El Palacio del Marqués de Dos Aguas, uno de los iconos arquitectónicos de la ciudad de Valencia, tiene, además de una historia muy singular, un museo nacional en su interior: el de Cerámica y Artes Suntuarias González Martín.
- Historia del Palacio de Marqués de Dos Aguas
- Museo de la cerámica de Valencia
- Cómo visitar el Palacio del Marqués de Dos Aguas y qué ver
- Qué puedes ver en los alrededores de palacio
- Dónde alojarse en Valencia
Historia del Palacio de Marqués de dos Aguas
Ubicado en el centro histórico de Valencia, el Palacio del Marqués de Dos Aguas esconde la historia de una familia de rancio abolengo de la ciudad. Al parecer, todo empezó a comienzos del siglo XV cuando un noble catalán de nombre Francesc se casó con Joana de Perellós, dama de las reinas Violant de Bar y María de Luna. Y gracias a este matrimonio, sus descendientes tomaron el apellido de Rabassa de Perellós, y adquirieron el título nobiliario de Dos Aguas.
Desde entonces, la casa de los Marqueses de Dos Aguas ha sido considerada, durante siglos, como un emblema de riqueza y grandeza en la ciudad de Valencia. Era bien conocida su fortuna y siempre ha estado vinculada a la Generalitat valenciana y a la clase política.
Ellos fueron los que mandaron construir este Palacio del Marqués de Dos Aguas, que en un principio era una construcción gótica de tres cuerpos alrededor de un patio, aunque en la actualidad, la planta es irregular y sólo tiene dos patios porque el III Marqués de Dos Aguas, Ginés Rabassa de Perellós y Lanuza, ordenó reformar la mansión señorial en el siglo XVIII para mostrar aún más su poderío y grandeza.
Los artífices de aquella reforma singular fueron Hipólito Rovira (pintor), Luis Domingo (decorador) e Ignacio Vergara (escultor). Hoy se puede ver el resultado de aquella intervención en la que destacan las fachadas principales pintadas al fresco y, ya en el interior, los lustrosos pavimentos azules y las paredes y techos perfectamente tapizados con telas y estucos. Se sabe, por ejemplo, que el 17 de mayo de 1867 las autoridades y nobles con mayor relevancia de Madrid y Valencia se reunieron en el Palacio para celebrar el fin de su reforma arquitectónica.
En 1924, Guillermo de Casanova Vallés, Marqués de Galtero, se convirtió en propietario del Palacio del Marqués de Dos Aguas. Sin embargo, y a causa de desavenencias familiares, fue abandonando paulatinamente el cuidado de la mansión.
Museo de la Cerámica de Valencia
En 1941 el Palacio del Marqués de Dos Aguas fue declarado Monumento Histórico Artístico, un hecho que coincidió con el legado de una gran colección de cerámica que Manuel González Martí y su esposa hicieron al Estado español. Así que las autoridades decidieron trasladas las piezas que durante un tiempo estuvieron en el domicilio de los donantes hasta este palacio y convertir el lujoso inmueble en sede del Museo Nacional de Cerámica. Fue el 18 de junio de 1954 cuando Joaquín Ruiz Jiménez, entonces ministro de Educación Nacional, inauguró de manera oficial el apreciado museo. Y en 1962 pasó a denominarse Museo Nacional de Cerámica y Artes Suntuarias González Martí.
Cómo visitar el Palacio del Marqués de Dos Aguas y qué ver
Desde que el Palacio del Marqués de Dos Aguas se convirtió en museo, el edificio ha sido sometido a diversas reformas, aunque dicen que las modificaciones que realizó el arquitecto Alfonso Fungariño se hicieron con tanta precisión que es complicado darse cuenta de los cambios.
El Museo estuvo cerrado varios años hasta que en 1998 volvió a abrir sus puertas ara regocijo de los valencianos y visitantes. Aunque el Museo de Cerámica es la principal atracción del Palacio, hay que fijarse también en el edificio, que está dividido en tres plantas.
En la planta baja, una de las más espectaculares, hay carruajes antiguos y coches de mano usados por la clase más noble. Destacan la carroza del Marqués de Llanera y la de Las Ninfas. Además, hay que fijarse en la imponente entrada del Museo y en su impactante escalinata principal con su llamativa cúpula.
La primera planta permite adivinar la lujosa vida que llevaban los propietarios del Palacio del Marqués de Dos Aguas a través de sus salas principales: la Sala Oriental, la Sala de Porcelana, la Sala de la Virgen…. y la Sala de Baile, que se utilizaba para celebraciones y reuniones palaciegas. Aquí hay esculturas de Mariano Benlliure, espejos y valiosos tapices que permiten al visitante volver la vista al pasado. En esta planta también se encuentran el oratorio, el comedor, la dependencia para juegos o ‘fumoir’ y el Salón Chino.
En la tercera planta se pueden admirar en todo su esplendor las magníficas obras de cerámica de González Martí, con piezas medievales y con los célebres azulejos ‘socarrats’. También hay piezas de Pablo Picasso, un artista que donó al museo algunas de sus piezas de cerámica.
Qué puedes ver en los alrededores del palacio
El Palacio del Marqués de Dos Aguas es uno de los edificios mejor situado del centro de Valencia, muy próximo a la plaza de la Reina, en uno de cuyos extremos se encuentra la construcción religiosa más importante de la ciudad: la Catedral (vincular a URL correspondiente?) y la célebre torre-campanario de El Micalet (El Miguelete).
A espaldas de la plaza están tanto la iglesia de Nuestra Señora de la Paz como la curiosa plaza Redona (Redonda), en cuyos soportales hay negocios de todo tipo.
A apenas cinco minutos a pie del Palacio del Marqués de Dos Aguas están tanto La Lonja de la Seda (vincular a URL correspondiente?) como el Mercado Central (vincular a URL correspondiente?). Lugares de obligada visita en Valencia, tanto por su brillante arquitectura como por las exposiciones que se celebran en el primero y las irresistibles delicias culinarias a la venta en los puestos del segundo.
En la dirección contraria, el Palacio del Marqués de Dos Aguas está cercano al parque que cubre el antiguo cauce del río. En concreto, a los tramos VIII y IX del denominado Jardín del Turia. Junto a ellos está la glorieta de la Puerta del Mar, donde se puede
observar una reproducción de ese acceso histórico a la desaparecida muralla. Al lado están los jardines de la Glorieta, donde hay varios árboles centenarios y estatuas dedicadas a diferentes personajes notables de la ciudad.