan de Joanes, Pinazo, los Ribalta y Vicente López. Por supuesto, Sorolla cuenta con un lugar destacado en el museo ya que ocupa cuatro salas de una planta y tres de otra. En la primera planta las salas están tematizadas de la siguiente manera: la figura de Joaquín Sorolla, La influencia de Sorolla: los discípulos, El sorollismo: los seguidores de Sorolla, y El postsorollismo y la renovación. Y en la tercera planta: Antecedentes de Sorolla, Los maestros de Sorolla, y El entorno de Sorolla: sus amigos, colegas y su tiempo.
Indudablemente, también se exponen obras de otros artista nacionales e internacionales como Velázquez, Goya, Alonso Cano, Vicente López, Murillo, Andrea del Sarto o Van Dyck. Además de lienzos, el Museo de Bellas Artes cuenta también con obras de arte contemporáneo y algunos restos arqueológicos como El león ibérico de Bocairent y el sarcófago paleocristiano de San Vicente Mártir. La colección de tablas góticas también merecen una observación detenida.
El Museo de Bellas Artes alberga, además, un patio renacentista del siglo XVI de gran valor. Es el patio del embajador Vich, prácticamente el mismo que tenía en su palacio, antes de ser demolido, y cuyos elementos fueron llevados primero al convento del Carmen y luego hasta este lugar. No dejes de reservar unos minutos para observar todo sus detalles.
Si tienes un tiempo reducido para visitar el museo, te recomendamos que hagas un recorrido básico donde incluyas, al menos, las obras que te mencionamos a continuación. Comienza admirando el Autorretrato de Velázquez, este pintor sólo se pintó a sí mismo en este cuadro y en Las Meninas. También muy particular es la obra de Van Dyck, Don Francisco de Moncada, Marqués de Aytona, ya que el artista apenas cuenta con lienzos en museos españoles. Entre los trabajos que se exponen de Sorolla, uno de los que mejor refleja la identidad regional es el de Grupa Valenciana, en el que retrata a sus hijos en una fiesta campestre. Un retablo que merece la pena ver por su detallismo es el encargado por Fray Bonifacio Ferrer al artista florentino Gherardo Starnina. Otros lienzos de gran valor son el Retrato de doña Joaquina Candado, pintado por Goya; San Juan Bautista, de El Greco; San Sebastián atendido por Santa Irene y su criada, de José de Ribera; Las bodas místicas del Venerable Agnesio, de Joan de Joanes; y, por último, la Anunciación de Jaume Bacó.
Visitas y talleres al museo
El Museo de Bellas Artes de Valencia dispone de visitas guiadas, comentadas y dinamizadas que se adaptan al público con el objetivo de hacer que el visitante no solo aprenda, sino que disfrute y se divierta. Ofrecen asimismo diversos tipos de talleres didácticos para adultos y para niños, además de conferencias sobre las obras expuestas, tendencias artísticas, movimientos culturales, etc. Se puede conseguir online su amplia programación de actividades durante todo el año.